Mujeres, líderes de comunidades indígenas, nativo americanas, afrodescendientes y más de 50 organizaciones de derechos humanos y justicia social participarán en la «Cumbre X la Paz», la cual busca crear una agenda que atienda problemas en común entre México y EE. UU. en temas de migración, violencia armada, persecución, desapariciones forzadas, discriminación, desigualdad y medio ambiente, entre otros.
Tras un proceso de consultas, foros, y encuestas en México y Estados Unidos, los líderes, activistas y organizaciones, presentarán los primeros resultados de sus trabajos y promoverán una serie de acciones binacionales para impulsar la justicia social, los derechos humanos y la igualdad en la vida democrática y en las relaciones binacionales en la celebración de la Cumbre por la Paz en la Ciudad de México el próximo 27 de febrero del 2023.
La Cumbre se da en el marco de una devastación económica causada por la pandemia de COVID-19 que, entre otras cosas, dejó como evidencia la falta de un sistema de salud fuerte, mientras que la crisis ambiental amenaza la vida en todo en toda la región y la proliferación de las armas está matando más gente que nunca, al tiempo que existe una criminalización de las comunidades migrantes en ambos países, afectando particularmente a las comunidades indígenas, nativo americanas, afrodescendientes, a las mujeres y a las y los defensores de Derechos Humanos.
Así lo señaló el codirector de la organización sin fines de lucro Global Exchange, Marco Castillo, durante la conferencia de prensa para la presentación de la Cumbre por la Paz, donde resaltó que dichas problemáticas son producto de una crisis profunda que amenaza la vida de las comunidades, pueblos y ciudades históricamente marginadas desde Centroamérica hasta Washington DC.
«Todos los días, las comunidades y ciudades pobres e históricamente marginadas, desde Tapachula hasta Washington DC, sufren las consecuencias de un modelo democrático y económico que no funciona. Nuestros pueblos están hermanados en la tragedia», destacó Castillo.
Previo a la Cumbre, los organizadores informaron que, hasta el momento, se tienen confirmados 6 diálogos regionales que iniciarán en septiembre y que serán llevados a cabo en las ciudades de Nueva York, Los Ángeles, Tijuana, Ciudad de México y una comunidad indígena que se anunciará en próximos días.
Durante estos conversatorios se desarrollará una encuesta para identificar problemas comunes y principios de solución y se facilitará un conversatorio donde se propondrán acciones articuladas binacionalmente. Los resultados de este esfuerzo serán presentados durante la Cumbre por la Paz.
El sufrimiento por parte de las comunidades más vulnerables cruza fronteras, por lo que es necesario apuntar las miradas a estos grupos, quienes no solo han respondido primero ante las tragedias de salud, climáticas, económicas y sociales que enfrentan los países en los que viven.
«Es intencional ignorar nuestra existencia, es intencional ignorar que hablamos otros idiomas porque en nuestro idioma está la base de nuestros derechos humanos», señaló Odilia Romero, directora ejecutiva de Cielo, una organización sin fines de lucro asentada en Los Ángeles.
La organización está dirigida por mujeres indígenas que trabaja en conjunto con las comunidades indígena que busca poner fin a la violencia de género, brindar derechos de acceso al idioma, preservación cultural y justicia reproductiva, además de servir como diáspora.
«Cuando llega una empresa transnacional y pregunta si está bien que nuestra tierra sea utilizada para sus fines no hay interpretación, por lo que no entendemos cómo nos afectará a largo plazo. Así empiezan las violaciones a los derechos humanos de los indígenas y su tierra y luego tenemos que migrar y exponer para ser criminalizados», destacó la activista.
«Queremos que pare la criminalización de los pueblos, el movimiento de las armas, la criminalización de la gente de color», sentenció.
De acuerdo con cifras oficiales y con las investigaciones de algunas de las organizaciones participantes, la compra de armas en Estados Unidos y la violencia armada en México y EE. UU. alcanzaron el nivel más alto de la historia en ambos países durante la pandemia; el 70 por ciento de las armas recuperadas en escenas de crimen en México vienen de Estados Unidos.
