«Noelia Rosales de 38 años mujer trans en su casa de Los Ángeles, California en donde ha forjado una vida desde su llegada a los 15 años. Estados Unidos ha sido, además de su casa, un lugar de refugio y supervivencia ante el odio a las personas de la comunidad LGBTQ+» Foto: Manuel Ortiz
Texto: Constanza Mazzotti en colaboración con Manuel Ortiz
Noelia Rosales relata con palabras suaves pero curtidas su historia de resiliencia que ha transcurrido durante veinte años en México y en Los Ángeles, California. «Quizás, si hubiera decidido quedarme en mi país, quizás no fuera yo.» afirma.
No es cualquier vida, reflexiona Noelia cuando deja que su mirada se pierda en los recuerdos que la regresan al camino donde inició la partida y que le han hecho sobrevivir a al menos dos agresiones importantes y a conocer lo duro de la ley en tierras norteamericanas.
Fue a los 15 años que armada con la voluntad de un primo mayor de edad quien le ayudó, y con una carta poder firmada por uno de sus padres que decidió -en sus palabras- huir de su natal Las Margaritas en San Pedro Totolapan de Oaxaca, México hasta Los Ángeles California.
Aprender a irse no es algo que se tome a la ligera y menos cuando desde niño a los cinco años, como lo fue en su caso, se adquiere la noción de que es la huida por donde hay que iniciar el propio camino.
Llegar a tierras estadunidenses es contrario a lo que uno imaginaría, el inicio de la libertad, pues en esta anhelada tierra, la persecución por lo diferente no se detiene en las fronteras.
Pues ya desde México y a muy corta edad Noelia aprendió a protegerse del acoso y bullying. Un maltrato constante desde su natal Oaxaca por parte de sus compañeras y compañeros de escuela, maestros y familiares adultos.
La recriminación tiene nombre y eso fue lo que Noelia, al igual que miles, han encontrado en todos lados, incluido México y Estados Unidos.
Palabras obscenas, miradas de burla, silencios incómodos que escalan hasta provocaciones a actos físicos como golpizas disfrazadas de asaltos son, lo que denomina El Departamento de Justicia de Estados Unidos como incidente de odio o sesgo así como delito de odio.
El incidente de odio o sesgo se encuentra definido como «actos de prejuicio que no son delitos y no conllevan violencia, amenazas o daños materiales» mientras que el delito de odio es, a nivel federal «un delito cometido por motivos de raza, color de piel, religión, nacionalidad de origen, orientación sexual, género, identidad de género o discapacidad».
Así mismo, dentro de las categorías de motivos sesgados tan sólo en el 2020 se cometieron incidentes por raza, etnia y ascendencia del 61,8%, por religión un 13,3% por orientación sexual un 20,0%, por identidad de género un 2,7%, por discapacidad un 1,4% y por género un 0,7%.
Noelia descubrió que los tipos de incidentes que ha vivido en su mayoría no son sólo por orientación sexual e identidad de género sino también por raza.
Pero de igual forma de todos ellos aprendió gracias a distintas organizaciones a las que se acercó después de su primer injusto encuentro con la ley.
Dicen que todo pasa por algo y para Noelia pasó que, además de descubrir sus derechos como hombre gay y después como mujer trans, logró crear comunidad y acceso a programas educativos y de salud.
Dichas comunidades no sólo ayudaron a Noelia a hacer valer sus derechos y a cuidarse, sino que son un espacio y red de apoyo para toda la comunidad LGBTIQ+
Gracias al apoyo recibido, Noelia ha tenido grandes logros en su vida. En el 2016 a la edad de 31 años decidió iniciar su cambio de sexo y además fue nombrada reina Muxe en Los Ángeles, California.
«Vivir como trans en Los Ángeles se me ha hecho un poco mas fácil» comenta «porque siento que cuando empecé a ser hombre gay, sentía que en el tren o en el metro hay mucha más discriminación como hombre que siendo mujer trans».
Hay una diferencia en el tipo de discriminación como persona gay. La percepción es que si eres hombre afeminado la gente critica más que si te ven con apariencia de mujer.
Pero sólo nosotros sabemos cómo es nuestro proceso y cual es nuestro sufrimiento. Por más que una lo quiera explicar no hay forma de que nos entiendan porque primero se tiene que vivir.
La profundidad de sus palabras en torno a la vida y al respeto por el otro la llevan a cruzar miradas con su interlocutor, a quien le confiesa su propia definición de amor.
«Yo creo que el amor es eso que viene desde que te educan. Por eso trato a mis sobrinos con cariño. Si yo tuviera hijos» continúa «los educaría para que acepten a las personas tal cual y como son».
Y lanza al aire la pregunta buscando la respuesta o ¿usted qué piensa?
This publication was supported in whole or part by funding provided by the State of California, administered by the California State Library.
Te puede interesar: Reconocen a 7 distritos escolares del Área de la Bahía por apoyar a estudiantes LGBTQ+