En un sentido homenaje, Casa Círculo Cultural rinde tributo a las víctimas de los delitos de odio con un cautivador altar contra el odio en el Museo de Historia del condado de San Mateo durante el Día de Muertos en Redwood City, California. Esta conmovedora ofrenda es un poderoso símbolo de recuerdo y determinación colectiva para hacer frente a las fuerzas destructivas del odio.
El odio es un sentimiento fuerte e intenso de hostilidad extrema hacia una persona, grupo o idea. A menudo surge de prejuicios, miedos o percepciones negativas profundamente arraigados en la sociedad.
La construcción social del odio es un fenómeno que implica el desarrollo, la perpetuación y el refuerzo de actitudes, estereotipos y comportamientos negativos destinados a ejercer poder y control sobre determinados individuos o grupos dentro de una sociedad. Esta construcción del odio suele tener su origen en el deseo de dominación.
Su objetivo es establecer el poder sobre grupos específicos mediante la división, la deshumanización y la explotación. El odio emplea a menudo tácticas como diferenciar entre el nosotros y “los otros” (los buenos y los “otros”) perpetuando la discriminación, la violencia y el miedo.
Comprender de donde viene el odio es esencial para combatirlo, ya que requiere conciencia, educación y el desmantelamiento de las estructuras opresivas para fomentar una sociedad integradora y empática.
Las manifestaciones de odio contra grupos en específico se develan en micro dosis de discriminación en nuestra sociedad, pero frecuentemente desembocan en situaciones extremas como actos de violencia.
El altar de Casa Circulo Cultural, adornado con el vibrante color de las flores de cempasúchil, velas parpadeantes e intrincado papel picado, sirve de santuario para la reflexión y el recuerdo. El cempasúchil, conocido como la “flor de los muertos” en la cultura mexicana, simboliza la fragilidad de la vida y el ciclo de la muerte.
Hoy el odio tiene un impacto profundamente destructivo en las vidas humanas. Los discursos de odio, los crímenes de odio y los prejuicios dejan cicatrices indelebles en nuestra humanidad compartida.
Los nombres y fotografías en este altar representan vidas, familias y comunidades alteradas para siempre por las fuerzas destructivas de la discriminación y la intolerancia, como Lori Gilbert-Kaye, Anthony Lowe Jr. y muchos otros. Sus historias, sus rostros y su memoria se conservan como un conmovedor recordatorio del devastador impacto del odio.
Con las velas, símbolo de esperanza y de la luz de la comprensión frente a la oscuridad, las víctimas de crímenes de odio no son olvidadas, sino celebradas por el amor que trajeron al mundo
George Floyd simboliza un poderoso catalizador del cambio y un ícono de la urgente necesidad de abordar la injusticia racial y la brutalidad policial. Su trágica muerte bajo las rodillas de un agente de policía en Minneapolis (Minnesota) en 2020 desencadenó un movimiento mundial contra el racismo. Su historia pone de relieve la urgente necesidad de una reforma institucional y de abordar el racismo sistémico. Igualmente, la historia de Anthony Lowe Jr., un hombre en silla de ruedas que mató la Policía de California por portar un cuchillo en enero 2023 es un duro recordatorio de la violencia que afecta de forma desproporcionada a los jóvenes afroamericanos en Estados Unidos, y subraya la acuciante necesidad de un cambio para combatir los prejuicios raciales.
La vida de Lori Gilbert-Kaye se truncó trágicamente en un horrible acto de violencia en la sinagoga Jabad de Poway, en California. Su historia es un conmovedor recordatorio de las consecuencias letales del odio, ya que fue señalada simplemente por su fe.
El actual conflicto de Gaza es un claro ejemplo de las terribles consecuencias del odio a gran escala. Este prolongado conflicto ha cobrado innumerables vidas inocentes y ha infligido profundas heridas a la comunidad palestina e israelí. El sufrimiento de las personas atrapadas en el fuego, asediadas ante el genocidio de un pueblo entero, destaca la urgencia de frenar el odio.
El caso de Wadea Al Fayoume, de seis años, mortalmente apuñalado 26 veces por una persona que proclamó: “Ustedes los musulmanes deben morir” subraya la importancia de abordar la discriminación contra la comunidad musulmana. La incitación al odio, la discriminación y la violencia contra personas como Wadea no tienen cabida en una sociedad justa y equitativa.
El área de la Bahía de San Francisco es un lugar en el que habitamos multiplicidad de personas, de distintas étnicas, religiones, orientaciones y esto hace de este ambiente un lugar valioso sobretodo por nuestras diferencias. Se requiere el esfuerzo colectivo de los gobiernos, las comunidades, la sociedad civil y los individuos para lograr un impacto significativo en la prevención y el tratamiento de los delitos motivados por el odio. Nuestros esfuerzos deben dedicarse a construir una sociedad en la que todos sean tratados con dignidad, respeto e igualdad.
El altar no es sólo un lugar de duelo, sino también de celebración. En consonancia con el espíritu del Día de los Muertos, a través de la ofrenda de Casa Círculo Cultural se envía un mensaje rotundo: no hay cabida para el odio en nuestra comunidad y debemos permanecer unidos contra él y la discriminación.
This publication was supported in whole or part by funding provided by the State of California, administered by the California State Library.
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