Luego de una pandemia que nos ha dejado en claro que nuestra salud debe ser prioridad, las escuelas de Redwood City se han unido al esfuerzo de millones de personas por mejorar su estilo de vida con una alimentación más sana.
Sin embargo, mientras que algunos distritos escolares del condado de San Mateo han superado la calidad de los alimentos servidos a cientos de estudiantes en el área, otros como los de Redwood City han sufrido a lo largo de varios años deficiencias en su servicio de alimentación.
Marcelene Luna, grandmother of a student at the school. Sylvie Lane, sabe bien que su nieto, al igual que otros cientos de estudiantes, no reciben los alimentos adecuados durante su estadía en sus centros de estudios, pues estos carecen de propiedades nutricionales adecuadas para que su cuerpo y mente trabajen adecuadamente a lo largo de su día.
La situación se agrava, cuando es sabido que una mala alimentación por un periodo prolongado podría provocar graves problemas de salud a mediano y largo plazos.
Así lo señaló durante el programa semanal «La voz de nuestras raíces», conducido por la fundadora de la organización Casa Círculo Cultural, Verónica Escámez, en donde expuso la necesidad urgente de mejorar la comida que se ofrece a cientos de niños en diversas escuelas de San Mateo.
Dijo que en varios planteles del Distrito Escolar de Redwood City existe un alto índice de comidas procesadas altas en contenidos calóricos.
«Sabemos que el azúcar nos da un levantón, pero después nos da un bajón, entonces ¿cómo es que nuestros niños pueden aprender y enfocarse en su educación cuando la comida que está recibiendo no es saludable?», cuestionó.
Actualmente,informó, existe un Comité de Comidas Saludables de Redwood City, el cual cuenta con 200 miembros, y que ha logrado que en tres escuelas del Distrito Escolar ‒Taft, Orion y Henry Ford‒ inicie un programa piloto que elimina las leches chocolatadas y los jugos saborizados de los menús, con la finalidad de disminuir la ingesta de azúcares elevados en la dieta de los niños.
Sin embargo, aún faltan voces que se sumen en nombre de las escuelas a donde van sus hijos, para empujar programas y proyectos de mejoras alimenticias en todo el distrito, precisó Marcelene.
«Hemos notado que la mayoría de las personas que están involucradas en este comité son de las áreas donde la mayoría son anglosajones, y donde necesitamos más ayuda e involucramiento de la comunidad son en escuelas como Garfield, Hoover, y Taft, que son en las que más impacta este tipo de comida», subrayó.
Recordó que hace unos meses, se puso en marcha una encuesta digital, en la que los padres de niños en escuelas del Distrito Escolar de Redwood City pueden opinar acerca de los alimentos que reciben sus hijos en sus centros de estudios.
Los resultados han revelado que los padres de familia consideran que los alimentos dados a sus hijos en las escuelas no son buenos, por lo que muchas veces los estudiantes pasan todo su día escolar sin comer pues, dicen, tampoco tienen buen sabor.
«Cuando visité la escuela Hoover en dos ocasiones era triste escuchar a los padres decir que sus hijos preferían no comer nada a comer lo que la escuela les brindaba», puntualizó.
Y es que, refirió, los menús de la mayoría de los centros escolares incluyen alimentos como banderillas de salchicha, pizza, roles de canela, nuggets de pollo, leche con chocolate y jugos.
Así, dijo, los niños han comido a lo largo de mucho tiempo, comida rápida ‒fast food‒, las cuales tienen un alto contenido calórico y no así nutricional.
Dicha comida, puntualizó, está creando en los niños malos hábitos. Pues al llegar a casa, les cuesta cambiar a una comida con verduras, frutas y procesos adecuados de cocción.
Para lograr dicho objetivo, precisó, es necesario que haya más comidas preparadas diariamente en las propias escuelas. Sin embargo, aclaró, solo una de las escuelas en todo el Distrito Escolar cuenta con cocina central para preparar y elaborar alimentos adecuados y saludables.
Los avances que ha logrado el Comité de comidas saludables no han sido sencillos, pues, explicó, se han encontrado con «bastantes obstáculos».
«No ha sido tan fácil convencer al Distrito escolar que en realidad es mucho mejor para nuestros estudiantes tener comidas saludables», subrayó.
Los obstáculos los ponen desde directivos, hasta otros padres de familia.
«Lo que está pasando no es lo que esperamos de los líderes de nuestras escuelas, pues algunos han mencionado que las familias deberían de estar agradecidas de recibir este tipo de comida, que es mejor que recibir nada. Otros han mencionado que la familia latina no está tan enfocada en comer saludablemente, y sabemos que no es cierto».
Durante el programa que es transmitido en vivo cada jueves en punto de las 20:00 a través de los canales de Casa círculo cultural en Facebook y YouTube, una madre de familia escribió que en la escuela que va su hija, maestros no le permiten que coma los alimentos que lleva desde casa, argumentando que deben comer los que la escuelas les proporciona.
«Como padres tenemos mucho poder, no solamente con los directores de cada escuela, tenemos la voz para hablar con el superintendente, él trabaja para nosotros, y nosotros debemos saber que tenemos ese poder como padres, como familiares de estudiantes de Redwood City y que tenemos que usar nuestra voz, si hay algo con lo que no estemos conformes podemos mandar un correo electrónico», explicó.
The COVID-19 situation in San Mateo County continues to improve. Case rates have decreased by 96 percent since the peak in early January.
There are 10 cases per 100,000 people in the county this week, down from 16 cases per 100,000 a week ago, according to state data. Deaths and hospitalizations are also declining.
Thus, on March 15, the COVID testing service at the San Mateo Events Center will close its drive-thru testing operations.
This was announced by San Mateo County Health Director Louise Rogers, who reported the closure of the Center's operations to the County Board of Supervisors, where she thanked the center's staff for their support.
"We simply could not have mobilized at the level we did without their support," Rogers said.
It is worth noting that testing will continue at other sites in the county, and rapid antigen test kits are available at pharmacies.
Rogers added that the county does not hear back from the results of at-home rapid antigen tests, meaning they cannot trace likely contacts.
This is one reason the county has pulled back on its universal contact tracing efforts to focus on investigating outbreaks in high-risk settings, such as shelters, jails or congregate care facilities.
The rise in Omicron has also made it difficult to continue universal contact tracing, according to Srija Srinivasan, deputy health director for San Mateo County.
“In this Omicron surge, when the duration of transmission was so short, one to three days, then it is more difficult to apply a tool like contact tracing that relies on the lab result getting to public health (and) the public health staff member getting to the resident,” Srinivasan explained.