Así mismo se han registrado más de 10 mil eventos de violencia contra migrantes por parte de autoridades en ambos países desde la implementación del Programa Quédate en México o MPP.
«Estamos comprometidos a hacer espacio para que nuestras voces se unan, los mensajes y la verdad que tiene que ser escuchadas por el público en general y los privilegiados que pueden pensar que nuestra cultura se ve linda pero no ven la violencia que tenemos que aguantar todos los días», destacó en su oportunidad Melissa Iakowi: he’ne’ Oakes, directora ejecutiva de American Indian Community House en la ciudad de Nueva York.
La mujer Mohawk, del Snipe Clan que reside en el Territorio Akwesasne Mohawk, donde nació y se crió, destacó que «el Papa estuvo aquí el otro día y se reunió con una nación nativa, pero somos muchos. La representación importa, la voz de cada nación importa».
La tragedia y el olvido une, por lo que eventos como la Cumbre son de gran relevancia para las comunidades más vulnerables, precisó Cristina Bautista Salvador, madre de Benjamín Ascencio Bautista, uno de los 43 jóvenes normalistas desaparecidos en Ayotzinapa, Guerrero, México.
«Esto es muy importante para mí como madre de Benjamín, para que lo escuchen de viva voz. Sabemos que no somos los únicos que estamos sufriendo. En el mundo hay muchas desapariciones y violencias. El dolor y sufrimiento nos hermana para levantar la voz, que nos escuchen en cada rincón».
Esta madre y activista recordó que en México hay más de cien mil familias que buscan a sus seres queridos, «la Cumbre por la Paz es importante como padres y madres de los 43 para que sepan que aquí seguimos buscando a nuestros hijos exigiendo que nos los regresen con vida».
Para Jorden Giger del movimiento Balck Lives Matter en South Bend, Indiana, acciones como las de la Cumbre por la Paz son necesarias para unir fuerzas entre diferentes organizaciones cuysa luchas es común.
«Esta cumbre es extremadamente importante porque las armas que se usan para matar a los negros en los EE. UU. son las mismas que se usan para matar a las personas en México y América Central y del Sur. Deberíamos organizarnos mientras desafiamos a nuestros gobiernos y miembros de la comunidad sobre la proliferación de armas en nuestras comunidades», dijo Giger.
Al respecto, Isabella D’Alacio, activista y sobreviviente de la masacre de Parkland, Florida, señaló que «los jóvenes necesitan un lugar en la mesa para abogar por las soluciones a los problemas que han destruido nuestras comunidades. La cumbre y el resultado de ella serán imprescindibles para crear un futuro para mi generación».
«No hay mucha diferencia entre un arma de fuego aquí y en México, la única diferencia son las personas a las que puede impactar», agregó.
La materia ambiental no es ajena al sufrimiento de las comunidades vulnerables, pues habitantes de montañas, cerros y laderas se han vuelto activistas para proteger los recursos y la naturaleza que los rodea.
«En México cuando tenemos una lucha ambiental en el territorio donde nos encontremos, no es tan libre, podríamos hacer alianzas. La cumbre es importante para aprender cómo es que en otros lugares se pueden respetar los árboles y otros recursos», destacó Grisel Cuecuecha, de la organización Culturas del Pasado, Voces del Presente, en Tlaxcala, México.
Finalmente, Marco Castillo hizo énfasis en que es importante dialogar entre pueblos, comunidades y organizaciones para tomar acciones regionales contundentes que señalen la ruta hacia una realidad y una relación distinta entre México y Estados Unidos. «La que tenemos no sirve para recuperar la paz y avanzar en la justicia».
«Las comunidades han estado divididas por una falsa narrativa de rivalidad. Es momento de revisar la agenda común porque estamos más unidos en esto que nunca. La Cumbre Por la Paz fortalecerá estos diálogos comunes», subrayó.
Para sumarse a este proceso, los organizadores han puesto a disposición los sitios web www.cumbrexlapaz.org y www.peacesummit2023.org.
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