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domingo, noviembre 17, 2024
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Huir para sobrevivir: comunidades del Caribe colombiano enfrentan erosión e inundaciones

Por Duvan Caro, fotográfias de Elmer Arrieta. 

Tacamocho es un corregimiento del municipio de Córdoba Tetón, perteneciente a la subregión Montes de María, a orillas del río Magdalena en el Caribe colombiano, el cual, además de ser un territorio golpeado fuertemente por las estructuras armadas ilegales y de narcotráfico, hoy se enfrenta a las consecuencias del cambio climático, que ha orillado a pueblos enteros a huir para salvar sus vidas y las pocas pertenencias que tienen.

Así, los pueblos ribereños  del río Magdalena se han visto desplazados y aterrorizados por estructuras armadas ilegales y de narcotráfico, aunado al empobrecimiento, abandono y racialización sistemática por parte del estado y los gobiernos regionales, así como al saqueo de multinacionales que ven en este territorio la facilidad de desarrollar grandes proyectos agroindustriales y mineros, mediante los cuales se disecan grandes extensiones de humedales para el desarrollo de grandes proyecto, que dejan sin tierras a los pobladores locales. 

Cabe señalar que las comunidades afro campesinas y pescadoras que habitan a las orillas del río Magdalena son territorios productivos con gran vocación ganadera, producción diversificada de alimentos y con potencial pesquero que alimentan a las distintas ciudades del caribe colombiano y gran parte del territorio nacional. 

Sin importar las distintas situaciones de vulneración de derechos, los pobladores de este territorio han desarrollado sistemas de resistencia y trabajo colaborativo para hacerle frente a las inundaciones que, desde 2014, son más frecuentes y tienen en alerta máxima a sus habitantes. 

«SOS Tacamocho» es un colectivo de voluntariado conformado por personas de la comunidad que, mediante el trabajo colaborativo y vigilancia comunitaria continua del nivel del río, se preparan ante posibles inundaciones y erosiones que se presentan en distintos puntos de la comunidad de Tacamocho, al tiempo que alzan sus voces ante las autoridades competentes.

Alex Sierra. Líder y docente comunitario perteneciente al grupo SOS Tacamocho

Marys Acosta ha vivido toda su vida en la comunidad de Tacamocho, perdió su casa tres años atrás, por la primera ola invernal y la erosión del río. Ella y otras personas damnificadas conforman la colectividad SOS Tacamocho. 

«Esta erosión empezó hace tres años, pero ya venía desde antes, se ha llevado tres calles principales del pueblo y también mi casa. Nosotros, con recursos propios, nos hemos reubicado. No hemos tenido ayuda del gobierno, de nadie. Pero ahora la situación ha empeorado», señaló.

La erosión y la inundación, cuenta, tiene a las familias de Tacamocho en un inminente riesgo, ya que la alcaldía municipal y las autoridades del orden nacional no disponen del terreno para la reubicación de toda la comunidad. 

«Tenemos el dilema que, si nos quedamos aquí, corremos riesgo por la erosión, y si nos vamos nos tocará estar al aire libre, en los parques o en las escuelas. Porque no tenemos para dónde irnos, en dónde ubicarnos. Nosotros lo que queremos es que el gobierno nacional nos “pare bolas”, que se acuerden de Tacamocho, que no solo es para venir a recoger votos». 

Junto a varios miembros del colectivo SOS Tacamocho recorrimos parte de la orilla del río Magdalena, mientras sus aguas turbulentas eran retenidas por pequeños diques compuestos por trozos de maderas y costales rellenos de tierra, los cuales han sido construidos en los últimos días por los habitantes de la comunidad.  

Marys Acosta. Madre y cabeza de hogar, damnificada por las inundaciones y la erosión a orillas del río Magdalena.

La Erosión. Crónica de una catástrofe anunciada.

El río Magdalena baña con sus turbulentas aguas y sus complejos cenagosos vastas planicies que hacen de la Costa Caribe una zona productiva e inigualable por su fauna y flora, que se integran a grandes zonas pantanosas, manglares y montañas que se extienden por toda la región convirtiéndola en un gran atractivo económico para locales y extranjeros. 

En las tierras más cercanas a la orilla del río se han instaurado grandes proyectos de ganadería extensiva y con el paso de estos últimos años se han desarrollado grandes haciendas para la cría de búfalos, arrasando con la vegetación local. Por otro lado, se observan grandes extensiones de monocultivos de maderables que separan las montañas de las ciénagas y estas últimas del río, afectando de manera directa el tránsito biológico de las aguas.  