He also said that contact tracing was more important before vaccines were widely available.
As of Sunday, 89 percent of county residents had received at least one dose of the COVID vaccine.
Dr. Anand Chabra, the county's vaccination section chief, said the county will continue to provide predictable vaccination clinics, despite seeing a decline in vaccinations at its sites.
“Our message that it is not too late to get vaccinated and receive a booster shot remains relevant as vaccination is the single most important action all eligible residents can take to protect themselves from the risks of serious illness or death,” Chabra said.
The San Mateo County Health Department hace un llamado a todos sus residentes para denunciar abusos contra adultos mayores en el área, ya sea de carácter financiero, físico, emocional o sexual, así como por negligencia o aislamiento.
Informó que sólo se denuncia un caso, de los 24 casos que quedan impunes.
«Ayude a detener el ciclo: es asunto de todos», señala en departamento a través de su sitio web.
Los signos y síntomas de abusos contra adultos mayores pueden presentarse como alguien que no está siendo atendido, que tiene moretones inexplicables, que está deprimido o ansioso, o que tiene una actividad bancaria inusual.
Y es que, se espera que la población de adultos mayores del condado de San Mateo crezca más del 70 por ciento para 2030.
«A medida que más personas envejecen en el condado, debemos asegurarnos de que todos puedan hacerlo de manera segura», precisa.
¿Cuáles son los signos de abusos contra adultos mayores?
«Es mejor llamar y equivocarse, que acertar y no hacer nada», advierte el condado.
Hay muchas señales que significan que alguien necesita tu ayuda. Estos signos no siempre significan que la persona está siendo abusada o descuidada, pero pueden ser indicios de que algo no está bien.
Si se tienen dudas, puede llamar a la Línea Directa de Servicios para Adultos y Personas Mayores al 1-800-675-8437 o al 1-844-868-0938 y un miembro del personal capacitado puede analizar las señales mientras mantiene la confidencialidad de su información.
Algunas señales para detectar abusos contra adultos mayores son:
He looks unkempt and has poor personal hygiene.
Has unexplained bruises, sores, or burns
Está deprimido, confundido, asustado, agitado, tiene comportamiento atípico, retraído
Shows fear or anxiety around certain household members or caregivers.
Having an adult child or caregiver who is overly dependent on the older adult for income or shelter
Tiene cambios en el apetito o un aumento o pérdida de peso drástico
No puede realizar cosas básicas como preparar comidas, comprar o moverse
Has unusual bank account activity, gives away money, has debts or is unable to buy groceries
Está aislado y tiene visitas o llamadas telefónicas restringidas
Ante situaciones de dicha índole, si se sospecha que un ser querido está sufriendo abuso o es usted quien sufre negligencias, denuncie la situación llamando al 1-800-675-8437 o al 1-844-868-0938,en donde será atendido por un miembro capacitado del personal del Departamento de Salud del condado de San Mateo, las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
Cabe destacar que la identidad de la persona que denuncia está protegida.
El denunciante o una orden judicial pueden renunciar a la confidencialidad, y también se puede denunciar el abuso de ancianos de manera anónima.
By Pamela Cruz, with the support of Hans Leguizamo, Constanza Mazzotti, Anna Lee Mraz, Manuel Ortiz and the members of the P360P community journalism workshop.
Despite 92.6 percent of San Mateo County's eligible population being vaccinated, misinformation and fears continue to surround the COVID-19 vaccine among the Latino community.
For María Segovia, a participant in the Peninsula 360 Press [P360P] community journalism workshop and a resident of Redwood City, COVID vaccine myths continue to circulate with the same force on social media, especially on Facebook and Instagram.
"One of the most heard to date is that vaccines have a chip so they can locate us. The other is that they leave us sterile and that is also still heard both on social media and from people who continue to talk," he said.
However, and according to the Centers for Disease Control and Prevention (CDC), COVID-19 vaccines do not contain microchips: they were created to fight diseases and are not administered to track your movements.
Vaccines work by stimulating your immune system to produce antibodies, just as it would if you were exposed to the disease. After you get vaccinated, you develop immunity to that disease without having to have had it.
The SARS-CoV-2 virus has undoubtedly put human beings and their capacity to believe in science and its advances to the test. With the arrival of not one, but several vaccines to combat COVID-19, the beliefs, fears and doubts of all communities, including the Latino community, came to the surface.
Roberto Cruz, a volunteer at the nonprofit Casa Círculo Cultural, said he has also continued to hear myths about the COVID vaccine, in his case, those about infertility and DNA alteration, which continue to be widely heard and highlighted, especially on Facebook.
The CDC has noted that COVID-19 vaccines do not modify or interact with DNA in any way.
Both messenger RNA (mRNA) and viral vector vaccines against COVID-19 deliver instructions ‒genetic material‒ to our cells to begin generating protection against the virus that causes COVID-19.
Once the body produces an immune response, it discards all vaccine ingredients.
The genetic material provided by mRNA vaccines never enters the nucleus of the cell, which is where our DNA is housed.
Viral vector vaccines against COVID-19 deliver genetic material to the nucleus of the cell so that it can generate protection against the disease. However, the viral vector does not have the machinery necessary to integrate its genetic material into our DNA, so it cannot alter it.
Different types of vaccines work in different ways to provide protection. But with all types of vaccines, your body is left with a supply of “memory” T cells, as well as B cells that will remember how to fight that virus in the future.
While it is true that social media has been very useful in spreading reliable and truthful information, it has also been useful in misinforming people about the disease that has claimed the lives of almost 6 million people worldwide, and the vaccines that combat it.
Regarding fertility, both the World Health Organization (WHO) and the CDC have stated that there is currently no evidence to show that any vaccine, including those against COVID-19, causes fertility problems in women or men.
The COVID-19 vaccine is also recommended for people who are pregnant, trying to get pregnant or planning to become pregnant in the future, as well as their partners.
The WHO has also pointed out that clinical trials of the already approved vaccines have confirmed that they do not cause infertility.
Celene Gómez, a student in P360P's community journalism workshop, agreed that myths and rumors about the COVID-19 vaccine continue. Given this, and having lost loved ones due to the disease, she called for avoiding misinformation.
"I have had loved ones who have died from COVID-19 and I think I would be much more afraid of dying than of getting the vaccine. I would recommend everyone to get it. There is a lot of fake news, but it is better to find out for yourself and get it," she said.
