jueves, julio 17, 2025
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Lo que deja ver el aislamiento por la Covid-19

Anna Lee Mraz Bartra / Península 360 Press


El confinamiento ha sido duro para la mayoría, pero es evidente que es mucho más crudo para aquellas personas que ya vivían en peores condiciones sociales: los pobres, los adultos mayores y para las mujeres, en general, se ha complicado la vida y por más de una razón.

Tras meses de estar encerrados, aislados del mundo, ya podemos notar que han aflorado las mejores y las peores versiones de nosotros mismos, según nos lo indica el reflejo opaco del cristal de litio de la computadora o el celular, que cuando este emite luz, las ondas electromagnéticas resultan ofuscas, negativas, contradictorias. Nos hacen testigos de la tragedia que resulta de la mezquindad humana, por un lado. En el mejor de los casos, vamos encontrando nuevas formas de expresar el cariño a la distancia.

Quienes no tienen opción continúan saliendo de casa, exponiéndose y exponiendo a los suyos. No tienen con quién dejar a sus hijos que, normalmente, estarían en la escuela resguardados mientras sus madres y padres trabajan.

Las personas mayores se ven rebasadas por la tecnología de la cual depende ahora la vida cotidiana y las tareas más esenciales de nuestro sistema.

Nos va quedando claro que vendrán cambios sin precedentes en el quehacer humano. La casa, por ejemplo, espacio de descanso por excelencia, se ha convertido para algunos en oficina, escuela, cine, restaurante y en el mejor de los casos, gimnasio y discoteca. En el peor de los casos, una pesadilla de la cual no puedes salir.

La vida diaria, sostenida generalmente por un sinnúmero de personas a nuestro alrededor, se va volteando hacia adentro como un calcetín arrancado de prisa y nos encontramos con que esas tareas cotidianas van más lentas y se complica llevarlas a cabo. Hasta concentrarse en el trabajo es más difícil. Tenemos el doble o el triple de responsabilidad en la oficina en casa, sumada a las labores domésticas y la crianza de tiempo completo. Cuando llega la hora del descanso, lo único que aparece como huésped sin invitación es el insomnio.

Otro asunto que se ha vuelto -por decir lo menos- un desafío es la educación. Considero que, en principio y en circunstancias ordinarias, criar nuevos seres humanos debería ser una tarea colectiva. Ahora se ha vuelto una labor extraordinaria y monumental para intentar resolverla entre las mismas cuatro paredes que nos confinan. El tamaño del desafío dependerá de múltiples factores y también del tamaño del infante. Hay que hacer una distinción entre los que tienen criaturas en edad escolar y alfabetizados y los que tienen hijos preescolares, analfabetas, que no leen libritos solos, no escriben y demandan todo el tiempo posible de sus padres. Nos hemos transformado en maestros, maestras, cocineros, cocineras, animadores de tiempo completo de nuestros hijos e hijas. Por si fuera poco, ahora las autoridades en las escuelas nos piden que creemos una carpeta de evidencia de los aprendizajes de lo que logren aprender en casa los y las chiquitas y que esta se entregue al volver.

Quienes somos docentes nos hemos transformado en periodistas radiales. Le hablamos dos horas de corrido a una computadora en la que no vemos ni las caras de los estudiantes porque deben apagar sus cámaras para que la conexión no se interrumpa. Los niveles de surrealismo aumentan progresivamente.

Nuestra vida gira en torno al coronavirus, al punto que hasta una amiga llamó al felino que encontró abandonado en la calle y lo rescató: Pandemia.

¡Qué días! ¡Qué año! No nos queda más que resistir y dar al mal tiempo, buena cara.

Anna Lee Mraz Bartra es doctora en sociología y profesora universitaria. Vive en Redwood City.

Cómo surgió en Redwood City el Taller de Escritura Creativa

Estela Calapiz. Península 360 Press.

Presentación del Taller de Escritura Creativa, organizado por Casa Círculo Cultural, en la biblioteca pública de Redwood City.

Hace más de diez años, surge Casa Círculo Cultural, un espacio hecho para traer la cultura latinoamericana a esta parte del área de la Bahía. El sentido de este proyecto fue –y sigue siendo– que nuestras familias tengan un lugar de pertenencia y que sus hijos y las nuevas generaciones no se olviden de su lenguaje materno a través del arte, teatro, música, talleres creativos de escritura, talleres artesanales, convivencia comunitaria como clubes, cine debate, club del libro y programas de radio.