Zambrano, Bolívar, es un pueblo que ha visto su desarrollo económico sobre las aguas del río Magdalena, que a su paso por el municipio irriga sus tierras para la producción de cultivos de pancoger ‒cultivos de alimentos tradicionales como maíz, arroz, etcétera‒, ganadería a pequeña y gran escala. 

En décadas pasadas, estas mismas aguas lo convirtieron en un punto estratégico para el comercio regional y nacional. Pero hoy, las aguas del río son uno de sus mayores temores, debido a las inundaciones y la erosión que cada año derrumban viviendas al pasar por el pueblo.

Pabla Martínez Rodríguez, habitante del municipio de Zambrano, ha perdido su tranquilidad en los últimos años al ver que las aguas del río entran con fuerza a su casa, la cual está a punto de perder.

«Tengo 20 años viviendo frente al río Magdalena y al día de hoy nos encontramos sufriendo por la creciente que ha traído el río en los últimos días».

«No hemos recibido visita y, mucho menos, ayuda de nadie, ni del gobierno, nada. Estamos solos.  Mi casa se ha venido cayendo desde el mes de diciembre, momento en que inició la creciente. Si las inundaciones siguen, nos tenemos que ir para otra parte».

Pabla Martínez Rodríguez, habitante del municipio de Zambrano, damnificada por la erosión del río Magdalena.

En La Albarrada, una de las calles históricas de la comunidad de Zambrano que bordea la orilla del río, se observan varios metros de sacos, bolsas y costales de plásticos rellenos de tierra apilados y fijados con trozos de maderas, son parte de la construcción artesanal del dique que separa el agua de las casas y con él se busca evitar el desplazamiento masivo de aproximadamente 11 mil personas que viven en el casco urbano del municipio.

Vecinos del sector participan en la construcción artesanal del muro de contención para proteger sus casas de la erosión.

«Esto empezó el 24 de junio debido a las fuertes lluvias y desde ese momento nos hemos organizado para hacerle frente a la erosión que se presenta en la calle y otros sectores que están en riesgo por la inclemencia del cambio climático y las altas concentraciones de las aguas lluvias. El pueblo está sufriendo al ver el crecimiento paulatino del río».

Estas situaciones, nos explicó Fabian Leiva Ospino, hacen que el riesgo sea inminente para la población del casco urbano del municipio como para las familias campesinas, ubicadas en los alrededores del pueblo, quienes han empezado a llegar desplazadas de sus parcelas por la inundación actual, causando encarecimiento en los productos de la canasta familiar.  

Fabian Leiva Ospino, líder comunitario, quien es voluntario en el grupo motor Salvemos a Zambrano, creado durante la emergencia.

Fabian Leiva Ospino, líder comunitario, quien es voluntario en el grupo motor Salvemos a Zambrano, creado durante la emergencia.  

Las cosechas de alimento se han perdido en su mayoría por la creciente e inundación total de las tierras fértiles, señaló Julio Humberto Ahumada, campesino que ha perdido todos sus cultivos y enseres por las inundaciones. 

«Las familias que dependemos de la siembra de yuca, frijoles y otros productos, estamos padeciendo por la inundación. Hemos quedado sin trabajo, sin tierra y sin hogar porque todo está lleno de agua y no sabemos cuándo va a terminar», dijo.

«El invierno apenas empieza y nosotros ya estamos a la deriva y sin tener soluciones. El poco ganado que poseemos las familias toca sacarlo y traerlo a las orillas de las carretas del pueblo, corriendo el riesgo de que se nos extravíen. Las otras familias que dependemos de la pesca, no pescamos como antes, ya que las aguas están expandidas por todos lados y los peces se esconden en los matorrales, haciendo más difícil el oficio de la pesca».

Julio Humberto Ahumada, afro campesino de la comunidad de Zambrano, afectado por la pérdida de sus cultivos a causa de la inundación y la erosión a orillas del Río Magdalena

Reubicación en papeles

En 2017, un habitante de la comunidad de Tacamocho, interpuso a nombre propio una acción popular contra el municipio de Córdoba Tetón, el departamento de Bolívar, la Corporación Autónoma Regional del Río Grande de la Magdalena ‒CORMAGDALENA‒ y la Unidad Nacional General de Riesgos y Desastres ‒UNGRD‒ con número de radicado 13001-23-33-000-2015-00052-02.

Mismo que posteriormente fallaría a su favor en segunda instancia, proferido por el consejo de estado en el año de 2019, en la cual se instó al municipio de Córdoba Tetón, al departamento de Bolívar, a  CORMAGDALENA  y  la UNGRD a que adoptaran las medidas necesarias  y reubicaran a la población que habita en el corregimiento de Tacamocho a un lugar seguro, donde no resulte amenazada por la erosión costera, crecientes o inundaciones causadas por el río Magdalena.