The director and founder of the Casa Círculo Cultural organization, located in the heart of Redwood City, Verónica Escámez, knows and understands firsthand that myths about vaccines continue to be a barrier in the Latino community to ensure that, above all, children are immunized.
«The most important myth, or at least the one we hear the most in the organization, is that they are going to put a chip in them… unfortunately, that is what we hear the most here. I have heard it everywhere, from people who do not want to get vaccinated, because generally we ask all children to get vaccinated and some parents say they do not want to vaccinate them because through the children they are going to put a chip in them and they will be located, especially if they do not have documents to live in the United States and they are afraid of being detained,» she stressed in an interview.
He added that these types of ideas and beliefs have been spread through social media, especially on Facebook.
"We have seen it on social media, because it is everywhere, and we have also heard it from some who were told, and from others, that this is what can happen, even though they are already vaccinated, they are still afraid."
According to a brief survey conducted among Redwood City residents, other myths that still persist among the Latino community are that COVID-19 vaccines are made from dead human fetuses and/or include ingredients that are dangerous for humans.
The reality is that both the WHO and the CDC detail that virtually all of the ingredients included in COVID-19 vaccines are found in many foods, such as fats, sugars, and salts.
The exact ingredients of each vaccine vary depending on the manufacturer.
The Pfizer-BioNTech and Moderna COVID-19 vaccines also contain messenger RNA, while the Johnson & Johnson/Janssen vaccine contains a harmless version of a virus unrelated to the virus that causes COVID-19.
All of them give instructions to the body's cells to generate an immune response.
This response provides protection to users from getting sick from COVID-19 in the future. Once the body produces an immune response, it discards all the ingredients of the vaccine, just as it would discard any information that the cells no longer need. This process is part of the normal functioning of the body.
Therefore, COVID-19 vaccines DO NOT contain ingredients such as preservatives, tissues – such as fetal cells from abortions – antibiotics, food proteins, drugs, latex or metals.
These myths are compounded by the fact that COVID-19 vaccines contain magnetite and therefore magnetize people.
However, getting vaccinated against COVID-19 does not magnetize you, not even in the vaccination area, which is usually the arm, the CDC details.
COVID-19 vaccines do not contain ingredients that can produce an electromagnetic field at the injection site or anywhere else in the body, as they do not contain metals.
Los departamentos del condado han aumentado las contrataciones, aunque está recibiendo pocas solicitudes de empleo luego de la congelación de plazas que comenzó en 2020 y finalizó el año pasado.
La directora de recursos humanos, Rocío Kiryczun, le dijo a la junta que la situación no es exclusiva del condado.
«Todos hemos leído y escuchado sobre la gran renuncia», expresó Kiryczun. «A nivel nacional y local, ha habido un aumento en el número de trabajadores que dejan sus trabajos. Están reevaluando su situación en el entorno en constante cambio experimentado durante la pandemia».
A pesar de los esfuerzos de reclutamiento del condado, sus vacantes y tasas de rotación son más altas de lo normal. La tasa de vacantes del condado este año es del 13 por ciento en comparación con el 10 por ciento habitual.
En tanto, hasta ahora, las tasas de rotación son del 11 por ciento este año, en comparación con el 7 por ciento del año pasado.
Kiryczun agregó que la tasa de rotación probablemente aumentará a medida que las personas se jubilen.
Algunos de los puestos más difíciles de cubrir han sido en los departamentos de salud y aplicación de la ley, para funciones como trabajadores sociales, enfermeras, médicos y ayudantes del alguacil.
La portavoz del condado, Michelle Durand, dijo en un comunicado que si bien las vacantes de trabajo actuales no están afectando las operaciones en este momento, los departamentos están utilizando más ayuda adicional y horas extra.
«Sin embargo, el uso de horas extra supone una carga adicional para los empleados y no es sostenible a largo plazo», puntualizó Durand. «Dado que la contratación y la capacitación de los nuevos empleados lleva tiempo, el Condado está buscando formas de llenar las vacantes lo antes posible para que no veamos un impacto futuro en la prestación del servicio».
La junta aprobó tres recomendaciones para atraer candidatos para sus puestos difíciles de cubrir.
Primero, los nuevos empleados contratados para estos puestos recibirían beneficios avanzados, como 40 horas de vacaciones y hasta 80 horas de licencia por enfermedad, en comparación con las 48 horas anteriores. También es posible que puedan acumular horas de vacaciones a una tarifa avanzada según la experiencia laboral anterior.
En segundo lugar, un programa piloto proporcionaría bonos para contratar de hasta 30 mil dólares para personas como ayudantes del alguacil y enfermeras, o hasta 15 mil dólares para puestos de ayudante del alguacil en prácticas y oficiales correccionales.
El bono para contratar se dividiría en varios pagos, con un pago inicial al comenzar y el resto durante tres años a la espera de un empleo continuo.
Además, los empleados actuales del condado recibirían un premio de mil dólares por recomendar a un candidato que sea contratado con éxito en un puesto difícil de cubrir y que complete el período de prueba. Este es un aumento en el premio de recomendación anterior de 500 dólares.
El costo de estos programas será cubierto por los respectivos departamentos.
Las encuestas han arrojado una idea de por qué las personas se quedan y por qué las personas dejan sus trabajos en el condado.
«Esencialmente, lo que escuchamos de los empleados es que quieren trabajos de calidad, beneficios salariales competitivos, ambiente de trabajo flexible, propósito y oportunidades de desarrollo profesional», aclaró Kiryczun.
El alto costo de la vivienda también ha demostrado ser un desafío para reclutar nuevos empleados y una de las razones por las que las personas eligen irse.
Para ayudar a los empleados con la vivienda, el condado tiene programas como un programa de asistencia para el pago inicial de los empleados, que ofrece un préstamo de 100 mil dólares para que los empleados elegibles lo utilicen para comprar una casa.
However, the demand for the program exceeds what the county can offer.
Los préstamos se distribuyen mediante sorteo y el número de personas sorteadas depende de la disponibilidad de fondos. Solo cuatro personas fueron seleccionadas en el sorteo de enero, según el sitio web del condado. Kiryczun dijo que a veces los empleados no aceptan el préstamo debido al costo de la vivienda en el área.
Una persona que llamó a la reunión, que se identificó como empleada del condado, dijo que esperaba que los supervisores consideraran ampliar el programa de asistencia para el pago inicial.
El condado también tiene una empresa externa que revisa sus prácticas de contratación y retención para brindar recomendaciones adicionales. Se espera que ese estudio esté completo para junio de este año.
