Honduras vive un escenario de incertidumbre ante los resultados electorales recientes debido a un sistema de baja seguridad que ha generado desconfianza social, a lo que se ha sumado el impacto de la opinión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, posicionando al candidato Tito Asfura y dejando un futuro incierto para el país.
“Antes del tuit de Donald Trump creíamos que la contienda iba a ser disputada entre Libertad y Refundación, y Salvador Nasralla, porque realmente Tito Asfura ya es un personaje político muy desgastado”, comentó Lucía Vigil, coordinadora del Centro de Estudio para la Democracia (CESPAD), durante el programa de radio Península 360 Press con Manuel Ortiz y Marcos Gutiérrez de Hecho en California.
“Con el tuit de Donald Trump, se retoma la vigencia del Partido Nacional y escoge a un tercero; pero el tema real en Honduras es que un porcentaje de la población se ha dejado impactar por la idea de estar ‘bendecido’ por Estados Unidos y así crecer en economía, negocios y más”, destacó la también coordinadora de proyectos, investigadora y asesora en el eje de Justicia Ambiental y Ecológica del Cespad
Vigil comentó que el comentario del presidente estadounidense también tuvo que ver con el registro de los votos en el extranjero, marcando un número nunca antes visto de participación.
Y es que, a través de la plataforma Truth Social, la semana anterior, Donald Trump mostró su preferencia por Asfura, señalando la posibilidad de que pudieran “colaborar para combatir a los narcos comunistas”.
https://truthsocial.com/@realDonaldTrump/posts/115629335172411031
“En términos de intervención estadounidense, en toda nuestra historia como país, esta ha sido la más descarada al pronunciarse específicamente sobre un proceso electoral, incluso indicar por qué partido deben votar”, expresó Vigil.
Para muchos hondureños la idea de tener al mandatario estadounidense de su parte lo ven como algo bueno, pues “las élites de este país toman la voz de este señor como una voz definitiva, en vez de reconocerlo como lo que es un injerencista, pronunciarse sobre asuntos políticos de otros países no es de su conveniencia”.
Por otra parte, puntualizó sobre el tema de Juan Orlando Hernández, un ex presidente que estaba en Estados Unidos preso y que “tenía cadena perpetua por desfalcar al Estado para sus redes de narcotráfico, para militarizar el Estado y para hacer sus negocios… va a regresar a nuestro país como si nada hubiese pasado, a un país que todavía está en incertidumbre en términos de resultados electorales”.
Ante ello, la ciudadanía se enfrenta a un sistema de transmisión de resultados incierto, pues aunque ha sido denunciado, no se ha hecho nada, “sus sellos de seguridad no fueron asegurados, y no tenemos garantías ahora mismo de lo que está pasando con el sistema de transmisión preliminar de resultados, hay narrativas de fraudes”.
La coordinadora de CESPAD dijo que esta empresa ya tenía denuncias en Colombia por temas de fraude y corrupción, preocupando que “horas antes de la elección, se quitaron algunas validaciones obligatorias que estaban establecidas en el marco de los contratos”.
Otro tema que puntualizó fue sobre los miembros de los partidos políticos, “el error siempre de los partidos es no depurar completamente a quienes están aspirando y no tomar decisiones correctivas en el momento, sino más bien premiar favores y premiar actitudes”.
Según datos publicados por el Consejo Nacional Electoral durante la tarde de este martes, 64.33 por ciento de las actas fueron escrutadas: Nasralla del Partido Liberal obtenía 815 mil 261 votos (40.06 por ciento), mientras que Asfura del Partido Nacional registraba 808 mil 730 votos (39.73 por ciento).
Vigil hizo énfasis en la importancia de esperar el conteo y escrutinio especial que debe de ser acta por acta y computarizado, “porque realmente el sistema de transmisión no lo ha garantizado y no es confiable”, agregando: “incluso el Consejo Nacional Electoral emitió un comunicado diciendo que se deben repetir las elecciones para el próximo fin de semana en algunas mesas que no se pudo acceder, que no llegó material u otras cuestiones y realmente este conteo puede permanecer hasta el 30 de diciembre”.
