Durante los dos primeros años en los que lleva operando el Centro de Información Stop AAPI Hate, las personas de todo el país han denunciado 11 mil 467 incidentes de odio contra la comunidad AAPI ‒Asiático-Americana y de las Islas del Pacífico‒, sin embargo dicha cifra es solo «la punta del iceberg», señala un reciente informe de la organización.
«”Esta cifra es solo la punta del iceberg”. Nuestra encuesta representativa a nivel nacional realizada en colaboración con Edelman Data & Intelligence encontró que uno de cada cinco asiático-americanos y uno de cada cinco isleños del Pacífico experimentaron un incidente de odio en 2020 o 2021», detalla el documento.
En febrero y marzo de 2020, las comunidades AAPI de todo el país experimentaron un aumento en el acoso, intimidación y otros actos de odio, mientras que los medios de comunicación citaron un número creciente de ataques «horribles» dirigidos a este grupo de la población, destaca el texto.
Y es que, precisa, un gran número de estos incidentes empleaban una retórica anti-China que culpaba a las comunidades AAPI de la pandemia emergente del COVID-19.
En respuesta, las organizaciones Chinese for Affirmative Action, AAPI Equity Alliance ‒antes Asian Pacific Policy & Planning Council‒ y el Departamento de Estudios Asiáticos Americanos de la Universidad Estatal de San Francisco lanzaron el centro de información Stop AAPI Hate el 19 de marzo de 2020.
En la primera semana, la organización recibió más de 600 informes de todo el país, para el termino del mes ya eran mil 500.
Lamentablemente, dos años después, los miembros de la comunidad AAPI de todo el país siguen experimentando el odio a niveles alarmantes.
«Todos los días recibimos historias de calumnias, rechazos, violencia física y otras formas de discriminación contra la comunidad AAPI. Los patrones son consistentes: estos terribles incidentes ocurren cuando las personas intentan hacer su vida cotidiana: comprar alimentos, viajar en transporte público o llevar a sus hijos a la escuela».
En conjunto, las voces de las personas que han informado de casi 11 mil 500 incidentes en los últimos dos años, se han convertido en una poderosa herramienta para la organización, no sólo porque sus historias han atraído la atención nacional sobre el odio contra la comunidad AAPI, sino que los detalles proporcionados han facilitado una comprensión más matizada de cómo es el tipo de odio hacia dicho grupo poblacional.
«Ahora sabemos que la mayoría de los incidentes de odio, aunque dañinos y traumáticos, no se ajustan a la definición legal de delito y, por tanto, requieren soluciones que van más allá de la aplicación de la ley», destaca el estudio.
«Cada incidente traumático individual denunciado a Stop AAPI Hate nos recuerda la necesidad urgente de abordar el racismo sistémico; nuestra voz colectiva abogando por soluciones es como lo haremos», precisa.
Aunque causan un miedo y un trauma significativos, la mayoría de los incidentes de odio denunciados a Stop AAPI Hate no son delitos de odio y no serían investigados o procesados como tales.
Cifras de alarma
De acuerdo con la organización, uno de cada seis ‒17 por ciento‒ de los incidentes involucraron violencia física, al igual que no de cada seis ‒16 por ciento‒ implican evitar o rehuir.
Además, más de uno de cada nueve ‒12 por ciento‒ de los incidentes incluyeron posibles violaciones de los derechos civiles, como como la discriminación en un empresa o lugar de trabajo.
Dos de cada cinco incidentes tuvieron lugar en espacios públicos, como una calle, acera, carretera parque, ruta de senderismo o playa; y más de uno de cada cuatro ‒27 por ciento‒ tuvieron lugar en negocios, como tiendas de comestibles, farmacias o grandes almacenes.
Asimismo, uno de cada diez ‒10 por ciento‒ incidentes se produjo en línea; y uno de cada diez ocurrió en el transporte público.
Las personas AAPI que también son mujeres, no binarios o LGBTQIA+ experimentan incidentes de odio que se dirigen a ellos por sus múltiples identidades.
El odio contra los AAPI ha provocado un aumento del miedo, de acuerdo con una encuesta nacional de 2021 sobre esta comunidad, descubrió que solo la mitad ‒49 por ciento‒ e sentían seguros al salir a la calle; mientras que dos de cada tres ‒65 por ciento‒ se preocupaban por la seguridad de los miembros de la familia y los ancianos.
Por otra parte, uno de cada tres ‒32 por ciento‒ padres estaban preocupados por si su hijo era víctima de odio o discriminación anti-AAPI en espacios no supervisados y/o en el camino a la escuela
Entre los asiático-americanos que sufrieron un incidente de odio denunciado a Stop AAPI Hate, casi todos ‒95 por ciento‒ consideraban que Estados Unidos eran más peligroso para ellos.
Los mayores de 60 años son especialmente vulnerables al miedo, pues casi todos ‒98 por ciento‒ los que experimentaron incidentes de odio creían que Estados Unidos se han vuelto más físicamente peligroso para los asiático-americanos.
El odio ha tenido un impacto devastador en la salud mental. Entre las personas asiático-americanas que experimentaron un incidente de odio reportado a Stop AAPI Hate, casi la mitad ‒49 por ciento‒ reportó depresión o ansiedad
Casi tres cuartas partes ‒72 por ciento‒ nombraron la discriminación contra ellos como su mayor fuente de estrés, incluso por delante de sus preocupaciones de salud durante la pandemia por COVID-19.
De acuerdo con Stop AAPI Hate, las soluciones más eficaces para hacer frente al odio contra la comunidad son la educación, la solución basada en la comunidad, una legislación y aplicación de los derechos civiles, mayor aplicación de la ley, que más líderes denuncien el odio o la discriminación contra los AAPI, más y mayores formas de denunciar el odio o la discriminación, solidaridad con otros grupos étnicos y raciales, y más AAPI en funciones cívicas y de liderazgo
«Nuestros datos son sólo el punto de partida. Al conectar nuestros datos con el desarrollo de capacidades, la promoción de políticas y el cambio narrativo, estamos construyendo un camino desde la experiencia del odio anti-AAPI hasta el empoderamiento y la curación. A nivel de la comunidad, prevemos que nuestros datos desencadenen una conversación para re imaginar lo que significa la seguridad y el bienestar más allá de la aplicación de la ley», detallaron.
Finalmente, la organización pidió que a nivel local, estatal y nacional, los responsables políticos, los medios de comunicación y a otras personas con poder, rindan cuentas y ayuden a entender que abordar el odio contra las comunidades AAPI va más allá de la aplicación de la ley y requiere cambios estructurales a largo plazo.
«Tras dos años de recorrido, nuestro trabajo está lejos de haber terminado. Seguiremos aprovechando el poder de nuestros datos colectivos para promover la equidad, la justicia y el poder, desmantelar el racismo sistémico y construir una sociedad más justa. desmantelar el racismo sistémico y construir un movimiento multirracial para acabar con el odio contra los AAPI», finalizó.
This publication was supported in whole or in part by funding provided by the State of California, administered by the California State Library.
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