Writing is not an easy task for anyone. It is an exercise in perseverance, time and discipline. It is even less complicated for women and journalists, needless to say, not because of a lack of ability, but because of the load of things to do that haunts us in our daily lives and when we finally find the time to sit down and put words together, we are overcome with fatigue and sometimes we give up at the end of the day.
Even so, we women have learned to lift stones and find little holes to sneak through.
Cuando logramos plasmar palabras en el teclado, estas implican una vulnerabilidad agregada. Una se desnuda por completo para develar el alma ante la audiencia y, en sociedades como las nuestras, eso ya implica un acto de verdadera valentía.
No hace mucho que las mujeres usaban seudónimos para publicar bajo nombres masculinos o unisex. La misma J.K. Rowling, autora de Harry Potter, desistió de publicar bajo Joanne a sugerencia de los editores para alcanzar al público masculino de jóvenes. Recientemente Rowling explicó que se sentía “paranoica” de publicar con su nombre y no querer llamar la atención de un ex-marido suyo. No sé cuál me perturba más, si el hecho de que socialmente fuera aceptada mejor como “no-mujer” o que quisiera esconderse de una relación personal anterior.
Así vamos todas, sorteando las desventajas -unas más que otras, por supuesto- de una vida hecha para beneficio de los hombres. Pero vamos levantando piedras juntas, porque como dijo la gran Francesca Gargallo quien partió muy pronto pero nos dejó un gran legado de lucha y de alternativas ante el patriarcado: “La amistad entre mujeres es un acto y una actitud revolucionaria”.
Aquí una muestra en Península 360 de lo que implica escribir, ser mujer, ser periodista y, para algunas, migrante. Aquí estamos escribiendo a diario en el ejercicio revolucionario cotidiano del periodismo, ser mujeres y ser amigas.
A veces, cuando siento que me faltan las palabras o que después de una jornada doble o triple (de trabajo y de cuidados) estoy muy cansada como para sentarme a escribir, me pongo a pensar en todas las que escriben en condiciones de mayor precariedad que yo, en las que escriben en ambientes en los que apenas pueden respirar por las distintas violencias que las atraviesan en sus vidas cotidianas.
Pienso en que no todas podemos tener el cuarto propio al que se refería Virgina Woolf a mediados principios del siglo pasado, que la mayoría escriben desde ese zulo propio que reivindica la española Itziar Ziga, y que en México, como bien dice Dahlia de la Cerda, puede ser la mesa del comedor, en donde estás dando de comer a la familia, el transporte público en el que vas a trabajar, la calle en donde colocas tu puesto ambulante.
Escribo esto pensando en que desde mis privilegios, pero también desde mis desventajas, me acuerpo con las demás y entonces el camino es menos difícil.
El chiste, creo, es sabernos juntas, saber que en mayor o menor grado, todas escribimos desde la desventaja. Pero aquí estamos, aquí seguimos, dejando caer unas cuantas letras día a día.
«Ser mujer y periodista es un deporte extremo en México» dijo una profesora cuando entré a la licenciatura de Comunicación y Periodismo, y es que en este país son asesinadas en promedio 10 mujeres cada día, además del riesgo que representa la profesión de periodismo, en la que, si «te entrometes demasiado», denuncias hechos que manchen la reputación de políticos, señalas narcotraficantes o conoces cómo funciona el crimen organizado, expones tu integridad.
Al unir estas dos categorías, ser mujer y periodista, aumentan las probabilidades de que seas asesinada, pero también si le sumas que un día decidiste salir de noche, usaste minifalda o un escote, no moderaste lo que bebías y además debes usar el transporte público para regresar a casa.
Entonces, ¿importa la profesión que se elija? Yo diría que el simple hecho de ser mujer ya es un deporte extremo, en el que tenemos que «aprender a arriesgarnos lo menos posible» sin garantizar que aún con «precaución» estemos a salvo, porque violan y matan a la bebé, a la niña, a la joven, a la anciana, a la periodista, la doctora, la cajera, ¡y a cualquiera!
La sociedad machista de México nos condena a medir nuestras decisiones, analizar nuestras acciones, perder nuestra personalidad y vivir con miedo, temer del conductor de Uber, de nuestro compañero de clases, del profesor que hace comentarios «subidos de tono», del chico que nos invitó a bailar, e incluso de quien elegimos como pareja sentimental.
Perdemos nuestra intimidad porque tenemos que reportar a nuestra amiga de confianza a dónde vamos, con quién vamos, la ropa que usamos, datos que en caso de desaparecer serán expuestos en todos los medios y con los que seremos sometidas al juicio público.
Vivimos todas las formas de violencia posibles, y aun así seguimos en la lucha, en la búsqueda de libertad e igualdad. Marchando, escribiendo o posteando en redes sociales para hacernos escuchar.
Andrea Hernandez
Carta a Elizabeth Jane Cochran, pionera del periodismo de investigación y reportera
Han pasado 100 años desde tu partida. Cada vez que escribo, que investigo, que reporteo, que mi mente se desliza por mis dedos y se vierte en una hoja digital en blanco, pienso en ti.
Letra a letra pienso en la fuerza que te impulsó a ser, a ver y a dar a conocer a los demás la noticia desde tu perspectiva única.
Gracias a tu trabajo he llegado a comprender que una mujer con una pluma es revolucionaria, es punk, es insurgente, es visionaria, es disruptiva y es pasión.
Una mujer que ha decidido poner en papel, en la web, en los diarios y la radio, su voz, sus pensamientos, sus investigaciones y su visión, es una emancipadora, es fuerza, es color, es inspiración.
Hoy somos millones en el mundo que seguimos tus pasos: periodistas, comunicadoras, comunicólogas, reporteras, conductoras, editoras, fotógrafas y demás, damos cuenta de que nuestra pasión por la verdad y por saber más, va más allá de una simple profesión.
Si tan sólo hoy pudieras ver lo que hemos logrado. Me imagino que ser pionera en el periodismo de investigación, de las primeras reporteras y corresponsales de guerra allá a inicios de los 1900 no era tarea sencilla, pero hemos luchado. Nos ha costado miles de vidas de mujeres que no han bajado la cabeza en pro de dar voz a esas y a esos que no han podido.
La tinta cobró un color carmín cuando se nos ha intentando callar, cuando desde el poder nos atacan, nos enfrentan y nos tachan de mentirosas.
Mi muy querida Nellie Bly, el campo de batalla no ha sido parejo. La mano de un patriarcado en los medios de comunicación nos ha intentado contener, nos ha querido callar, ha manchado con la sangre de mujeres las hojas de diarios, pero aquí seguimos.