El trabajo comunitario se hace a través del voluntariado. En un principio, como se ve, esta meta parecía lejana y ambiciosa, pero se logró con el esfuerzo de muchas personas y con la tenacidad de su directora quien no se ha rendido, hasta la fecha, por lograr el cometido inicial.

En esta ocasión hablaré de cómo se inició «El Taller de Escritura Creativa» y de los beneficios que éste ha proporcionado a la comunidad de las familias migrantes que viven en esta parte de California. Les comentaré cómo nace la idea de involucrar a estas mujeres en la escritura: ésta surgió de la necesidad de generar un espacio de libre expresión al observar a las madres que esperaban a sus hijos a que salieran de los talleres que se ofrecen en La Casa Círculo Cultural, ellas comenzaron a formar un grupo en el que conversaban de manera espontánea, situación que nos llevó a pensar que esta socialización se podía canalizar en algún beneficio para este grupo. Fue ahí cuando surge el proyecto de que comenzaran a aprender a escribir.  

La procedencia de estas mujeres era variada: una o dos venían del Salvador, de Guatemala, de Perú, de diferentes estados de la República Mexicana; así como también su escolaridad: había mujeres que apenas contaban la primaria, otras habían llegado hasta la preparatoria y una que otra tenía una profesión. Era un grupo un poco disparejo, pero se logró que cada una, a su nivel, comenzara a escribir pequeños cuentos, otros textos, como prosa poética, algunos versos, alguna canción. El compendio de los pequeños escritos fue la publicación de un libro. Alguna llegó a escribir su propio libro.

El trabajo que se hizo no intentaba enseñar todo lo que les hacía falta, sino el cómo lograr entusiasmo y crear en estas mujeres: amor y estima por el conocimiento, la lectura y la auto crítica, además trabajar con su autoestima al ver sus escritos publicados. Para algunas, este taller les sirvió básicamente para aprender nuevas palabras y para que comenzaran a leer. 

Los lectores se preguntarán ¿Porqué escribir? Les diré que la escritura es un oficio que se puede aprender -aunque ser escritor es otro asunto- Pero de ahí sí se puede descubrir a una escritora, una mujer que nunca se hubiera dado cuenta si no lo hubiese intentado.

Si se quiere escribir, se puede, pero primero se deben conocer las técnicas de un oficio tan antiguo como el hombre, por ejemplo, el de contador de historias y todas estas mujeres tenían mucho que contar; porque una historia puede adoptar muchas formas: la de una carta, un cuento o una novela, la de una canción, o una biografía. La escritura además es una herramienta cultural que facilita el desarrollo cognitivo, rescata la memoria y privilegia el poder. Según la concepción cognoscitiva, escribir es un proceso que requiere la participación activa del escritor quien debe aplicar operaciones mentales muy complejas: planificar, redactar y revisar.

Concluyendo diré que la finalidad de este taller de escritura no pretendió ser escuela para formar escritores, sino laboratorios de creación literaria. Espacios de relación entre personas de la comunidad, de diálogo, de ayuda a las personas que recién arriban a Estados Unidos, lugar de intercambio donde se resuelven dudas, se liman inseguridades y uno aprende a moverse en esta cultura y aprender un nuevo idioma.

Les comento que en este tiempo de encierro, para continuar con el Proyecto, se ha creado el Club de Lectura de manera virtual, espacio donde hemos comenzado a leer a escritores famosos, claro poco a poco, y también hemos leído nuestros escritos. “El Taller de escritura” o ahora “Él Club del Libro” donde ya están acudiendo más personas de cualquier sexo, es el lugar donde, por fin, te encuentras con personas con intereses comunes, con las que puedes opinar, compartir tus gustos e inclinaciones, pero también tus angustias y obsesiones, las de todos y cada uno.

En este espacio no sólo se puede compartir con personas de diversidad sexual, sino también de diferentes edades, mayores o menores que tú, más o menos sabias, más o menos capaces, mejores o peores; igual que sucede en tu vida diaria. Con esos compañeros y compañeras de taller, lograrás la pertenencia y la cercanía con personas afines a los que terminarás conociendo muy bien. Así aprenderemos a respetar diferentes opiniones: no necesariamente serán complacientes y aduladores, sino que serán críticos y en ocasiones, despiadados a la hora de emitir juicios sobre los temas que se escriban o lean.

