Pilar Marrero. Ethnic Media Services. Península 360 Press [P360P].
Un segundo mandato para la Administración Trump probablemente dé como resultado una mayor erosión del sistema de inmigración legal y de protecciones clave otorgadas por la 14ª enmienda, incluyendo la ciudadanía por derecho de nacimiento, advierten los expertos en derechos de los inmigrantes.
La 14ª enmienda –ratificada en 1868– concede la ciudadanía a todas las personas nacidas o naturalizadas en los Estados Unidos, incluyendo a los antiguos esclavos, y garantizó a todos sus ciudadanos «protección igualitaria de las leyes».
«Creo que los esfuerzos –de la administración Trump– para que el Censo 2020 no cuente a los indocumentados son los primeros pasos para argumentar que la 14ª enmienda no se aplica a la comunidad inmigrante», dijo Ali Noorani, presidente y director Ejecutivo del Foro Nacional de Inmigración durante una sesión informativa con los medios de comunicación étnicos. «Si vemos un segundo mandato, debemos esperar un flujo constante de órdenes ejecutivas o incluso litigios para socavar esos derechos».
Las cifras y estudios del primer mandato sobre la política de inmigración fue extremadamente dañina para el sistema de inmigración legal, así como para las visas de trabajo, estudiantes e incluso visitantes, dijo Alex Nowrasteh, Analista de Política de Inmigración del Centro para la Libertad y Prosperidad Global del Instituto Cato.
La Administración ha disuelto el sistema de asilo y todas las categorías de visados de trabajo, y reducido en un 92% la emisión de tarjetas de residencia a las personas que buscan inmigrar a los Estados Unidos, señaló Nowrasteh.
«La tasa de disminución en las visas de residencia para migrantes es la mayor que hemos visto en la historia de los Estados Unidos. Mayor que la que vimos después de que se cerraron, por primera vez, las fronteras con Europa en la década de 1920 y mayor que el recorte durante la Gran Depresión y las dos guerras mundiales», añadió Nowrastreh.
La Administración ha reducido las admisiones de refugiados a los Estados Unidos en un 85% desde 2016, a pesar del número récord de refugiados que necesitan ser reasentados. «La justificación para reducir el asilo fue la seguridad nacional, que los refugiados de Siria u otros países constituyeran una grave amenaza terrorista. Y, sin embargo, los datos no lo confirman».
El analista señaló que, entre las personas que murieron en suelo estadounidense en un acto terrorista entre 1975 y 2017, sólo tres fueron asesinadas por refugiados. «Y todos ellos fueron a finales de los 70», señaló.
Los críticos han dicho que los EE. UU. ha abandonado su antiguo papel como refugio para los perseguidos luego de Trump.
«El gobierno prácticamente ha clausurado el sistema de asilo y ha establecido numerosas restricciones», dijo Nowrasteh. «Lo más increíble de la situación es esperar en México para sus citas en los tribunales y eso ha dado lugar a campamentos de refugiados en el lado mexicano de la frontera, una enorme farsa que pretende elevar la presión económica del individuo y hacer más difícil la obtención de asilo».
Continuando una tendencia que comenzó antes de la pandemia, en respuesta a la COVID-19, el gobierno de EE. UU. ha suspendido todos los visados de trabajo con la excepción de la H2B: el programa para trabajadores agrícolas de temporada.
«Esto es enormemente destructivo para la economía de los EE. UU.», dijo Nowrasteh.
Trump pudo imponer restricciones de entrada de extranjeros, pero no en la deportación de grandes cantidades de personas, especialmente en comparación con la administración de Obama. «Lo intentaron, pero muchas grandes ciudades y gobernadores no cooperaron con el gobierno federal y se convirtieron en ciudades santuario».
Los defensores de los beneficiarios de DACA y otros inmigrantes sin estatus permanente dicen que su situación será aún más precaria durante un segundo mandato de Trump.
Juan Escalante, beneficiario de DACA y defensor de la inmigración desde hace tiempo, dijo que no espera cambios a favor en una posible segunda administración Trump; como usar al DACA como moneda de cambio para obtener una legislación más restrictiva del Congreso.
Durante un reciente reunión con votantes, Trump respondió a una pregunta acerca de DACA diciendo que haría algo «que le gustaría mucho» sobre el tema. Pero Escalante tiene sus dudas.
Noorani indicó que, si Biden gana, espera ver disposición de extender el DACA y el TPS, un estatus temporal que actualmente protege a más de 400 mil personas, en su mayoría, personas de El Salvador, Haití y Honduras, pero también de Nepal, Nicaragua, Somalia, Sudán, Sudán del Sur, Siria y Yemen. La administración de Trump se ha puesto en marcha para acabar con el programa, y la mayoría comenzará a perder su estatus a principios del próximo año.
«También espero un impulso para la legalización, en particular para asegurar que la fuerza de trabajo inmigrante esencial disfrute de un estatus legal completo», dijo.
Noorani aconsejó que los defensores necesitan ampliar la coalición proinmigrante hablando con los conservadores y no tan conservadores, incluyendo grupos religiosos, para que «la demanda de la reforma migratoria no sólo provenga de los inmigrantes sino de muchos segmentos de la sociedad que están a favor de ella».
Nowrasteh dijo que el mejor camino para la reforma de Biden sería la acción del Congreso. «Una reforma duradera debe ser aprobada por el Congreso para crear un sistema de inmigración mucho mejor, y también restringir el poder del presidente para reducir el derecho a la inmigración en el futuro».
Escalante cree que los defensores deben ser «pragmáticos». «No podemos repetir los errores del pasado cuando intentamos aprobar una cosa y luego terminamos sin nada», dijo.
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