Asimismo, mostró su preocupación por el futuro de Honduras: “Se vienen cuestiones complejas cualquiera de estos dos candidatos que ganen si es Salvador o Tito en definitiva no es nada favorable para el movimiento social, ni para el movimiento campesino”.
Y es que, el pasado domingo 30 de noviembre, los hondureños acudieron a las urnas para elegir presidente, 128 diputados al Congreso Nacional, 20 representantes al Parlamento Centroamericano, así como cientos de autoridades locales.
A tres días de las elecciones, el Consejo Nacional Electoral (CNE) en Honduras continúa sin proclamar al ganador de la presidencia del país centroamericano, en medio de una contienda extremadamente ajustada entre Salvador Nasralla, del Partido Liberal, y Nasry “Tito” Asfura, del Partido Nacional, respaldado por Donald Trump.
Pero, quién es ¿Quién es Salvador Nasralla?
Salvador Nasralla, conocido en Honduras como “el señor de la televisión”, es un presentador y periodista deportivo que durante más de 40 años fue una de las figuras mediáticas más reconocidas del país. A sus 72 años, es candidato presidencial por el Partido Liberal y centra su campaña en combatir la corrupción y desmantelar lo que llama el “aparato de poder” creado por la presidenta Xiomara Castro y el expresidente Manuel Zelaya.
De origen palestino y formado en ingeniería en Chile, Nasralla construyó un perfil político de “outsider”. Ha competido tres veces por la presidencia y fundó el Partido Anticorrupción y posteriormente el Partido Salvador de Honduras. Tras romper con el gobierno de Castro, ahora se presenta como defensor de la transparencia y promete eliminar el nepotismo, revisar alianzas internacionales —incluida la ruptura con Venezuela— y reposicionar a Honduras junto a democracias occidentales.
Su figura combina celebridad, discurso anticorrupción y una fuerte crítica al establishment político tradicional.
¿Quién es Nasry “Tito” Asfura?
Nasry Asfura, conocido como “Papi a la orden”, es un empresario y exalcalde de Tegucigalpa que llegó a las elecciones hondureñas con un fuerte respaldo de la derecha regional y, especialmente, del presidente estadounidense Donald Trump, quien lo ha señalado como su favorito para recuperar el poder en Honduras.
Hijo de inmigrantes de origen palestino, Asfura construyó su carrera política desde la Alcaldía del Distrito Central, donde se ganó popularidad con miles de obras de infraestructura. En 2025 arrasó en las primarias del Partido Nacional con más del 75% de los votos, consolidándose como el candidato de la derecha tradicional.
Su agenda —agrupada en la “Visión 5 Estrellas”— promete reactivar la economía mediante inversión privada, alianzas con EE.UU. y un giro geopolítico radical: recuperar la relación con Taiwán, estrechar vínculos con Israel y romper con gobiernos de izquierda como Venezuela. También propone un Estado digital, descentralización, expansión educativa y mano firme en seguridad.
Pero su ascenso no está libre de controversias: enfrenta señalamientos por presunta corrupción, desvío de fondos municipales y vínculos con empresas cuestionadas, además de aparecer en los Papeles de Pandora. Sus seguidores, sin embargo, denuncian “persecución política” y ven en su respaldo por parte de Trump un impulso clave para su triunfo.
Con un discurso empresarial, conservador y proestadounidense, Asfura se perfila como la principal carta de la derecha hondureña para disputar el poder en 2025, ahora con el impulso directo del hombre más influyente del hemisferio norte.
La CESPAD, es una iniciativa ciudadana de Honduras, que acompaña procesos de resistencia territorial de pueblos y comunidades campesinas, indígenas, juventudes y trabajan también en el área de justicia ambiental y ecológica, democracia derechos humanos y anticorrupción, para más información puedes visitar https://cespad.org.hn/
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