Hemos aprendido a hacer de todo, igual hacemos periodismo de guerra que narramos un partido de fútbol. Somos madres, hermanas, amigas, esposas, y sí, periodistas.
Ay Nellie, «la solitaria huérfana», eras una feminista! Qué ganas de que pudieras ver todas aquellas que han ganado el premio Pulitzer. Sí, lleva el nombre de quien fuera tu jefe en el New York World.
Pienso en tu primer trabajo tras llegar a Nueva York, un artículo sobre un asilo psiquiátrico para mujeres en Blackwell’s Island, ¿recuerdas?
En ese entonces te llamaron loca por internarte en el propio asilo, exponiéndote a las mismas condiciones a las que se sometía a las pacientes.
Tu reportaje es hoy una leyenda, «Diez días en un manicomio». Qué forma de dar cuenta de los abusos de la administración sobre los pacientes, tanto así, que obligó a las autoridades sanitarias a abrir una investigación y a tomar medidas drásticas sobre el trato a los enfermos mentales.
Hoy intentamos hacer lo propio. Millones de mujeres siguen tus pasos, cada una en condiciones diferentes, pero siempre desde la desventaja de ser mujer, pues aún nuestro trabajo es poco reconocido y la violencia contra nosotras no cesa.
I am saying goodbye, I have to make some notes, prepare a report, make dinner and help my son with his homework. I will write you soon, I think of you always.
Pamela Cruz
Woman's voice
ByConstanza Mazzotti
Las paredes de mi casa me resguardan del recuerdo de ser mujer, es decir, sé que soy una de ellas porque aprendí a vestir, tengo pelo largo, me muevo y maquillo como una más. Me gusta mi voz, me gusta mi rostro y la forma en la que decido el orden de mi día. Mis decisiones parten solamente de mis deseos personales. Lo complicado viene cuando decido salir de casa y mi entorno se dedica segundo a segundo en señalar que en verdad soy una mujer. Las personas que pasan a mi lado, la forma en la que me ven, las circunstancias a las que me atengo por salir a la calle delatan lo peligroso que se vuelve lo femenino.
Esta sensación de ser extraña con mi cuerpo durante mi paso por las calles la identifico desde la infancia, así como el hecho de ser consciente de esta doble forma que tengo para expresar mi feminidad en un dentro y fuera de muros.
Pensaba que escribir sería un espacio neutro. De chica firmaba mis cuentos con nombre de hombre así, el destello que reflejaría mi sexo en las letras confundiría al lector impresionado por ese tajante masculino que firmaba cada una de las entregas. Todo iba bien hasta que ingenuamente entregué uno de esos textos con mi propio nombre develando el secreto de mi voz. Mi secreto estaba revelado, nunca más pude disfrutar del privilegio de tener un nombre masculino. Me dio mucho temor, me llené de vulnerabilidad al comenzar a firmar con mi nombre. Después de pensar largamente sobre los miedos de publicar con nombre de mujer me di cuenta de qué tan débil se encontraba mi voz y mi posicionamiento como chica ante la vida. Escribir como mujer es difícil porque las letras también se catalogan como masculinas y /o femeninas. ¿Cómo lograr esa igualdad?
Desde hace más de cinco años mantengo un espacio en internet en donde amigas publicamos lo que queremos escribir, sin pretensión de absolutamente nada más que el placer de la escritura y, por si no fuera poco, la consigna es escribir sobre lo íntimo, lo cotidiano y sobre lo que para nosotras es nuestra propia realidad.
¿Sabías que las mujeres suelen aplicar a una vacante de trabajo solo sí cumplen el 100% de los requisitos en cuando los hombres aplican si cumplen un 60%? ¿Y qué dice ese dato sobre nosotras, mujeres? Eso enseña otra de las luchas cotidianas que nosotras, y aún más las mujeres que creamos, tenemos que enfrentar. Queda siempre por ahí una especie de falta de confianza que nos acecha incluso a las más seguras de sí. De repente, como si de la nada, llega y nos hace cuestionar si somos realmente buenas, si somos realmente capaces, si merecemos este trabajo, si debiéramos mismo estar escribiendo ese libro, esa tesis, ese artículo de opinión. Y está bien que una se cuestione, y quiera siempre superarse. Pero muchas veces ese sismo en la autoconfianza nos paraliza.
Sí, confiamos en nosotras, sabemos que somos capaces, y así lo decimos en voz alta. Pero ahí, enterradas en nuestro inconsciente desde niñas, están narrativas de perfeccionismo en las cuales muchas de nosotras nos enredamos, y que nos paralizan. Porque de alguna forma, queda ahí escondida la idea de que no debiéramos atrevernos. O que si nos atrevemos, tenemos que enseñar que somos perfectas. Sobresalientes. Y la verdad es que los hombres van por ahí atreviéndose, aplicando a vacantes con mucho menos cualificación que nosotras, escribiendo lo que les dé la regalada gana sin miedo. Porque a ellos, de niños, los enseñaron a atreverse. En cuanto a nosotras, nos enseñaron a ser perfectas. Y preferentemente, “no-incómodas”.
Al que parece, ¡y qué bueno!, cada vez más de nosotras nos damos cuenta y nos cuestionamos. Pero como todas las luchas, es una batalla diaria, y una no puede bajar la guardia. Sigamos enseñando a nuestras niñas a ser valientes, atrevidas, no perfectas. Y hagamos lo mismo con la niña que fuimos un día y que aún llevamos dentro.
Mariel Zasso
La nueva semántica del feminismo
Por Lourdes Durán
Decidí dedicar mi vida profesional como comunicóloga a la docencia, aunque me inicié como reportera en un medio con un carácter eminentemente social: la Consumer Magazine.
Fueron años híbridos dedicados al ejercicio de la profesión y a la nobleza de la academia.
Casada desde muy joven, la maternidad llegó muchos años tarde por razones médicas. Y así cómo llegó la alegría de adoptar a una hermosa bebé y dar a luz a una nena prematura extrema, mi relación de 15 años terminó.
Las razones ya no son importantes ahora. Pero en ese momento había dejado mis trabajos para dedicarme al cien a lo más importante: sacar adelante a mis dos pequeñas casi gemelas.
Así, de un día al otro me cayó encima la condición femenina de ser madre sola, de buscar trabajo y de encontrar quien me ayudara con mis hijas de 5 años.
