
The Papa Leo XIV cuestionó duramente lo que llamó la incoherencia ética en sectores que se autodenominan “pro-vida” en Estados Unidos.
Ante periodistas en Castel Gandolfo, el Pontífice señaló: “Alguien que dice ‘estoy contra el aborto’ pero está de acuerdo con el tratamiento inhumano a los inmigrantes en EE. UU., no sé si eso es verdaderamente pro-vida”. Y añadió: “Alguien que dice ‘estoy contra el aborto pero a favor de la pena de muerte’, no es realmente pro-vida”.
Las declaraciones del Papa se dan en medio de una polémica generada por el arzobispo de Chicago, Blase Cupich, quien quería entregar al senador Dick Durbin un reconocimiento por su labor migratoria.
El gesto fue cuestionado por obispos conservadores, dado que Durbin apoya derechos reproductivos. El Papa, al hablar del tema, usó ese caso para subrayar su crítica más amplia: que no basta oponerse al aborto si no se protege la dignidad de todos los seres humanos.
También recordó la tradición doctrinal de la Iglesia. En su declaración, citó el principio de santidad de la vida desde la concepción hasta la muerte natural y afirmó que apoyar la pena capital o políticas migratorias duras entra en contradicción con esa enseñanza.
El pronunciamiento provocó reacciones inmediatas. La Casa Blanca rechazó las acusaciones de trato inhumano hacia los inmigrantes, alegando que sus políticas cumplen la ley y son “humanas dentro de lo posible”.
Mientras tanto, algunos obispos y analistas católicos ven el mensaje del Papa como un llamado a la coherencia moral: que la defensa de la vida no puede limitarse al no nacido, sino que debe abarcar temas como migración, justicia penal y dignidad humana.
En entrevista con AP, Leo relativizó centrarse en un solo tema: “Ser provida no es un eslogan político ni una bandera ideológica, sino un compromiso con la vida en todas sus dimensiones”.
En EE. UU., la pena de muerte sigue vigente en varios estados. Algunos estados han llevado a cabo ejecuciones mientras otros mantienen moratorias.
Cabe recordar que la Iglesia Católica, bajo el papado de Francisco, redefinió su postura en 2018 al declarar que la pena de muerte es “inadmisible” debido a su contradicción con la dignidad humana.
En tanto, en el tema de migración, el Papa Leo ya había criticado previamente las duras políticas inmigratorias de EE. UU., calificando como “inhumanas” algunas prácticas de detención y deportación.
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