Para Finalizar: Aquí les dejo este texto de Gilles Deleuze:

“La literatura está al lado de lo informe, de lo inacabado… Escribir es un asunto con el devenir, siempre inacabado, siempre en curso, y que desborda cualquier materia vivible o vivida.”

Democracia participativa

Maritza Leal. Península 360 Press.

Siempre que se avecinan elecciones es un reto alcanzar no sólo a nuestra comunidad hispana, sino también a los escépticos que ya están cansados de tantas promesas no cumplidas por los oficiales electos. ¿Pero cuál debe de ser nuestra reacción ante tales circunstancias?

Definitivamente no desmayar. Porque el derecho a votar un nuestro derecho de nuestra Constitución; además, es la manera de alzar nuestra voz desde nuestras trincheras y, consecuentemente, enviar un mensaje al régimen de gobierno –cualquiera que este sea– de nuestra aprobación o desaprobación, que estamos observándolos para que se lleve a cabo una auténtica democracia y un estado de derecho.

Basta con mirar hacia el pasado, a la historia, para darnos cuenta de que hubo generaciones de mujeres y comunidad afroamericana que soñó con este derecho y que, desfortunadamente, jamás fueron testigos de verlo hecho una realidad.

Hoy tenemos ese derecho y privilegio a nuestra mano.

No nos conformemos con una democracia representativa; mejor, hagamos realidad el ejercicio de una auténtica democracia participativa en donde la inclusión sea una forma de vida con responsabilidad y respeto.

Aquí, en Redwood City, hemos sufrido en carne propia el aburguesamiento, cambios en la zona industrial ligera, cambios en el distrito escolar, aumento en las familias sin hogar y aunado a eso los efectos catastróficos de la pandemia que estamos atravesando y enfrentando en forma heroica.

Definitivamente, no seremos los mismos en un futuro inmediato, pero está en nosotros –y solamente en nosotros– la definición de nuestra vida futura. Porque nuestro porvenir depende, en gran parte, de lo que se haga o lo que se deje de hacer, a favor o en contra de nuestra comunidad. ¿Seremos testigos de cómo nuestros sueños se van desvaneciendo frente a nuestros ojos? ¿O seremos protagonistas de la historia? Sentando un precedente histórico y abriendo brecha para las futuras generaciones que carecen de una cultura del voto.

Si de algo estoy convencida es de que somos lo suficientemente capaces de corregir esta democracia imperfecta en donde se nos han impuesto agendas contrarias a nuestros intereses; personas como yo, que somos conocidos en el argot popular como el ciudadano de a pie, como una persona que no ostenta salario de seis cifras y que cada día sale a ganarse el pan.

Democracia siginifica el poder del pueblo –“dḗmos” y “krátos”. Basta ya de krátos solamente e iniciemos juntos el camino a la inclusión del “dḗmos” y así tener la satisfacción de haber contribuido el camino hacia una auténtica democracia participativa, aprendiendo más de nuestra política local, de los oficiales electos y de los futuros candidatos.

Honremos, pues, el esfuerzo de nuestros antepasados; que muchos de ellos lucharon y pagaron con sangre por los derechos civiles, donde se incluye el derecho a votar. Sigamos adelante construyendo el perfil de nuestra comunidad y escojamos quién estará a cargo de nuestro gobierno e incluyan en sus agendas los problemas que nos aquejan a una gran mayoría y no a un grupo selecto.

Maritza Leal es migrante mexicana y activista. Vive en Redwood City.

Sabe a mi tierra

Tastes like home 故乡的味道

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Anna Lee Mraz Bartra. Península 360 Press

No es una sorpresa que uno de los siete pecados capitales sea la gula. Hay pocas cosas en la vida tan deliciosas como las sensaciones que genera una buena comida. 

El sonido del corcho, pop, que deja escapar el ácido aroma de madera y tierra, anticipa lo que viene: glu glu glu suena el líquido rojizo que hace honor a la denominación de su color cuando escapa de la botella para estrellarse contra los límites del cristal. Sube, baja y burbujea. El aroma, antes sutil, te envuelve. El primer trago siempre genera una explosión de emociones desde el paladar. El estallido recorre tu cuerpo. 

¿Qué sientes primero? Puede ser tranquilidad, tus pulmones se llenan de aire como si el primer bocado, el primer trago, te diera permiso de hacerlo tras un día de trabajo. Puede ser alivio cuando tu cuerpo pide a gritos saciar ese hueco en el estómago y, te encuentras con algo agradable que te sorprende favorablemente. Pudieras sentir una completa repulsión que, frente a otros, escondes en una sonrisa amable. Las posibilidades son infinitas con un plato desconocido frente a ti. Es una aventura. 

