En los últimos años, las tasas de mortalidad en niños y adolescentes en EE. UU. han aumentado en gran manera, generando preocupación entre los expertos.
De 2019 a 2021, la mortalidad infantil aumentó 10.7 por ciento un año y un 8.3 el siguiente. Sin embargo, a pesar de lo que se podría pensar, la pandemia por COVID-19, no ha sido la principal causa de este fenómeno.
Y es que, entre las causas más comunes del aumento de la tasa de mortalidad en niños y adolescentes en EE. UU. se encuentran la sobredosis de drogas, el suicidio, homicidio y accidentes de tráfico.
«Uno podría estar tentado de pensar que esto tiene algo que ver con COVID-19. Ese es, obviamente, el período de tiempo en que esto ocurrió, pero nuestro análisis encontró que COVID-19 en realidad explicaba relativamente poco de este aumento, estos han sido causados por tendencias que preceden a la pandemia, en algunos casos anteriores a la pandemia por muchos años», destacó Steven H. Woolf, profesor de Medicina de Familia y Salud de la Población en la Facultad de Medicina de la Virginia Commonwealth University.
En una rueda de prensa organizada por Ethnic Media Services, el experto señaló que entre los años de 2019 y 2021, las muertes en niños de entre 10 y 19 años aumentaron un 39 por ciento en el caso de los homicidios, 114 por ciento por sobredosis de drogas y 16 por ciento por accidentes automovilísticos.
Armas de fuego, una de las principales culpables
En su oportunidad, Kim Parker, directora de Tendencias Sociales y Demográficas del PEW Research Center, comentó que en 2021, el 60 por ciento de las muertes de niños y adolescentes fueron causadas por homicidio, mientras que el 32 por ciento fueron por suicidio, ambos con armas de fuego.
En ese sentido, Parker puntualizó que existe una gran diferencia entre las muertes de niños de comunidades afrodescendientes y los niños blancos, pues la mayoría de las muertes de niños afrodescendientes son por homicidio, mientras que las de los niños blancos fueron por suicidio.
«Los niños y adolescentes afrodescendientes tienen muchas más probabilidades que los blancos, hispanos y que los asiáticos de morir por heridas relacionadas con armas de fuego», dijo.
Por su parte, Kelly Sampson, asesora principal y directora de Justicia Racial de Brady United, señaló que muchos de los problemas a los que se enfrenta EE. UU. en relación con las armas de fuego, tienen mucho que ver con aspectos como la supremacía blanca y el racismo.
Y es que Sampson recordó que «por ejemplo, el Tribunal Supremo ha tomado una decisión de siglos de precedentes para convertir la Segunda Enmienda de un derecho cívico en defensa del Estado a un derecho privado relacionado con la autodefensa. Y la autodefensa está codificada racialmente en la cultura americana».
En ese sentido, señaló que la revista Nature publicó un artículo en el que se demostraba cómo es que la sociedad piensa acerca de las personas que llevan armas de fuego en público.
Este mostró que la sociedad considera que las personas blancas que portaban un arma de fuego eran heroicas, mientras que aquellas pertenecientes a las de las comunidades de color era porque tenían que protegerse.
Aumenta necesidad de proteger la salud mental de niños y adolescentes
Debido a los últimos incidentes que han sucedido en torno a las armas de fuego, como los tiroteos en escuelas, padres de familia han señalado estar preocupados por la salud mental de sus hijos.
Parker señaló que una de las encuestas del PEW Research Center reveló que al 22 por ciento de los padres les preocupa mucho que un hijo suyo pudiera recibir un disparo, mientras que 42 por ciento de los padres hispanos dijeron que estaban extremadamente o muy preocupados por ello –aproximadamente un tercio de los padres afrodescendientes tienen el mismo nivel de preocupación–, y casi el 70 por ciento de los padres están al menos algo preocupados de que pueda producirse un tiroteo en la escuela de sus hijos.
Mayra Alvarez, presidenta de The Children’s Partnership, señaló que los niños y adolescentes «están muriendo por causas que se pueden prevenir» y recalcó la importancia de que las familias tengan un fácil acceso a diversos servicios básicos, pues señaló que el estrés que estos provocan es una de las causas por las que los niños pierden la vida.
«Debemos facilitar a las familias la inscripción en los programas de prestaciones públicas y acceder a la sanidad, la alimentación, la vivienda y otras ayudas que necesitan porque todas esas cuestiones afectan la salud mental de nuestras familias, el estrés, la depresión, la ansiedad que se produce cuando cuando los padres no pueden pagar la comida de un niño, el alquiler o cuando no pueden llevar a sus hijos al médico, todos estos problemas interconectados y relacionados con la lucha contra la pobreza y lo que esa la pobreza contribuye a estas cifras hoy en día», finalizó.
Te puede interesar: ¿Cómo hablar con los niños sobre tiroteos masivos? Expertos de Stanford Medicine nos dicen