Escuela de Tacamocho, tomada como albergue provisional por varias familias damnificadas debido a la erosión y las inundaciones.

Manuel Gamarra, líder comunitario e integrante de SOS Tacamocho nos contó sobre el incumplimiento de la Acción Popular, mientras nos muestra las casas destruidas y abandonadas por la erosión que presenta el río.

«Nosotros estamos viviendo una de las situaciones más graves de nuestro pueblo, el río está en sus máximos niveles de riesgo desde el año 2014, año en que se empiezan a ir las primeras viviendas de la comunidad a raíz de la erosión. La gente comienza a desplazarse y es ahí donde empieza nuestro temor, porque el río se mete de frente contra la población y empieza a comprometer, no solamente las propiedades privadas, sino también las vidas humanas. Aquí hemos tenido dos pérdidas que nos han dolido mucho».

 «Actualmente estamos amenazados por la erosión y por la inundación de las aguas del río. Desde la misma comunidad hemos venido construyendo pequeños diques artesanales con la ayuda de la alcaldía, para contener el agua. Pero todos sabemos que eso no va a resolver el problema».

Ruinas de una casa en una de las calles principales de la comunidad de Tacamocho, que se han ido al fondo del río por la erosión del suelo.

Para el colectivo SOS Tacamocho, desde que empezó la erosión y las inundaciones, se han desplazado aproximadamente 366 familias. Esta es una población que cuenta con más de tres mil habitantes. Nos dice Gamarra mirando hacia el río.

«Nosotros actualmente lo que buscamos es que se haga cumplir esa sentencia en donde se dicta que a Tacamocho se le debe reubicar. Queremos que la alcaldía disponga de ese terreno, que destine los recursos para poder dar el primer paso, porque sabemos que sin eso no va a haber una reubicación». 

El llamado que hace la comunidad de Tacamocho al gobierno nacional, departamental y a todos los entes responsables de su reubicación es reiterativo al ver sus casas desplomarse sin poder hacer nada. 

El río en cualquier momento puede entrar al pueblo y arrasar con sus hogares o simplemente se puede dar una erosión masiva de la comunidad y sus alrededores. Ante el miedo de que esto suceda, varias familias se están mudando a cualquier lugar, sin garantías y sin acompañamiento institucional.

caribe Colombiano
Luis Cequeda y su familia. Damnificados por la erosión y las fuertes crecientes del agua frente a su hogar

En nuestro recorrido por las calles de Tacamocho los habitantes manifestaron que la gente se está mudando a sitios no seguros o incluso a lugares en donde antes se criaban cerdos, sin tener mínimas condiciones de vivienda digna. 

La alcaldía ha dispuesto de un tractor para todas aquellas personas que se quieran ir, y cuando se hace efectiva la mudanza les dan 400 mil pesos para pagar arriendo y un mercado de 80 mil pesos por cada familia, mensualmente. 

«Tenemos más de 15 días con el agua dentro de nuestras casas, la única esperanza es que las aguas del río bajen, pero lo que vemos es que el agua va aumentando y estamos aquí sin tener algún lugar para dónde irnos con nuestros hijos. Estamos solos».

Mudanza de una familia en Tacamocho por la erosión y las inundaciones.
Idulis Arrieta, desplazada de la comunidad de Tacamocho por la erosión y la fuerte inundación de los últimos días.

Idulis Arrieta, desplazada de la comunidad de Tacamocho por la erosión y la fuerte inundación de los últimos días.

En los municipios de Córdoba Tetón y Zambrano, desde hace varios meses se han implementado obras incluidas en los Planes de Desarrollo con Enfoque Diferencial Territorial ‒PDET‒, así como en toda la subregión de Montes de María, los cuales son un instrumento de planificación y gestión del Gobierno Nacional a través de la Agencia de Renovación del Territorio ‒ART‒, para implementar de manera prioritaria y con mayor celeridad los planes sectoriales y programas, en el marco de la Reforma Rural lograda en el punto uno del acuerdo de paz firmada por el Estado colombiano y las extintas guerillas de las FARC-EP en 2016. 

Varios líderes de las comunidades afectadas por la erosión y las inundaciones se preguntan cuáles son las obras para hacerle frente al cambio climático en esta zona de importancia nacional, golpeadas por la violencia y desde hace un tiempo por las inundaciones. 

Te puede interesar: Retratos de resistencia y vida en el Caribe rural colombiano

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