Casi todo sonido, aroma, color y sabor provenientes de la cocina vincula con el pasado, cimenta en el presente o produce sueños del futuro. 

Recientemente, una mañana de prisas rumbo al trabajo entré a un restaurante de desayunos y donas sobre la Veterans Bulevard llamado Homeskillet. Esperé mi turno pacientemente y mientras lo hacía, escuché que en la cocina hablaban español entre ellos: “Ponle queso chedar, la orden lleva souerdo”, hasta el momento había hablado inglés con quien tomaba la orden, pero al escuchar esto me acerqué a preguntar en español “¿Cuál es el sándwich que se muestra en la foto?” Señalé la foto. Me respondió amablemente en inglés una mujer con sonrisa genuina y pliegue de epicanto en los ojos.

Melany atiende con gusto el local detrás del vidrio de protección por COVID. Foto por Manuel Ortiz. Península 360 Press.

La cocina no sería nada sin ese choque y sincretismo de culturas. Las papas que originalmente provienen del Perú, salvaron a Europa de la hambruna a principios del Siglo XX. Y esa mañana acompañaron mi sándwich de Omelette, aguacate, tocino y queso que derramaba por las orillas del pan Sourdough, orgullosamente producido en el Área de la Bahía de San Francisco.

Martín es chef en Homeskillet. Foto: Manuel Ortiz. Península 360 Press.

Sobre esto, y más, escribiré mi columna periódicamente. 

Escribiré sobre los sabores que se pueden encontrar en la Península y quién crea esos sabores, escribiré sobre la comida que extrañamos los y las migrantes y lo que hacemos para reproducirla aquí, lejos de nuestra tierra. Restaurantes de la zona, están bajo aviso, aquí vamos a probar y escudriñar sus platillos. 

Soy Anna Lee Mraz Bartra, socióloga de formación, feminista por principio y cocinera por amor. 

Cocinar es un acto de amor.

Latinas van por un último intento para promover el censo 2020 en Redwood City

Mujeres de la organización Círculo Cultural y We Vote Redwood City salen a las calles en un último intento para promover el censo 2020

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Redacción Península 360 Press

Redwood City. El condado de San Mateo tiene la mayor tasa (72%) de autorespuesta en el censo de 2020 en California. De acuerdo con la periodista Pilar Marrero en un artículo para Ethnic Media Services, esto se logró “gracias a su trabajo [del condado] con organizaciones locales que conocen muy bien a sus comunidades”. 

Según Megan Gosh, analista de gestión del censo de la Oficina de Asuntos Comunitarios del Condado de San Mateo, esta dependencia comenzó a trabajar desde enero de 2018 en labores para impulsar la autorespuesta al censo. 

“Teníamos muchos desafíos: 13 de las 20 ciudades de San Mateo tienen una combinación de factores, al tener un historial de censo catalogado como “difíciles de contar”, además de tener áreas no incorporadas en todo el condado”, dijo Gosh a Ethnic Media Services. 

Pero las campañas no han parado. “Hay áreas en Redwood City que tienen participación muy baja. Queremos aumentar la participación de nuestra comunidad latina en estas zonas”, dijo Connie Guerrero, directora de We Vote Redwood City, una organización que ha realizado un intenso trabajo de manera presencial y en redes sociales para promover la autorespuesta al censo en esta ciudad. 

Por ende, el domingo 12 de septiembre un grupo de mujeres latinas de la organización Casa Círculo Cultural y We Vote Redwood City, acompañadas de Giselle Hale, concejal de Redwood City, salieron a las calle en un último intento para “promover el censo y, como dijo Guerrero, animar a las personas en estas áreas a que sean contadas antes del 30 de septiembre”. 

“Como saben, en el censo todos contamos. No importa su estatus legal, ser contado significa que su voz y su comunidad van a estar representadas”, abundó Guerrero. 

Propuestas de los candidatos al Concejo de Redwood City

El martes 3 de noviembre de 2020, a la par que la elección presidencial, en Redwood City, California, sede del condado de San Mateo, se elegirá a los concejales de esta ciudad con más de 86 mil habitantes.

Conoce sus propuestas a través de esta infografía desarrollada por la organización We Vote Redwood City y Península 360 Press.

Click en la imagen vista completa

Tu voz. Mi voz. La voz de un latino.