Me enfrenté a la semántica de los términos que en mi generación no se conocían: el patriarcado, el acoso, el dolor del abuso y del abandono.
Fueron meses de profunda desesperanza ante la condición de ser mujer y madre.
Al final, la resiliencia, la sororidad (dos nuevos vocablos para mí) y la fuerza que sacamos las mujeres y las madres de lo más profundo de la entraña para salir adelante.
Mis hijas, ahora de 25, conocen a profundidad estos términos llenos de la nueva revolución femenina que estamos viviendo. Juntas las tres hemos ido a las marchas para tratar de construir un nuevo mundo femenino mucho más justo.
Imagen realizada por Aline Nolte Durán
Press release
Las mujeres de Península 360 reivindicamos hoy, 8 de marzo 2022, nuestro derecho a existir en tanto mujeres, periodistas, escritoras y amigas. Tomamos uso de la palabra para denunciar los cobardes actos de feminicidio, de violencia que viven las mujeres no sólo en México, sino en toda América Latina y en el mundo. Tomamos la palabra para alzar la voz por quienes cuya precarización no les permite hacerlo tan fácilmente y luchamos por crear más espacios donde cada una hable por sí misma. Nosotras nos manifestamos contra la guerra, la pobreza y la violencia en México que expulsa migrantes al por mayor y luego las invisibiliza… usamos la pluma para develar las injusticias y las atrocidades del mundo, especialmente contra otras y otros periodistas, como en el caso de México.
Ante la exacerbante violencia tóxica y machista que afecta a hombres y mujeres, que prolonga sus efectos a ambos lados de las fronteras, que envenena juegos de fútbol y profundiza las desigualdades en el mundo, nos unimos las mujeres , una vez más, para decir: ¡basta!
Como mujeres periodistas, escritoras y comunicadoras resistimos en colectividad para construir redes de apoyo entre mujeres y organizaciones de mujeres, comprometidas desde el periodismo feminista a ser un instrumento de denuncia y expresión frente a la violencia de género, las injusticias del Estado contra la población más vulnerable. ¡Ni una más, ni una menos! Y si nos tocan a una, respondemos todas.
El futuro de EU está ligado a la educación, la salud y el bienestar económico de las latinas, concluye un estudio realizado por la Asociación Estadounidense de Mujeres Universitarias (AAUW, por sus siglas en inglés).
Su creciente presencia seguirá cambiando la demografía, impulsará la economía y cambiará las elecciones futuras.
Pero a pesar de que sus contribuciones impulsan la economía nacional, muchos ven poco retorno por su trabajo. Más de la mitad de las latinas son estadounidenses de segunda, tercera y cuarta generación, pero las desigualdades estructurales profundamente arraigadas en educación, salud y economía limitan la capacidad de las latinas para crear riqueza generacional, subraya el texto.
Y es que, cada vez son más las latinas que se gradúan de la escuela secundaria y la universidad, pero aún se les niega el acceso a oportunidades educativas de alta calidad.
Los latinos en su conjunto aportaron 2.6 billones a la economía de los EU en 2019, pero las latinas ganan 55 centavos por cada dólar que ganan los hombres blancos no hispanos.
La COVID-19 ha tenido un impacto particularmente devastador entre las latinas: el 21 por ciento perdió su trabajo en los primeros días de la pandemia; casi una cuarta parte de ellas carece de seguro médico y sólo el 16 por ciento tiene la oportunidad de trabajar desde casa.
COVID-19 and its impact on Latinas
La pandemia de COVID-19 ha sido especialmente difícil para las latinas. Además de las obligaciones de cuidado que las ha llevado a dejar la fuerza laboral tres veces más que las mujeres blancas no hispanas, es más probable que pierdan sus trabajos y menos probable que reciban un seguro de desempleo, señala el estudio.
Casi 3 de cada 10 (28.3 por ciento) trabajan en un empleo de primera línea.
Entre febrero y mayo de 2020, las latinas sufrieron una mayor caída en el empleo que cualquier otro grupo de hombres o mujeres. El 21 por ciento perdió su trabajo durante este periodo, en comparación con el 15 por ciento de los hombres latinos, el 13 por ciento de las mujeres blancas no hispanas y el 9 por ciento de los hombres blancos no hispanos.
En enero de 2021, todavía había 633 mil latinas menos en la fuerza laboral que en febrero de 2019, en comparación con 241 000 hombres latinos menos.
El estudio también destaca que las latinas tienen más probabilidades de estar desempleadas porque están sobrerrepresentadas en los sectores de servicios, hotelería y ocio que fueron devastados por el COVID-19, en tanto, las personas indocumentadas, incluidas las latinas, han sufrido incluso más que las que son ciudadanas estadounidenses.
Las latinas indocumentadas trabajaron durante la pandemia, la mayoría de las veces como trabajadores esenciales. Sin embargo, la Ley de Seguridad Económica y Alivio de Ayuda por Coronavirus del gobierno federal de 2020 ‒Ley CARES‒ excluyó a los inmigrantes indocumentados, negando a estos contribuyentes el acceso al seguro de desempleo y beneficios en efectivo.
Y en las familias de estatus mixto, el hecho de que una persona indocumentada presente la declaración de impuestos junto con un cónyuge ciudadano o residente legal resultó en la descalificación de toda la familia para recibir asistencia en efectivo.
En marzo de 2021, los latinos tenían una tasa de hospitalizaciones por COVID-19 3.1 veces mayor que la de los estadounidenses blancos no hispanos y una tasa de muertes por COVID-19 2.3 veces mayor.
California y Texas tienen las poblaciones latinas más grandes, con 7.7 millones y 5.7 millones de latinas, respectivamente. Florida, Nueva York, Arizona e Illinois tienen cada una más de un millón de latinas. Juntos, estos seis estados albergan al 68.2 por ciento de todas las latinas que viven en los Estados Unidos.
La gran mayoría de las latinas en EE. UU. son de origen mexicano (62 por ciento). El resto de la población es de origen puertorriqueño (8.7 por ciento), cubano (4.1 por ciento), centroamericano (8.9 por ciento), sudamericano (6.8 por ciento) u otro origen latino (9.5 por ciento).
Las latinas son jóvenes: el 34 por ciento tiene entre 0 y 19 años, frente al 20 por ciento de mujeres blancas no hispanas. Sólo el 9 por ciento de las latinas está en edad de jubilarse, en comparación con el 22 por ciento de las mujeres blancas no hispanas.
Se estima que el 27 por ciento de todas las mujeres en los Estados Unidos serán latinas para el 2060.
