Cristian Carlos. Península 360 Press [P360P].
La organización comunitaria Youth United for Community Action –YUCA–, está dirigida por personas jóvenes de diferentes etnias, siendo la mayoría de ellos procedentes de familias u hogares con bajos ingresos. La organización les ofrece un espacio seguro para que los jóvenes se empoderen y trabajen en cuestiones de justicia social y medioambiental para establecer un cambio sistémico positivo a través de YUCA.
Sin embargo, desde hace varios meses, la organización con sede en East Palo Alto se ha enfrentado a las mismas dificultades a las que se enfrentan la mayoría de inquilinos por la crisis de vivienda en California; y es que, desde el comienzo de la pandemia por COVID-19 en los EE. UU., muchas familias se han visto obligadas a abandonar sus hogares debido al aumento de los pagos la renta.
La directora ejecutiva de YUCA, Ofelia Bello, explica que la propiedad donde se ubican sus oficinas, ubicada en el número 2135 de la avenida Clark, en East Palo Alto, se encontraba en proceso de venta por parte del propietario, por lo que solicitó a YUCA que se desalojara el inmueble para poder colocarlo en el mercado inmobiliario.
Desde su inauguración hace 27 años, YUCA ha ofrecido sus servicios de forma ininterrumpida que le ha valido reconocimientos de todos sus miembros de la comunidad; y, desde hace 11 años, YUCA estableció sus oficinas en dicha dirección.
Para recaudar los fondos necesarios para continuar ofreciendo su apoyo a la comunidad, la organización comenzó una campaña para recaudar los fondos necesarios para adquirir el inmueble en donde han estado trabajando durante los últimos 11 años. Por ello, se fijaron una meta de 1.2 millones de dólares provenientes de varios patrocinadores de la comunidad; además, se lanzó una campaña en línea, a través de GoFundMe, donde el público en general podía enviar su aportación.
Este 29 de mayo, YUCA invitó a los miembros de la comunidad de East Palo Alto a una celebración para anunciar que YUCA había evitado su desalojo y que, además, habían podido juntar los fondos para comprar la propiedad en donde la organización ofrece sus servicios.
«Ahora, nos encontramos celebrando que nos podemos quedar aquí para siempre», señaló Ofelia Bello.