Connie Guerrero.

Sin nada más por delante que los sueños de mis padres por darnos una mejor vida, mis hermanos y yo llegamos, de su mano, a este país hace más de 40 años. Las barras y las estrellas se convirtieron en mi nuevo hogar y el estado de California nos abrazó.

Mi padre, jardinero; mi madre, limpiando cuartos: nada los detuvo. Lograron que cada día contara para hacerme saber que merecíamos una mejor vida; la escuela me enseñó de matemáticas y diferencias. El color de mi piel destacaba en un colegio de americanos. Dejé de ser Consuelo, esa «Chelo» que salió de Sonora, México, para convertirse en Connie.

En ese momento, no tenía conciencia de la importancia de la voz y el voto latino, de cómo una decisión puede cambiar el futuro de los que nos rodean y amamos, de lo fuerte que puede ser una voz y, más fuerte aún, si te trata de una comunidad.

A los 20 años, me convertí en ciudadana estadounidense. Era mi oportunidad para que, por fin, mi voz tomara fuerza y se elevara en nombre de todos aquellos que no podían; en nombre de miles de latinos que, por no ser «legales», han tenido que esconder su opinión.

Son más de 15 años de activismo, tiempo en el que he sido dos veces comisionada en Redwood, donde no me he detenido para que las necesidades de una comunidad que aporta no sólo trabajo, sino grandes valores y cultura, sea tomada en cuenta.

Este 2020 no ha sido fácil para nadie. Desde el tema económico hasta el climático, pasando por una pandemia que no ha dado tregua a nadie en el mundo. El racismo y la falta de empatía por parte de la autoridad también ha conmocionado a todo el país. Nada nos es indiferente. Todo nos afecta y duele.

Enterarme de que las necesidades de la comunidad latina no importaban, de que la voz hispana no valía «porque no podían votar» me cayó como un balde de agua fría. Esa era la realidad. A eso nos enfrentamos cada día.

En Redwood City hay más de 80 mil habitantes, de ellos, alrededor 42 mil están registrados para votar, pero ni la mitad ejerce su derecho. El porcentaje de latinos que puede hacer uso de su voto es muy bajo y aún más el de los registrados para votar.

Pensar que sus opiniones o necesidades no son importantes –muchas veces tener dos empleos– poco interés en temas locales o de las diversas propuestas los ha desalentado a ejercer el voto, que hoy por hoy es su derecho al ser ciudadanos en términos legales.

Es hora de unir fuerzas, de avanzar y creer que el futuro es de todos y para todos, que nuestra comunidad, condado, ciudad y país puede ser un verdadero semillero de oportunidades para todos. Es momento de que tu voz, mi voz, la voz de un latino, sea tomada en cuenta.

Llamo a tomar conciencia a mejorar nuestro entorno y a generar un cambio, ese que sólo puede ser escuchado a través del voto, participa e invita a aquellos que también pueden hacer uso de su derecho.

Connie Guerrero es directora de We Vote Redwood City

Facebook se une a campaña de reclutamiento de encuestadores

Menlo Park, CA. Domingo, 13 de septiembre.

Facebook está lanzando una campaña de reclutamiento de trabajadores electorales en los 50 estados este fin de semana para asegurar que los centros de votación durante las elecciones de noviembre puedan funcionar sin problemas.

Todos los usuarios de Facebook de EE.UU. mayores de 18 años recibirán una notificación el sábado para aprender más acerca de cómo convertirse en un trabajador electoral en su estado.

Vista previa del Centro de información de votación en facebook.com

La compañía también ofrecerá créditos publicitarios gratuitos a las agencias electorales estatales para la contratación de trabajadores electorales y un centro de información centralizado para los votantes tanto en Facebook como en Instagram.

Facebook se ha comprometido a ayudar a cerca de 4 millones de personas a registrarse para votar antes de las elecciones generales del 3 de noviembre y a tomar medidas para frenar la desinformación sobre las elecciones y el voto por correo.

El centro de información para votantes de Facebook se encuentra en facebook.com/votinginfocenter.

[Con información de BNC]

Rancho de las Pulgas, corazón de Redwood City

Verónica Escámez. Rober Díaz. Anna Lee Mraz. Península 360 Press.

Gracias a su cercanía con Woodside, Emerland Hills y Atherton, la ciudad de Redwood City es uno de los lugares con más empleados relacionados con la tecnología, la educación y las labores domésticas.