Educación y latinas
Las latinas han logrado avances significativos en el logro educativo en las últimas dos décadas. Este desarrollo es prometedor porque, en general, una mayor educación se correlaciona tanto con mayores ingresos como con menor desempleo. Sin embargo, este progreso viene con advertencias: en las mujeres latinas las tasas de graduación aún están por debajo de las de otros grupos demográficos, y la educación universitaria no es una panacea cuando se trata de salarios justos.
Las latinas tienen la tasa más alta de deserción escolar de todas las razas/etnias de mujeres, excepto las mujeres indias americanas/nativas de Alaska. Entre 2000 y 2019, la proporción de latinas de 25 años y mayores que habían obtenido un diploma de escuela secundaria o superior aumentaron en un 26.6 por ciento.
En tanto, entre 2000 y 2019, la proporción de latinas de 25 años o más que obtuvieron una licenciatura o un título superior casi se duplicó.
Así, en 2019, más de 1.1 millones de latinas (5.7 por ciento) tenían títulos avanzados.
Si bien el logro educativo reduce la brecha salarial, las latinas con mayores grados todavía ganan menos que los hombres blancos no hispanos con títulos de licenciatura, por lo que está claro que la educación no es una panacea para la desigualdad estructural.
Participación laboral y brecha salarial de género
Las latinas en EU son relativamente jóvenes y se están uniendo a la fuerza laboral en cantidades cada vez mayores, rasgos que pueden ayudar a contrarrestar la salida más amplia de mujeres y baby boomers of the labor force.
Sin embargo, la discriminación y los prejuicios basados en raza, origen étnico, sexo y estado migratorio se han cruzado para llevarlas a ocupaciones con salarios más bajos y justos por su trabajo, subraya el análisis.
Durante las últimas dos décadas, la participación de las latinas en la fuerza laboral ha aumentado de forma lenta pero constante, del 55.9 por ciento en 1999 al 57.7 por ciento en 2019.
Desde 2007, la cantidad de propietarias de pequeñas empresas latinas aumentó más rápido que cualquier otro segmento racial o étnico, lo que representa una tasa de crecimiento del 172 por ciento. Las 400 empresas propiedad de latinas que se lanzan diariamente generan 97 mil millones de dólares al año.
En 2019, las latinas ganaron un promedio de 32 mil 470 dólares, solo el 55 por ciento de lo que ganaban los hombres blancos no hispanos y el 81 por ciento de lo que ganaban los latinos. Al ritmo de cambio actual, la brecha salarial entre las latinas y los hombres blancos no hispanos no se cerrará hasta el año 2451.
«Los bajos salarios, combinados con la recesión económica causada por la pandemia de COVID-19, han expuesto aún más la vulnerabilidad económica de las mujeres en ocupaciones relacionadas con los servicios y salarios bajos. Las mujeres, y las latinas en particular, han experimentado las mayores pérdidas de empleo, un hecho que probablemente amplíe la brecha salarial en el futuro, sentencia el documento.
Parte de esta brecha salarial se debe a la segregación ocupacional.
Las latinas están sobrerrepresentadas en ocupaciones de servicios mal remunerados: tienen el doble de probabilidades de trabajar en este tipo de trabajos que las mujeres blancas no hispanas.
Además, están subrepresentadas en ocupaciones bien remuneradas de administración, negocios y operaciones financieras, pues una de cada cinco mujeres blancas trabaja en estas ocupaciones en comparación con casi una de cada ocho mujeres latinas.
Aunque las tasas han disminuido, un número significativo de latinas y sus familias tienen inseguridad económica y se ven afectadas de manera desproporcionada por la pobreza. En 2018, el 18 por ciento de ellas vivían en la pobreza.
Las latinas sufrieron enormes pérdidas de empleo desde el comienzo de la pandemia. Una de cada cinco latinas (20.2 por ciento) estaba desempleada en abril de 2020. Aunque las tasas de desempleo han disminuido desde entonces, las latinas todavía tenían una tasa de desempleo del 7.3 por ciento en marzo de 2021.
Cabe resaltar que las latinas son más propensas a trabajar en trabajos con horarios irregulares y horas reducidas.
Access to health care
Las latinas tienen más probabilidades de no tener seguro que las mujeres en casi cualquier otro grupo demográfico.
El estatus migratorio también afecta el acceso de las latinas al seguro médico patrocinado por el empleador. Las madres latinas nacidas en los EE. UU. tenían más probabilidades ‒56 por ciento‒ de tener acceso a un seguro de salud patrocinado por el empleador, en comparación con el 42 por ciento de las madres latinas nacidas en el extranjero.
Participación política
Con su población en constante aumento y las tasas crecientes de participación electoral, las latinas se han convertido en un poderoso grupo de votantes.
As of 2019, 79.3 percent of those living in the U.S. are U.S. citizens.
Y es que, el número de votantes latinos aumentará dramáticamente en las próximas décadas. Un millón de latinoamericanos cumplirán 18 años cada año durante al menos las próximas dos décadas, y el 94 por ciento de los latinos de 18 años o menos nacieron en la unión americana.
Las latinas asisten en mayor número que sus contrapartes masculinas a las urnas: el 50 por ciento de las latinas elegibles votaron en las elecciones intermedias de 2016, en comparación con el 45 por ciento de los latinos elegibles.
Las latinas votan más que los latinos por candidatos demócratas, una preferencia que fue evidente en varios estados indecisos en las elecciones presidenciales de 2020.
Las encuestas de Voto Latino encontraron que las latinas son más propensas a apoyar a los candidatos que piden igualdad salarial, asequibilidad universitaria, licencias ‒ausencia laboral solicitada‒ pagadas y derechos reproductivos.
It's just a funny birthday card, sent to me with a lot of love. On the front it says, “Getting older is great,” and inside it continues, “…no one ever said that. Anyway, happy birthday.” (“Getting old is awesome…said no one ever. Anyway, happy birthday!”) Considering the alternative, growing old is surely nicer than dying. Either way, I’ve never seen a card that says, “Dying is fabulous,” and it’s hard to imagine who one might send such a message to. Surely, the deceased person’s relatives would find it, to say the least, confusing.
