lunes, octubre 27, 2025

Comprar casa, casi imposible para trabajadores latinos en la Bahía

Hace veinte años, con cuatrocientos mil podía comprarse una vivienda básica. Hoy, esa misma casa básica no baja del millón doscientos mil dólares, una cifra imposible para la mayoría de trabajadores latinos en la Bahía. Panel que presentaron ACOM y HERA. Desde la izquierda, Christina Morales, Gerente de Vivienda de la ciudad de Hayward; senadora estatal demócrata Aisha Wahab (distrito 10); Derek Barnes, CEO de la Asociación de Vivienda de Renta del este de la Bahía; Nancy Rivers, directora ejecutiva A-1 Community Housing Services, y Gina Di Giusto, abogada “senior” de HERA.
Hace veinte años, con cuatrocientos mil podía comprarse una vivienda básica. Hoy, esa misma casa básica no baja del millón doscientos mil dólares, una cifra imposible para la mayoría de trabajadores latinos en la Bahía.  Panel que presentaron ACOM y HERA. Desde la izquierda, Christina Morales, Gerente de Vivienda de la ciudad de Hayward; senadora estatal demócrata Aisha Wahab (distrito 10); Derek Barnes, CEO de la Asociación de Vivienda de Renta del este de la Bahía; Nancy Rivers, directora ejecutiva A-1 Community Housing Services, y Gina Di Giusto, abogada “senior” de HERA.

¿Cuál es una de las regiones del país en la que ganar 100 mil dólares anuales está considerado “ingreso bajo”? El Área de la Bahía de San Francisco. Hace veinte años, con cuatrocientos mil podía comprarse una vivienda decente y básica (dos habitaciones y un baño) en la Península, por ejemplo. Hoy, esa misma casa básica no baja del millón doscientos mil dólares, una cifra imposible para la mayoría de las familias latinas. 

En medio de este frenesí de los precios de la vivienda en constante aumento —que lleva ya décadas y que ninguna crisis pudo revertir— Hayward, en la costa este de la Bahía, fue durante mucho tiempo un lugar en el que todavía era posible acceder a un techo. 

Ya no es así, y por eso dos organizaciones (American Community Media y Housing & Economic Rights Advocates o HERA) ofrecieron un panel para la prensa, llamado “Preservando la propiedad de viviendas en Hayward, corazón de la Bahía”, el pasado martes 14 de octubre en la biblioteca pública local. Las conclusiones pueden aplicarse tanto a esa ciudad que tiene un 41 por ciento de latinos, como al resto de nuestra región. 

Como lo expresaron los organizadores, las empresas que tienen intereses en el mercado de viviendas (constructores e industrias relacionadas) “venden” al público que el ser propietaria o propietario de una casa es un primer paso para tener estabilidad económica. El tan mentado “sueño americano”. 

Sin embargo, integrantes de comunidades “étnicas” están hallando que ese primer paso puede conducir en cambio a una pesadilla de riesgos ocultos, entre los que se mencionaron las prácticas predatorias de las asociaciones de dueños (HOA) en condominios, o las barreras del lenguaje.

La senadora estatal demócrata Aisha Wahab expuso en la reunión que su familia emigró desde Afganistán y en 2018 fue la primera persona de ascendencia afgana en ocupar un cargo público en Estados Unidos al asumir como concejal de Hayward. Ahora representa en el Capitolio estatal a su ciudad, Union City, San José y Santa Clara, entre otras localidades del distrito 10. 

Explicó Wahab que los “intereses especiales” —poderosas empresas constructoras y afines, muchas de alcance nacional— dominan la provisión de vivienda a sectores con moderados o bajos ingresos aquí en California, por lo que es tan complicado desarrollar proyectos de este tipo, conocidos en inglés como “housing”.  

Citó como ejemplo el caso de una conocida compañía que terminó admitiendo a legisladores de Sacramento que “podría construir y vender casas a precios de Texas”, pero que no lo hacen porque aquí hay mucha gente que puede pagar lo que se les impone. 