Redwood City Memories. Facebook.

La historia del Rancho de las Pulgas se desenvolvió en medio de una gran trasformación donde los territorios fueron ocupados por los misioneros y conquistadores españoles. En 1781, el gobierno español decidió asentar el área del norte de California por medio de la Expedición Rivera y Moncada. En esta expedición, se encontraba el joven soldado, José Darío Argüello

Argüello se había unido al regimiento como soldado raso, pero debido a su capacidad de liderazgo, pronto ascendió hasta convertirse en sargento. La tradición del gobierno español era recompensar a sus mejores soldados con mercedes de tierras; fue así como el gobernador Diego Boric otorgó dos mercedes de tierras en 1795 a José Darío Argüello.

Al año siguiente, José Darío fue asignado al Presidio en San Francisco como comandante y permaneció allí durante 10 años, cuando fue nombrado gobernador interino de California en 1814

Luis Antonio Argüello, hijo del comandante José Darío Argüello, nació en el Presidio de San Francisco. Creció rodeado de un ambiente militar convirtiéndose en cadete a los 15 años. En 1822, Luis se casó con María Soledad Ortega. La boda fue un gran acontecimiento y la fiesta en el rancho duró varios días. Luis fue designado como el primer gobernador de California bajo el ahora nuevo gobierno mexicano en 1822. Cuando murió a la edad de 46 en 1830, María Soledad, su viuda, heredó el Rancho de las Pulgas. La concesión original abarcaba lo que es el actual condado de San Mateo, California. Esta concesión estaba limitada por San Mateo Creek al norte y San Francisco Creek al sur. Constaba de más de 35 mil metros cuadrados, es decir 142.6 hectáreas.

La agitación de la fiebre del oro de 1849 en California llevó a la estabilidad, y los ciudadanos españoles-mexicanos tuvieron que demostrar a la comisión de tierras que eran los propietarios legales para conservar sus derechos de propiedad. Para cuando María Soledad recibió su herencia, Estados Unidos acababa de ganar a los mexicanos el conflicto conocido como La Guerra de los Pasteles y, tras los Tratados de Guadalupe Hidalgo, se dispuso que las mercedes de las tierras se respetarían y aunque así fue, por distintos procesos y querellas políticas que se entablaron, la familia Argüelles finalmente se quedó con poco menos de la mitad. Las hectáreas confinadas por los EE. UU. pasaron a formar parte del estado de California.

Fue para el año de 1867 que Redwood City se incorporó y se instituyó como la primera ciudad del condado de San Mateo siendo su sede; tiene un puerto profundo en el sur de la bahía de San Francisco. Contaba, en el año 2010, con una población de aproximadamente de 76 mil 800 personas, de las cuales 38.9 % eran hispanos. Gracias a su ubicación geográfica –exactamente a la mitad entre San Francisco y San José– Redwood City es uno de los lugares con más empleados relacionados con la tecnología, la educación y las labores domésticas en los Estados Unidos.

Como lo ha comentado el filósofo Yuval Noah Harari, en este sentido, el capital que actualmente tienen los territorios no sólo valen por los recursos que proveen, sino también por el conocimiento y tecnología que se genera en el lugar.

Redwood City recibió su nombre gracias a las enormes secoyas, árboles gigantes que se encuentran en las inmediaciones de la ciudad. Redwood City es un lugar lleno de festividades cuyo origen se le atribuye, en mayor medida, al gran número de mexicanos que habitan la ciudad, incluyendo el Día de Muertos, auspiciado por Casa Circulo Cultural que atrae 10 mil asistentes cada año.

El Premio Nobel de Literatura de 1990, Octavio Paz, nos ofreció una explicación de esta propensión de las naciones con respecto a las fiestas:

«El solitario mexicano ama las fiestas y las reuniones públicas. Todo es ocasión para reunirse. Cualquier pretexto es bueno para interrumpir la marcha del tiempo y celebrar con festejos y ceremonias hombres y acontecimientos. Somos un pueblo ritual. Y esta tendencia beneficia a nuestra imaginación tanto como a nuestra sensibilidad, siempre afinadas y despiertas. El arte de la fiesta, envilecido en casi todas partes, se conserva intacto entre nosotros».

Octavio Paz, «El laberinto de la soledad», 1950.

En la ciudad, se festejan los desfiles del Día de la Independencia de EE. UU. el 4 de julio; la Navidad; la fiesta local de Mont Carmel; y, las fiestas callejeras del 5 de mayo y el 15 de septiembre en los Barrios Middlefield, Fair Oak, corazón hispano de la ciudad. 

