El acoso escolar hacia los jóvenes que llegan a Estados Unidos y no son aceptados dentro de la comunidad estudiantil ha incrementado con el uso de las redes sociales, generando que los efectos del bullying escolar pongan en peligro sus vidas por no tener la atención necesaria.
Las escuelas tienen la obligación legal y social de proteger a los alumnos y cuidarlos para no caer en actos de bullying que pueden convertirse en hechos de odio, aseguró Becky Monroe, subdirectora de iniciativas estratégicas y asuntos externos en el Departamento de Derechos Civiles de California, durante una conferencia de prensa realizada por Ethnic Media Services.
La especialista comentó que existen jóvenes que están enfrentando una situación de identidad de género por lo que el bullying se vuelve más fuerte, por ejemplo: un joven afrodescendiente que también es gay se podría enfrentar al acoso, discriminación y bullying de una manera exagerada.
“Cuando hay tensión y un incremento de actos de odio en la comunidad, estos se ven reflejados en las escuelas y entre los estudiantes también”, puntualizó Monroe.
Dashka Slater, periodista del New York Times, aseguró que muchos jóvenes y niños caen en actos de odio sin ser conscientes, “a veces no han explorado realmente lo que son y lo que ven por lo que se dejan llevar por sus compañeros o supuestos amigos para entrar a los temas de ‘moda’”.
Se estima que 3 de 4 jóvenes americanos de 15 a 25 años han experimentado contenido racista en línea, y la mitad de ese contenido se enfoca en la raza.
También, 1 de cada 4 jóvenes estudiantes de 12 a 18 años de edad, han visto símbolos o manifestaciones racistas en su escuela, mientras que 1.3 millones de estudiantes fueron víctimas de bullying durante el año escolar de 2018-2019.
La situación en la escuela se vuelve peligrosa con los niños y jóvenes que comienzan con una broma pesada y después pasan a un acto de discriminación y de odio por no ser conscientes del daño que están causando, explicó.
“Debemos estar conscientes de que los niños están siendo radicalizados por el contenido que existe en línea, y mientras consumen más contenido, ellos no son capaces de darse cuenta como los cambia”, afirmó Dashka.
Connie Alexander-Boaitey, presidenta de la NAACP de Santa Bárbara, comentó sobre algunos casos de actos de odio que están experimentado las escuelas, los cuales tienen origen justamente en el rompimiento de las comunidades que lejos de cuidarse se lastiman.
“Tenemos lideres comunitarios, líderes diferentes y debemos reunirnos entre comunidades para llegar a acuerdos, pero esto aún no ha sucedido, lo que los detiene es la cultura de ahorrar, pensando que no es necesario y que nunca es para tanto”, dijo Connie Alexander ante la problemática que se vive en los planteles escolares.
Mina Fenor, fundadora y directora ejecutiva de AAPI Youth Rising, asociación que lucha por los derechos de los asiáticos americanos, explicó que ellos buscan promover una educación inclusiva, unificar voces que están en contra de los actos de odio y apoyar a jóvenes que sufren acoso escolar.
“Existe mucho odio dentro de las redes sociales porque los jóvenes se sienten protegidos al no saber la identidad exacta, pero estos mismos actos de odio en redes sociales si pueden afectar a los jóvenes en las escuelas”, subrayó Mina al contar que ha vivido acoso en su vida académica.
Anahí Santos, coordinadora de Bienestar Juvenil de One Community Action, es originaria de Oaxaca, México, platicó su historia y cómo ha sufrido de bullying por parte de la comunidad estadounidense pero también por latinos al ser llamada “oaxaquita”, apodo que hace referencia a al estado del que es originaria, una palabra que pareciera ser dolorosa y de burla cuando debería verse a manera de orgullo por pertenecer a esta cultura.
Santos explicó que, en las escuelas, el bullying esta marcado por el color de piel, de tal manera que si eres latino pero tu color es claro, no tendrás que enfrentarte al acoso escolar. Sin embargo, al ser de piel oscura sin importar el origen, la situación será complicada. Ante este hecho, su asociación lucha por una educación libre, sin temor a ser lastimados o juzgados por su color, idioma y origen.
“A largo plazo, el acoso escolar termina siendo violencia, uso de armas, abuso de drogas y orilla a que los jóvenes terminen en la cárcel. Todo esto empuja a que los jóvenes terminen en un mal camino”, afirmó Santos, mostrándose preocupada por sus compañeros y familiares que han vivido con bullying.
Para los expertos, no se ha tomado la importancia necesaria al bullying, sin embargo, el acoso escolar si ha llevado a situaciones lamentables que parecen ser inofensivas en un inicio, pero que terminan lastimando a los jóvenes y sus familias, por lo que se debe prestar atención para eliminar estos actos, prevenir y actuar a tiempo cuando se presenta un caso de acoso escolar.
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