Tengamos en cuenta por un lado la cifra ya mencionada (1 millón doscientos como promedio) y por el otro los abultados sueldos que pagan las empresas de tecnología con base en nuestra región a ingenieros en informática y otros profesionales altamente calificados: es muy claro que a las constructoras y desarrolladoras los números les cierran sin hacer demasiado esfuerzo, mientras que a la población restante lo que se les cierran son los caminos para acceder a un techo, incluyendo a maestros, trabajadores de servicios, otros profesionales o pequeños comerciantes. 

Para qué construir casas de bajo precio, si el negocio no está allí. Lo cual esa responsabilidad le cabe a los gobiernos – el estatal y los municipales-. Y abundan en el área de la Bahía las ciudades y pueblos pudientes que no quieren ni por asomo que en sus límites se construyan edificios, complejos o barrios para habitantes de medianos o bajos ingresos, presentando como una de las excusas “que sus (millonarias) propiedades se devalúan”.  

La senadora Wahab dijo en el encuentro que en 2023 se construyeron cien mil viviendas asequibles en el estado, pero que se necesita un total de 2 millones 500 mil para cubrir la demanda actual. 

Por su parte, Nancy Rivera, que es la directora de A-1 Community Housing Services de Hayward, expuso acerca de la ayuda que su agencia brinda a quien quiere comprar una casa: 

“Nos centramos en preguntas que debe hacerse cada persona o familia: ‘En su caso específico, ¿conviene o no comprar una casa? ¿Cómo es su situación financiera?’”. Según Rivera, contestar con sinceridad a estos interrogantes es fundamental para prepararse a asumir la responsabilidad de ser propietario y no ser sorprendido por lo que viene luego. 

Nancy Rivera contó una de las maneras que adoptó una apreciable cantidad de residentes de la región para acceder a viviendas: “Para no tener que irse del área, a Modesto o a Stockton por ejemplo, lo que hacen algunas familias es cooperar, aportando cada una su dinero con el fin de comprar una sola casa que luego se reparten”. 

Ello, dijo, se da mucho entre grupos familiares latinos que tienen pequeños emprendimientos o negocios. 

A-1 Community Housing Services – a1chs.org – ofrece seminarios y talleres en español e inglés, en los que se prepara a los interesados a entender la importancia de un buen puntaje de crédito; se les guía en cómo obtener una hipoteca; se les informa sobre las opciones de ayuda para el enganche inicial y los subsidios disponibles, y se les educa en cómo administrar bien su dinero después de la compra. 

Su directora recalcó que “este tipo de cursos o talleres es necesario hacerlos antes de tomar la decisión de comprar, no en el momento en que ya van a cerrar la operación”.

Por su lado, la abogada Gina Di Giusto de HERA enfatizó al respecto que la persona que busca ser propietaria debe informarse muy bien sobre los costos que implica ser dueña o dueño de una casa, pues si se adquiere una unidad en condominio, pueden darse aumentos súbitos e inesperados en lo que cobra periódicamente la asociación de propietarios o HOA. 

la abogada Gina Di Giusto de HERA enfatizó al respecto que la persona que busca ser propietaria debe informarse muy bien sobre los costos que implica ser dueña o dueño de una casa, pues si se adquiere una unidad en condominio, pueden darse aumentos súbitos e inesperados en lo que cobra periódicamente la asociación de propietarios o HOA. 
la abogada Gina Di Giusto de HERA enfatizó al respecto que la persona que busca ser propietaria debe informarse muy bien sobre los costos que implica ser dueña o dueño de una casa, pues si se adquiere una unidad en condominio, pueden darse aumentos súbitos e inesperados en lo que cobra periódicamente la asociación de propietarios o HOA. Foto: Raúl Ayrala

También es necesario pensar en posibles incrementos en el impuesto a la propiedad, en los seguros, en la luz y el gas, etcétera, recordó la representante de Housing & Economic Rights Advocates (HERA), asociación sin fines de lucro que provee asistencia legal a dueños de casa vulnerables en riesgo de perder sus viviendas.

Este artículo fue escrito con apoyo del Media Fellowship Program de American Community Media.

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Raúl Ayrala
Raúl Ayrala
Nació en Carcarañá, Argentina. Comenzó en radio a los 14 años, estudió Locución en Buenos Aires, y luego trabajó en televisión, prensa escrita y sitios web. En Estados Unidos integró equipos de comunicación de NBC Noticias, The Weather Channel, Telemundo y Univision. Vive en Redwood City.

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