El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas ‒ONU‒, Antonio Guterres, aseguró que «la era del calentamiento global ha terminado; la era de la ebullición global ha llegado», ello luego de que la Organización Meteorológica Mundial publicara datos oficiales que confirman que julio de 2023 será el mes más cálido jamás registrado en la historia humana.
En conferencia de prensa, Guterres destacó que julio de 2023 romperá récords en todos los ámbitos.
«Según los datos publicados hoy, julio ya ha visto el período de tres semanas más caluroso jamás registrado; los tres días más calurosos registrados; y las temperaturas oceánicas más altas para esta época del año. Las consecuencias son claras y trágicas: niños arrastrados por las lluvias monzónicas; familias huyendo de las llamas; trabajadores colapsando en un calor abrasador», refirió el funcionario.
Y es que, el 6 de julio, la temperatura media diaria del aire en la superficie global superó el récord establecido en agosto de 2016, convirtiéndose en el día más caluroso registrado, con el 5 y el 7 de julio poco después.
Las primeras tres semanas de julio han sido el período de tres semanas más caluroso registrado. La temperatura media mundial superó temporalmente el umbral de 1.5° Celsius por encima del nivel preindustrial durante la primera y la tercera semana del mes.
Para vastas partes de América del Norte, Asia, África y Europa, es un verano cruel, aseguró Guterres. «Para todo el planeta, es un desastre».
En ese sentido, subrayó que, para los científicos es inequívoco: «los humanos tienen la culpa».
Lo anterior, dijo, es totalmente consistente con las predicciones y las repetidas advertencias, sin embargo, la única sorpresa es la velocidad del cambio.
«El cambio climático está aquí. es aterrador Y es solo el comienzo», puntualizó.
El secretario general de la ONU, reconoció que «el aire es irrespirable. El calor es insoportable. Y el nivel de ganancias de los combustibles fósiles y la inacción climática es inaceptable. Los líderes deben liderar. No más dudas. No más excusas. No más esperar a que otros se muevan primero. Simplemente no hay más tiempo para eso».
El funcionario explicó que aún es posible limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 grados centígrados y evitar lo peor del cambio climático, aunque para ello se necesitan acciones dramáticas e inmediatas pues «las temperaturas aceleradas exigen una acción acelerada».
En la práctica, aseguró, lo primero es la reducción de emisiones de los miembros del G20, que los países desarrollados se comprometan a alcanzar cero emisiones netas lo más cerca posible de 2040, y las economías emergentes lo más cerca posible de 2050, con apoyo de los países desarrollados para hacerlo.
También, dijo, se deben presentar planes creíbles para salir del uso del carbón para 2030 para los países de la OCDE y 2040 para el resto del mundo, así como alcanzar la electricidad neta cero para 2035 en los países desarrollados y para 2040 en otros lugares.
Las acciones, precisó, no se deben limitar a las de los gobiernos, pues las empresas, ciudades, regiones e instituciones financieras puede alinearse a estos estándares.
«Las instituciones financieras deben poner fin a sus préstamos, suscripción e inversiones en combustibles fósiles y cambiar a las energías renovables. Y las empresas de combustibles fósiles deben trazar su movimiento hacia la energía limpia, con planes de transición detallados en toda la cadena de valor: no más lavado verde. No más engaños. Y no más distorsión abusiva de las leyes antimonopolio para sabotear las alianzas netas cero», refirió.
El clima extremo se está convirtiendo en la nueva normalidad
«Es hora de un aumento global en la inversión en adaptación para salvar millones de vidas de la [carnicería] climática. Eso requiere una coordinación sin precedentes en torno a las prioridades y planes de los países en desarrollo vulnerables», explicó Guterres.
Al respecto, detalló que los países desarrollados deben presentar una hoja de ruta clara y creíble para duplicar la financiación de la adaptación para 2025 como primer paso para dedicar al menos la mitad de toda la financiación climática a la adaptación.
Para ello, explicó que son importantes las finanzas, y que las promesas hechas sobre el financiamiento climático internacional deben cumplirse.
«Los países desarrollados deben cumplir sus compromisos de proporcionar 100 mil millones de dólares al año a los países en desarrollo para apoyo climático y reponer completamente el Fondo Verde para el Clima», dijo al reconocer que solo dos países del G7 han hecho compromisos de reabastecimiento, Canadá y Alemania.
Es así que «necesitamos una corrección de rumbo en el sistema financiero global para que apoye una acción climática acelerada», destacó, lo que incluye poner un precio al carbono y presionar a los bancos multilaterales de desarrollo para que revisen sus modelos comerciales y enfoques de riesgo.
«Necesitamos que los bancos multilaterales de desarrollo apalanquen sus fondos para movilizar mucha más financiación privada a un costo razonable para los países en desarrollo, y aumenten su financiación para energías renovables, adaptación y pérdidas y daños», abundó.
«La evidencia está en todas partes: la humanidad ha desatado la destrucción. Esto no debe inspirar desesperación, sino acción. Todavía podemos detener lo peor. Pero para hacerlo debemos convertir un año de calor ardiente en un año de ambición ardiente. Y acelere la acción climática, ahora».
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