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viernes, noviembre 22, 2024
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Violencia doméstica: el terror sigue acechando

Violencia doméstica: el terror sigue acechando
Es importante trabajar para cambiar la narrativa de las víctimas de violencia doméstica, de esta manera podemos darles esperanza, fuerza y apoyo cuando más lo necesitan, pues así se puede prevenir más casos y salvar vidas que se encuentran en peligro.

La violencia doméstica ha estado presente durante cientos de años, y aunque se ha trabajado mucho para dejar de normalizar estas prácticas, datos revelan que, actualmente, 1 de cada 3 mujeres y 1 de cada 6 hombres en Estados Unidos, han experimentado este maltrato en algún momento de su vida, por lo que es necesario evaluar lo que está sucediendo y las áreas en que se debe tomar una mayor acción. 

Al hablar y hacer frente a estas circunstancias, muchas víctimas de violencia doméstica tienen que salir de su casa, por lo que se enfrentan a una difícil decisión: quedarse sin hogar y sin nada o seguir aguantando una vida de violencia, así lo dijo Susan Rubio durante una sesión informativa realizada por Ethnic Media Services.

Rubio, senadora por el Estado de California, es una sobreviviente de la violencia doméstica, por lo que entiende y comprende a las víctimas desde su sentir; es por ello que es parte de su misión política, trabajar para ayudar a las víctimas que terminan en la calle por sus circunstancias económicas. 

“Este año tengo un proyecto de ley para que los jueces consideren 15 años atrás en un caso de violencia doméstica, ya que actualmente solo se toma en cuenta 5 años atrás a partir de la demanda, sin embargo, se encuentra este proyecto de ley en pausa hasta enero”, explicó la funcionaria.

Extender el tiempo a considerar en un caso de violencia doméstica de 5 años a 15 años, es importante durante un proceso ya que en ocasiones las agresiones no son constantes pero si presentes.

Para ella, es importante trabajar para cambiar la narrativa de las víctimas, de esta manera darles esperanza, fuerza y apoyo cuando más lo necesitan, pues así se puede prevenir más casos y salvar vidas que se encuentran en peligro. 

“Yo soy una persona preparada, con estudios y más, teniendo todo para no ser una víctima, sin embargo, me di cuenta que cualquier persona puede serlo, y cada vez pasa más y más en mujeres profesionales que están amenazadas con ser expuestas ante la sociedad”, puntualizó Susan.

Tina Swithin, fundadora de One Mom’s Battle (La batalla de una madre), compartió su experiencia como una víctima de violencia doméstica: durante su proceso ella realizó la denuncia y su pareja en ese momento obtuvo una orden de restricción, por lo cual no podía acercarséle, sin embargo pasó por alto esto y ella quedó vulnerable; de esta forma, Tina se dio cuenta que no podía solo depender de las leyes para estar segura, por lo que fue una batalla muy difícil.  

Tina se ha involucrado en más casos para ayudar a aquellas mujeres que aún están en su etapa más vulnerable, también ha logrado recibir apoyos externos, de asociaciones y áreas gubernamentales, demostrando que sí hay mucho que trabajar y hacer. 

“La violencia doméstica es de control y poder, la necesidad del abusador de tener el poder no termina al terminar la relación sentimental, sino que el abuso que viene después de que la relación termina es mucho peor que dentro de la relación”, comentó Swithin.

Viji Sundaram, reportera de The Public Press y cofundadora de Narika, un grupo de defensa sin ánimo de lucro que trabaja con mujeres asiáticas de origen indio,  compartió parte de su labor como reportera durante un caso muy delicado de una mujer que se casó con un hombre que se dedicaba a hacer películas porno. 

En una ocasión, el esposo le pide a la mujer llamada Mariam que si podía participar en la película y ella dijo que no. Si bien sabía que la situación con su pareja estaba mal, decidió tener una hija para ver si esto mejoraba la relación.  Lo peor vino después, cuando el hombre la obliga a ser parte de una película, amenazándola de que si no lo hacía utilizaría a su hija con estos fines. Eso fue lo último que ocurrió, así que salió corriendo de su casa para huir.  

El esposo levantó una demanda en su contra ya que ella regresó a su país de origen para huir de la situación, sin embargo, ella era la víctima, pero ante la ley era fugitiva, lo que la mantenía con miedo constantemente. Es así como llegó la familia de esta mujer con Viji Sundaram para pedirle ayuda.

Al final se logró comprobar que ella era inocente y que no tenía por qué seguir con miedo, al terminar su proceso ella pudo hacer su vida de nuevo. 

Sundaram explicaba que esta mujer no sufría de violencia física como tal, pero vivía con miedo y en una situación de peligro, así es como muchos casos no proceden, porque no existen pruebas suficientes para actuar y las víctimas tienen que aguantar ciertas situaciones de riesgo por no tener una salida ni un apoyo. 

Los expertos coinciden en que hace falta mucho trabajo en el área jurídica, los jueces no tienen el conocimiento total y no todos apoyan y actúan de manera correcta.

 

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