El magnate del fracking, Christopher Wright, ha sido nominado por Donald Trump como el próximo secretario de Energía de Estados Unidos, un hombre que apuesta todo por las industrias petroleras y gaseras y que, además, es un fiel negacionista del cambio climático.
En medio de una crisis climática a nivel mundial, el también CEO de Liberty Energy (y también donante de campaña de Donald Trump), se ha convertido en la pieza clave de próximo mandatario estadounidense para lograr el “dominio energético” de la unión americana.
“será un líder clave, impulsará la innovación, reducirá la burocracia y marcará el comienzo de una nueva ‘Era de Oro de la prosperidad estadounidense y la paz global’”, señaló Trump en un comunicado la semana pasada, en el cual explicó que también será miembro del Consejo Nacional de Energía.
Trump, quien será el presidente número 47 del país, refirió que “Chris ha sido un empresario y técnico líder en la energía. Ha trabajado en los sectores del gas, el petróleo, la energía geotermal, solar y nuclear”.
De acuerdo con la agencia The Associated Press, Wright “es un fuerte defensor del desarrollo del petróleo y gas, incluyendo la fracturación hidráulica (fracking), un elemento clave en el esfuerzo de Trump de lograr la hegemonía energética de Estados Unidos”.
Este hombre ha defendido en diversas ocasiones los combustibles fósiles, sosteniendo que “no hay una crisis climática y no estamos en medio de una transición energética. El término de contaminación de carbono es indignante. No existe tal cosa como energía limpia o energía sucia… todas las fuentes de energía tienen impactos en el mundo, tanto positivos como negativos”, alineándose con lo ya dicho por el propio Trump, quien también ha sido un negacionista del calentamiento global.
A través de su cuenta de X, Wright declaró después del anuncio de Trump que “La energía es el elemento vital que hace posible todo en la vida. Estoy ansioso por empezar a trabajar”.
A lo largo de su campaña, Donald Trump refirió en reiteradas ocasiones la independencia energética y el impulso del petróleo y el gas, con promesas de expansión del fracking, la reactivación de las exportaciones de gas natural licuado, ello con la promesa de reducir los costos de la energía.
Estas ideas se contraponen a lo dicho por el magnate Elon Musk, quien fue nombrado por Trump para liderar el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental de EE.UU., quien a su vez ha hecho fuertes inversiones en energía solar y es fundador de Tesla, la compañía de autos eléctricos.
El nombramiento ha sido fuertemente criticado por defensores del medio ambiente que, entre otras cosas, señalan la nominación como un error catastrófico.
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