Cómo San Mateo logró ser historia de éxito número 1 en California

Por Pilar Marrero /Ethnic Media Services

El condado de San Mateo ha logrado la mayor tasa de autorespuesta del censo en California gracias a su trabajo con organizaciones locales que conocen muy bien a sus comunidades y al crear mensajes específicamente para esas comunidades.

Ese gran trabajo y esfuerzo fue llevado a cabo por mensajeros de confianza y “sobre el terreno”, en todo el condado, y fueron financiados por más de $1.3 millones de dólares con dinero del estado y del condado, según dijeron los funcionarios el 30 de junio de este año, durante una teleconferencia organizada por Ethnic Media Services.

El condado de San Mateo ha alcanzado un 72.8% de autorespuesta en el censo de 2020, más alto que el promedio del estado: 62.9%, y el de la nación: 61.8%.

Esto significa que casi tres de cada cuatro residentes del condado ya han llenado el cuestionario sobre población, mucho antes de que se inicien las visitas puerta a puerta de los enumeradores del censo, que están programadas para empezar a mediados de julio en algunas partes de EE.UU. y en agosto para el resto del país.

El condado de San Mateo está situado en la zona de la bahía de la península de San Francisco, entre las ciudades de San Francisco y Palo Alto, y está compuesto por comunidades muy disímiles, y el elevado número de autorespuesta varía mucho. Algunas ciudades del condado, como Pescadero y East Palo Alto, están muy atrasadas en el conteo, según los grupos locales.

Megan Gosh, analista de gestión del censo de la Oficina de Asuntos Comunitarios del Condado de San Mateo, dijo que el condado comenzó a trabajar en el proyecto para impulsar las respuestas del censo en enero de 2018.

“Teníamos muchos desafíos: 13 de las 20 ciudades de San Mateo tienen una combinación de factores, al tener un historial de censo catalogado como “difíciles de contar”, además de tener áreas no incorporadas en todo el condado”, dijo.

Los grupos difíciles de contar incluyen inquilinos, personas que residen ahí, pero que no son ciudadanas y tienen un dominio limitado del inglés, y niños menores de 5 años, añadió. California, en general, es un estado difícil de contar.

La falta de viviendas asequibles en el condado resulta en que muchas direcciones no son conocidas por la Oficina del Censo porque están ligadas a unidades de vivienda “no tradicionales”, como garajes convertidos y vehículos de recreación. En otros casos, las personas que viven en zonas rurales no reciben las cartas o los cuestionarios porque la Oficina del Censo no los envía a las direcciones de apartados postales, de los que dependen la mayoría de los residentes rurales.

“Hemos trabajado con los planificadores urbanos de la ciudad y las organizaciones locales para recorrer las zonas con esas unidades de vivienda no tradicionales y así añadir sus direcciones a la lista maestra del censo”, dijo Gosh.

Ese proyecto del condado pudo agregar 2,000 direcciones a los registros maestros del censo. Si usamos un número moderado de dos personas por hogar, esas adiciones habrían dado como resultado $4 millones de dólares al año para el condado porque los conteos de población están vinculados a la distribución de los recursos federales y estatales. Los resultados también se utilizan para crear distritos electorales que tienen por objeto garantizar la representación política de todas las comunidades.

Los conteos que resultan en un número menor del real tienden a reducir esa representación.

Gosh y otros líderes del condado y de la comunidad describieron el esfuerzo de más de dos años para conocer de cerca y personalmente a esas comunidades y las cosas que las motivan, de modo que a veces se tuvo que cambiar de enfoque para adaptar los mensajes y convencer a las personas para que participen en el censo.

“Por ejemplo, nos enteramos de que los inquilinos que viven en Daly City no querían participar en el censo por la falta de confianza en cuanto a compartir su información”, explicó Melissa Vergara, especialista en censos del condado de San Mateo.

“Así que creamos un mensaje impreso para colgar en las puertas de las casas que tocaba específicamente el tema de las leyes de confidencialidad que aplican al censo.”

Otras áreas están recibiendo mensajes “hiper-dirigidos” por medio de campañas de redes sociales y anuncios en Internet basados en el código postal, además de videos y anuncios publicitarios en las paradas de autobús. También ayudó haber hecho la promoción por medio de congregaciones religiosas y en diferentes idiomas, según sea la composición étnica local.

