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viernes, noviembre 15, 2024
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COVID-19: Economía pone en riesgo a propietarios e inquilinos de pequeñas viviendas

Pamela Cruz. Península 360 Press [P360P].

Los propietarios de construcciones con dos a cuatro unidades ganan menos que los propietarios de viviendas unifamiliares o grandes edificios multifamiliares, lo que los hace más vulnerables a los trastornos económicos de la pandemia por COVID-19, debido a que la pérdida de puestos de trabajo es más frecuente entre los hogares de bajos ingresos

Así lo informó un estudio realizado por el Urban Institute, el cual destaca que el ingreso promedio para un propietario de dos a cuatro unidades fue de 67 mil dólares en 2018, en comparación con aproximadamente los 81 mil dólares para los propietarios de unidades unifamiliares y grandes edificios multifamiliares.

El análisis realizado a finales de 2020 destaca que las pequeñas unidades de alquiler tienen la mayor proporción de propietarios de color; pues el 13 por ciento son afrodescendientes y el 15 por ciento son latinos. 

Si bien la mayoría de los propietarios de construcciones de alquiler pequeños son blancos, representan una proporción significativamente menor que entre otros tipos de edificios. 

«El COVID-19 ha afectado de manera desproporcionada a los hogares negros e hispanos, y su mayor representación como inquilinos y propietarios en edificios de dos a cuatro unidades puede exacerbar aún más la desigualdad de riqueza si no se toman medidas para proteger a los propietarios de estas construcciones de perder su propiedad debido a la disminución de los ingresos por alquiler», precisa el estudio.

Y es que los 6.2 millones de unidades de alquiler en edificios de dos a cuatro unidades en EE. UU. representan aproximadamente el 13 por ciento de todas las unidades de alquiler y son una importante fuente natural de vivienda asequible para inquilinos de bajos ingresos y una fuente de ingresos para sus inversores individuales, lo cuales, la mayoría de las veces viven en las mismas construcciones.

El alquiler promedio de estos pequeños departamentos ronda los 940 dólares, mucho menos que el promedio para alquileres unifamiliares, edificios de apartamentos de tamaño mediano y edificios de apartamentos grandes.

Treinta y cuatro por ciento de los propietarios de edificios de dos a cuatro unidades tienen más de 65 años, en su mayoría están jubilados y es poco probable que tengan otra fuente de ingresos, reveló el documento.

Destacó que en 2018, solo el 19 por ciento de los propietarios de viviendas de dos a cuatro unidades mayores de 65 años estaban empleados, en comparación con el 82 por ciento de los de 65 años o menos. 

Así, una mayor dependencia de los ingresos por alquiler pone a los arrendadores senior especialmente en riesgo de los efectos económicos negativos del COVID-19, pues aproximadamente el 40 por ciento de las personas mayores que viven y poseen edificios de dos a cuatro unidades tienen una hipoteca. 

«Si estos propietarios mayores con una hipoteca no reciben pagos de alquiler, no solo es probable que pierdan su única fuente de ingresos, sino que algunos pueden perder sus casas», puntualizó el estudio.

Debido a que no tienen nóminas como los grandes inversores, es menos probable que estos propietarios accedan a programas de protección de pagos o de apoyo para pequeñas empresas, por lo que sin las opciones de indulgencia, será difícil para estos propietarios mantener a los inquilinos sin el riesgo de pagos atrasados. 

Por su parte, los inquilinos de este tipo de departamentos cuentan con un ingreso familias promedios de 35 mil 500, el más bajo entre los cuatro tipos de unidades de alquiler, incluidos los edificios unifamiliares –47 mil 400 dólares–, los edificios de 5 a 49 unidades –37 mil 800 dólares–, y edificios con 50 o más unidades –36 mil dólares–. 

En ese sentido y debido a que el tamaño promedio del hogar en los edificios de 2 a 4 unidades es mayor que en los edificios más grandes, el ingreso por persona en los edificios pequeños es aún menor.

Los inquilinos afrodescendientes y latinos alquilan el 44 por ciento de las unidades en edificios de dos a cuatro unidades, en comparación con solo el 42 por ciento en edificios de tamaño mediano, el 37 por ciento en alquileres unifamiliares y el 35 por ciento en edificios de apartamentos grandes. 

Estas dos comunidades ya habían enfrentado mayores dificultades para realizar el pago de la vivienda antes del COVID-19, sin embargo, desde el brote, alrededor de una cuarta parte de los inquilinos afrodescendientes y latinos no han pagado el alquiler, lo que significa un 10 por ciento más alto que los inquilinos blancos y asiáticos.

Cabe destacar que para aquellos inquilinos que se ven obligados a mudarse de estas propiedades, relativamente asequibles, probablemente tendrán un mayor número de problemas para encontrar opciones de alojamiento barato disponibles.

Península 360 Press
Península 360 Presshttps://peninsula360press.com
Estudio de comunicación digital transcultural

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