Despite the laughter it provokes, the card expresses the ideology of “ageism” that dominates Western culture, particularly in the United States. The home of celebrity culture – a phenomenon that only exists thanks to photography, film, television and the Internet – the United States embodies the cult of staying forever young no matter what: through plastic surgery, extreme exercise and image alteration through Photoshop or any other technology that makes one look younger. People are expected to have the perfect body, no matter what the cost. The motto “Perfect mind, perfect body” (“Perfect mind, perfect body”) is a website for selling the “natural” supplements that have proliferated enormously in the United States and that are the advertisements that finance the right-wing networks. However, for me, that slogan reminds me of the Smothers Brothers, television comedians who were censored in the 60s for opposing the Vietnam War, “Perfect mind, perfect body…take your pick” (“Perfect mind, perfect body….take your pick”).
The essence of youth culture is that NEW is always better. Those of us who remember that we could count on products we already knew and trusted are constantly frustrated and disappointed when we find that what we knew is no longer useful, whether it is food, clothing or technology. The old cliché, “if it ain’t broke, don’t fix it” (“If it ain't broke, don't fix it”), has been wrecked by the surge of the capitalist need to create markets. We may be totally bored, fed up, satiated and stuffed with food, drink, advertising and the violent and bitter fruits of the culture industry, but many of the most creative minds of our time are committed to keeping us perpetual consumers to prevent overproduction by creating a demand for unnecessary products.
The constant flow of new technologies is particularly disruptive for many people over 70. New gadgets and applications are continually being invented, by young people for young people. The effect on us is one of frustration caused by the need to endlessly adapt to new technologies. I believe the goal towards youth is to distract them from thinking seriously about the decaying world we live in while they download whatever some new millionaire created. Youth suffer from an “information overload” and distractions caused by focusing on unnecessary and meaningless trifles.
I've been told that those of us who are around 70 or 80 years old are “stuck in the past” (“stuck in the past”), but I am tempted to argue that those who did not live through the late 1960s and early 1970s probably have difficulty understanding the concrete experiences and personal choices that can change the way we see and act in the world. I suspect that someone who did not live through that period is “stuck in the perpetual present” that does not allow them to imagine alternatives to capitalism, imperialism, and neoliberalism. Their limitations of thought are reflected in modern music, in which the tonal range has been greatly narrowed, down to non-music like rap. Those of us who experienced and participated in the last great anti-imperialist movements saw possibilities that are unimaginable today, despite ecological disaster and the extraordinary collapse of liberal democracy and social policies like progressive taxation, decent wages, affordable childcare, and free education.
Those of us who lived through those times and participated in the movements that redefined our culture are getting older. We are seen as sharing some negative attributes, such as senility, rigid thinking and beliefs. Of course, our brains are no longer as fast as they were in youth. However, according to research published in the journal New England Journal of Medicine, gains in flexibility. The peak of human intellectual activity occurs around the age of 70, when the brain works at full strength because the interaction of the right and left hemispheres of the brain becomes harmonious, which expands our creative possibilities. Therefore, with age, we are more likely to make the right decisions and are less exposed to negative emotions. The brain of the elderly chooses the path that consumes the least energy, eliminates the unnecessary and leaves only the appropriate options for solving the problem. A study was conducted involving different age groups. Young people were confused by the multiple possibilities of the tests, while those over 60 gave the correct answers.
Feminist Anna Freixas, author of the book, Old me: survival tips for free beings (2021) says: “We are interesting old people, the thing is that you have to know how to listen and be close to know how to take advantage of this wealth. We are not illiterate, we have gone to university, we have been pioneers in all social movements with enormous experience, and we have achieved all the rights that others now boast of.”
The problem, of course, is that many young people are so wrapped up in their constant innovation nonsense that they don't have time to listen.
Old age is treated as if it were a disease or a problem. In fact, it should be understood as one of the three fundamental stages of life and may be the longest, the most complex and the most varied for some people. Ageism causes young people to see us as less human or to infantilize us, but barring an early death, old age is the destiny that everyone will experience, although few will live it enthusiastically. However, for some people, old age can offer new opportunities for work, entertainment, family, leisure time, education and contributions, instead of the familiar superficiality of images of baldness and graying hair, stooped posture and slow steps, wrinkles, canes and hearing aids and a life spent in front of the television.
For those lucky enough to discover what they love to do and the tenacity to pursue it, old age offers the satisfaction of having realized the dreams for which one has lived and to which one has given oneself. Tell me how you grow old and I will tell you how you have lived. Having reached the end of our season of life, we can free ourselves from the ambitions and hollow vanities of social recognition because we are who we have made ourselves, although that does not negate the possibilities of setting new and fascinating goals, given the freedom that many older people enjoy from not having to worry about raising children or having the stress of earning a living.
Ultimately, old age can be fabulous if we undertake the journey consciously, by maintaining our physical health through exercise, our mental health by using our brains, and our existential health by knowing exactly how we want to spend the time we have left.
Student debt makes it nearly impossible for many women to cover basic living expenses after graduating from college, an analysis by the American Association of University Women (AAUW) shows.
According to the report AAUW's 2021 Deeper in Debt, Women in the U.S. have an average of $31,276 in student debt, leaving them with a monthly loan payment of $307 the year after graduation.
And since women who graduate with a bachelor's degree expect to earn an average of $35,338 a year — just 81 percent of what men anticipate earning — meeting the loan obligation is a challenge at best.
The organization details that one year after college, women spend an average of $920 per month on housing, $396 per month on a car loan and, for the 16 percent of those who are mothers, $520 on child care.
So adding that $307 student loan payment makes it difficult, if not at all, to make ends meet.
“This unsustainable level of debt is forcing many women to delay major life milestones like buying a home, starting a family and building retirement savings,” said Kim Churches, executive director of AAUW.
“We cannot continue to ignore the student debt crisis, especially as women’s disproportionate share of job losses during the pandemic further undermines their ability to repay it. We need our lawmakers to take immediate action,” she added.
To this, we must add the disparities towards women of color.
According to the study, African-American women owe 20 percent more in student debt compared to Caucasian women.
One year after graduating, white women owe $33,851 in these loans, while women of color owe an average of $41,466.
The cumulative debt from graduate loans is $75,085 for African-American women, compared to $56,098 for white women.
“This is yet another example of how systemic racism and sexism conspire in a way that puts Black women at an even greater disadvantage,” Churches stressed. “The specific needs of women of color must be paramount in any policy we adopt to address this crisis.”
To that end, AAUW has called on state and local governments to make college more affordable for low- and moderate-income students by investing more in public institutions, while calling for increased and expanded federal grants and equitable student debt forgiveness for all borrowers.
“Student debt is a crushing burden for millions of women, but it is also a burden on our economy,” Churches explained. “We need to make college accessible and affordable for everyone. Getting a good education and becoming a productive member of society should not come at such a huge cost.”