La creatividad y la flexibilidad son piezas clave de las estrategias que han utilizado las organizaciones locales. Rita Mancera, directora ejecutiva de Puente de la Costa Sur en Pescadero, dijo que su comunidad fue muy mal contada durante el censo de 2010, y dijo que “ninguna plataforma funciona por sí sola” para llegar a todos.

“El censo de 2010 contó 2,019 residentes en nuestra comunidad, pero sabíamos que habíamos atendido al menos a 1,600 personas, por lo que calculamos que teníamos entre 5,000 y 6,000 residentes, la mayoría de los cuales no habían sido contados”, dijo Mancera. Ella estima que aproximadamente sólo el 33% de la comunidad fue contada en 2010. En lo que va de año, la tasa de respuesta de Pescadero es del 46.1%. “Y fue muy difícil llegar a lograr eso”, añade.

Muchos residentes inmigrantes simplemente tienen desconfianza debido a su experiencia en sus países de origen, dice Mancera. Pero la organización ha utilizado su relación con esas comunidades y familias para que participen en el censo.

“Le damos ayuda a unos 200 hogares todos los jueves, animándoles a usar los teléfonos para responder al censo”, explicó.

“Contratamos a una persona para que llamara a unas 250 familias, a las que les habíamos mandado material escolar el año pasado, para informarles que les podíamos ayudar a responder al censo por teléfono. Además, también hay mucha comunicación informal”.

Otro ejemplo de cómo una comunidad motivada, que trabaja con una organización local de confianza, puede superar las expectativas, como también sucedió en Pacifica, una ciudad en la que la tasa de autorespuesta ha sido mayor que la de San Carlos, una ciudad vecina y más próspera.

“Hemos aprovechado la confianza que tienen en nosotros”, dijo Anita Rees, directora ejecutiva de Pacifica Resource Center.

“Nuestra organización ha estado sirviendo al área durante 45 años. Esta es una comunidad apasionada, a veces dividida en ciertos temas, pero el censo se ha convertido en un tema en común. Para nosotros, el mensaje de que el censo es la manera en que se van a hacer escuchar ha funcionado, además, la comunidad es competitiva: querían ganarle a San Carlos.”

El trabajo de promoción hacia la comunidad asiática ha sido muy específico, dijo Nina Li, coordinadora de promoción del condado de San Mateo. Más del 30% de la población del condado es asiática. El chino, el tagalo y el hindi son los idiomas más hablados, aparte del español.

El estatus migratorio ha sido clave para llegar a las diversas poblaciones asiáticas, además del idioma, dijo Li, que como muchas personas en su comunidad es una residente permanente legal, pero no ciudadana, y que está viviendo su primer censo decenal.

“En nuestra comunidad, para muchas personas este es un concepto nuevo, y tienen la equivocada idea de que esto es similar a una elección en la que tienes que ser ciudadano para participar, pero ese no es el caso”, dijo Li.

Li dice que en sus actividades de promoción han utilizado We Chat, una plataforma de redes de comunicación social muy popular en Asia, y mensajes dirigidos a los residentes permanentes e incluso a aquellas personas con visas temporales.

“No soy ciudadana, pero voy a parques y bibliotecas, uso el transporte público y mi hija va a ir a las escuelas públicas, y todos estos servicios serán impactados por el censo del 2020 para los próximos 10 años”, dijo. “Nos aseguramos de que la gente lo sepa”.

Lisa Tealer, directora ejecutiva del Concejo Asesor de Salud Comunitaria del Área de la Bahía, dijo que los afroamericanos, los latinos y otras personas del Este de Palo Alto responden a la idea de recuperar el poder de “ser contados”, una frase que históricamente ha tenido connotaciones negativas porque, en el pasado, el censo se utilizó para discriminar a algunas comunidades.

“Ahora lo reclamamos como nuestro poder, y queremos ser contados porque nosotros ayudamos a construir este país”, dijo Tealer.

Del mismo modo, los residentes de la comunidad proveniente de las Islas del Pacífico responden a la idea de que el censo es una forma de asegurar recursos para las nuevas generaciones, según dijo Talavoy Aumavae, líder del Comité para un Conteo

Completo de los Isleños del Pacífico del condado de San Mateo.

“Destacamos el hecho de que nuestros antepasados habían emigrado aquí para tener mejores oportunidades para sus familias, y es imperativo que veamos la relación entre la respuesta del censo y nuestros futuros”, dijo Aumavae.

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