Por Miguel Enríquez. Península 360 Press.
Anoche, los Dodgers de Los Ángeles se impusieron 5-4 a los Blue Jays de Toronto en uno de los juegos 7 más recordados en la historia de la Serie Mundial. El Rogers Centre fue testigo de volteretas, drama y emociones al por mayor en un partido que dejó al equipo canadiense y sus más de 40 mil aficionados con la miel en los labios y alargando la sequía sin conseguir el Clásico de Otoño desde 1993.
Y es que, si de sequías se trata, la de los Dodgers no tiene mucho de haber culminado. Fue en la Serie Mundial 2020 cuando el equipo que ya comandaba Dave Roberts se impuso en 6 juegos a los Rays de Tampa Bay para coronarse como campeón de las grandes ligas después de 32 años sin lograrlo. Desde entonces, se han llevado a casa 3 de las últimas 6 temporadas.
No es casualidad que la nómina más cara de todas las mayores se encuentre construyendo la dinastía de la década. Desde que los Yankees de Nueva York lo lograrán entre 1998 y 2000, ningún otro equipo ha conseguido coronarse tres veces consecutivas en el deporte rey estadounidense, por lo que el reto es mayúsculo para la novena de Hollywood el siguiente año.
Sin embargo, argumentos sobran para buscar la hazaña. Los objetos de deseo más grandes de toda la liga tienen origen en Japón: Roki Sasaki, Yoshinobu Yamamoto y Shohei Ohtani encabezan el montículo de los Dodgers, asegurando estabilidad y poca rotación en las piezas claves, además de sumar millas en los partidos de alto calibre tras el bicampeonato, en este último, los tres se vieron obligados a lanzar “de emergencia” para remontar lo que parecía una inminente derrota en el Clásico de Otoño.
Los “bombarderos” tampoco son tema menor. Teoscar Hernández, Freddy Freeman, Mookie Bets, Max Muncy y el mismo Ohtani se encargaron de ser la segunda ofensiva con mayor efectividad de cuadrangulares al sacar del parque la pelota 244 veces, solo detrás de los Yankees de Nueva York, quienes lo hicieron en 274 ocasiones.
Si bien la experiencia en escenarios de alto calibre se comienza a hacer cotidiana, también el equipo se ha rodeado de cultura ganadora, su manager ha avanzado en la lectura del juego y generado estrategias más puntuales en momentos clave. Dave Roberts ha crecido como manager y, parece, aprendió de sus errores del pasado, ahora comienzan a acostumbrarse a ganar.
Dicen que la suerte no es más que el cruce de la oportunidad con la preparación, parece que los Dodgers de Los Ángeles han librado el viacrucis que implicaba estar preparados para los grandes momentos y han tomado el camino correcto para llegar a la formación de una dinastía que pase a la historia de las novenas más galardonadas, el desafío para la temporada 2026 será mayúsculo: sobreponerse a su propio fantasma.
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