
Mientras nos dicen que las ideas progresistas “no venden” en las zonas rurales, Bernie Sanders está reuniendo miles de personas en distritos republicanos. Sí, en lugares donde, en teoría, nadie quiere oír hablar de justicia económica ni de salud universal, la gente está saliendo en masa a sus eventos.
En Kenosha, Wisconsin, 4 mil personas desafiaron el frío para escucharlo. En Altoona, de un pueblo de 9 mil 200 habitantes, 2 mil 500 asistieron. Y en Michigan, 9 mil personas llenaron un gimnasio, la calle y el estacionamiento.
¿El mensaje? NO a la oligarquía. NO a los recortes en seguridad social, salud y educación. NO a los regalos fiscales para multimillonarios.
Ahora, la pregunta del millón: ¿dónde están los demás líderes del Partido Demócrata? ¿Qué hacen Barack Obama, los Clinton o Nancy Pelosi mientras Sanders trata de frenar recortes brutales y enfrenta a las grandes corporaciones?
Porque mientras él está en la ofensiva, recorriendo el país y convenciendo incluso a votantes republicanos de que el sistema está roto, el resto del partido parece estar… en otra galaxia.
Sanders ha demostrado que la gente quiere un cambio real, pero si el resto de los demócratas no aparecen pronto, que no se sorprendan cuando la frustración de los votantes los deje fuera del juego.
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