Lula da Silva es especialmente atacado por el candidato Jair Bolsonaro.
¿Deben intervenir las instancias electorales de los países en el debate de las redes sociales cuando se supone que el Internet es libre?
Especial por Cristian Carlos para Península 360 Press.
No hay una respuesta sencilla a esta pregunta. Por un lado, se supone que las plataformas de los medios sociales son entornos libres y abiertos donde la gente puede compartir sus puntos de vista y opiniones. Por otro lado, los organismos electorales deben garantizar que las elecciones sean justas y transparentes, y que la gente no sea engañada o manipulada.
Existe el riesgo de que, si los organismos electorales intervienen demasiado en el debate en las redes sociales, se considere que censuran las opiniones y ahogan la libertad de expresión. Sin embargo, si no intervienen en absoluto, se corre el riesgo de que la información falsa y la propaganda proliferen, lo que llevaría a una situación en la que las elecciones no fueran realmente libres y justas.
En última instancia, habrá que evaluar cada situación caso por caso.
Las redes sociales impiden el ejercicio de la democracia en Brasil, donde Lula da Silva y Bolsonaro compiten por la presidencia en 2022
Es en este contexto que la Justicia Electoral de Brasil y el proceso electoral de la elección presidencial del 3 de octubre de 2020, decidieron firmar acuerdos con diferentes redes sociales y plataformas digitales para combatir la difusión de información falsa.
Para la magistrada del Tribunal Supremo Electoral –TSE–, María Claudia Bucchianeri, dijo que hay «características en las nuevas tecnologías que pueden ser utilizadas para bien o para mal». Bucchianeri dijo que los acuerdos firmados con empresas como Facebook y Google «son instrumentos importantes para evitar la difusión de información falsa».
Ya hay ejemplos de redes sociales que impiden el ejercicio de la democracia en Brasil. Ya vimos cómo se bloquearon cuentas, se borraron otras y se inundaron de noticias falsas.
El pasado 2 de agosto, la exministra para la Mujer, la Familia y los derechos humanos, Damares Alves en Facebook, YouTube e Instagram, atacó a Lula «por mal gobierno».
Roberto de Souza Rocha, mejor conocido como «Latino» en Brasil, también ha intervenido las redes sociales para mostrar preferencia a Bolsonaro.
Lula da Silva es criticado en las redes sociales, pero es favorito en las encuestas para presidente.
El presidente Lula da Silva, que lidera las encuestas para las elecciones presidenciales, está siendo criticado en las redes sociales. El candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro, que está segundo en las encuestas, ha hecho una campaña contra Lula, llamándolo «exconvicto». Esto es engañoso.
Lula fue condenado en un proceso que muchos juristas e incluso el propio Tribunal Supremo consideraron viciado y lleno de irregularidades. Por esta razón, salió de la cárcel después de cumplir 581 días, habiendo sido detenido en abril de 2018.
Lula da Silva es especialmente atacado por el candidato Jair Bolsonaro.
Las redes sociales siempre se han utilizado para el posicionamiento político.
Las redes sociales siempre se han utilizado para el posicionamiento político. En muchos casos, se han utilizado para difundir información falsa, noticias falsas o incluso «amigos falsos».
En este contexto, el TSE y los candidatos a la presidencia han encontrado una forma de combatir la difusión de información falsa. La magistrada Maria Claudia Bucchianeri, determinó la retirada inmediata de las declaraciones contra Lula da Silva falsificadas por Eduardo Bolsonaro, hijo de Jair Bolsonaro.
Estos actos «tienen que ser rápidamente reprimidos por la justicia electoral», afirmó la magistrada del Tribunal Supremo Electoral (TSE), encargada del proceso electoral para elegir presi- dente en octubre. Sí, empleó la palabra «represión» al referirse a los actos de publicación en redes sociales en razón falsedad; sin embargo, «represión» e Internet nunca deben ir de la mano.
¿Debe existir algún tipo de represión en Internet por parte de los gobiernos?
No hay una respuesta fácil a esta pregunta. Por un lado, Internet es una poderosa herramienta que puede utilizarse para el bien, permitiendo a la gente conectarse y compartir información de formas que antes eran imposibles. Por otro lado, la misma apertura que hace que Internet sea una fuerza positiva también puede ser explotada por aquellos con intenciones maliciosas, y los intentos del gobierno de regular Internet han sido a menudo recibidos con críticas.
Tanto se podría argumentar que los gobiernos no deberían reprimir nada en Internet, ya que esto sería una violación de la libertad de expresión, como se podría argumentar que hay ciertos tipos de contenidos que deberían ser regulados o incluso censurados por los gobiernos, con el fin de proteger a los ciudadanos de los daños.
Bien se podría creer que los gobiernos no deberían interferir en el libre flujo de información en Internet. Después de todo, Internet es una plataforma global que debería estar abierta a todo el mundo. Sin embargo, también se piensa debería haber algún nivel de regulación gubernamental para evitar la difusión de contenidos dañinos o ilegales. En última instancia, corresponde a cada gobierno decidir qué nivel de regulación, si es que hay alguno, es apropiado para su país.
El debate sigue abierto
Es importante recordar que las redes sociales son plataformas y no propietarios únicos, por lo que no pueden considerarse responsables del contenido que se comparte en ellas. Es necesario que la ley establezca cómo regularlas, protegiendo los derechos de los internautas e impidiendo la censura de contenidos que pueden ser falsos, pero no son ilegales.
El TSE tiene acuerdos con empresas como Google, Facebook y WhatsApp para detectar noticias e informaciones falsas que puedan vulnerar el proceso electoral. Estos estatutos, además de confidenciales e internos, indican qué deben hacer cuando se publican noticias falsas en sus plataformas.
Lo ideal sería que, en época de elecciones, las empresas deban extremar la vigilancia sobre los contenidos que se publican en sus plataformas. Las noticias falsas pueden difundirse fácilmente y causar confusión, por lo que es crucial tomar medidas para evitar que circulen.
Una forma de hacerlo es comprobar los hechos de cualquier contenido que se publique, especialmente si parece dudoso. Si se descubre que algo es falso, se puede eliminar o marcar como tal. Además, es una buena idea promover fuentes de información fiables y desalentar el intercambio de contenidos no verificados.
También es importante ser consciente de la posible interferencia extranjera en las elecciones. En 2016, Rusia utilizó las redes sociales para difundir desinformación en un intento de influir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Las empresas deben estar atentas a una actividad similar y tomar medidas para protegerse de ella.
En general, es fundamental que las empresas sean proactivas en la lucha contra las noticias falsas durante el período electoral. Si toman medidas para revisar los contenidos y promover fuentes de información fiables, pueden ayudar a garantizar que los votantes reciban información precisa.
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