Excesiva intervención de padres en los primeros años de vida de sus hijos afecta toma de decisiones: estudio dirigido por Jelena Obradović.
Pamela Cruz. Península 360 Press [P360P].
Investigaciones han demostrado que la crianza comprometida ayuda a los niños a desarrollar habilidades cognitivas y emocionales. Sin embargo, demasiada dirección de los padres a veces puede ser contraproducente, según un nuevo estudio dirigido por Jelena Obradović, profesora asociada de la Escuela de Graduados de Educación de Stanford.
En el documento publicado el 11 de marzo en la revista Journal of Family Psychology, los investigadores observaron el comportamiento de los padres cuando los niños en edad de jardín de infantes participaban activamente en el juego, la limpieza de juguetes, el aprendizaje de un juego nuevo y la discusión de un problema.
El estudio reveló que los hijos de padres que intervinieron más a menudo para dar instrucciones, correcciones o sugerencias o para hacer preguntas, a pesar de que los niños estaban apropiadamente concentrados en la tarea, mostraron más dificultades para regular su comportamiento y emociones en otros momentos.
Dichos niños también se desempeñaron peor en tareas que medían la gratificación retrasada y otras funciones ejecutivas, las habilidades asociadas con el control de los impulsos y la capacidad de cambiar entre demandas competitivas por su atención.
De acuerdo con Obradović y sus coautores, este tipo de reacciones en los niños ocurren en todo el espectro socioeconómico, por lo que todos los niños son susceptibles a dicho trato.
«Los padres han sido condicionados para encontrar formas de involucrarse, incluso cuando los niños están concentrados y jugando activamente o haciendo lo que se les pidió que hicieran», dijo Obradović, quien también dirige el Proyecto Stanford sobre Adaptación y Resiliencia en Niños (SPARK).
Sin embargo, agregó que «demasiada participación directa puede tener un costo para las habilidades de los niños para controlar su propia atención, comportamiento y emociones. Cuando los padres dejan que los niños tomen la iniciativa en sus interacciones, los niños practican las habilidades de autorregulación y desarrollan su independencia».
La investigación de Obradović, arroja una nueva luz sobre cómo los padres «helicópteros» o «quita nieve» obstaculizan el desarrollo de sus hijos durante la transición fundamental a la escuela primaria.
Encontrar el equilibrio adecuado al relacionarse con los niños es especialmente importante en el jardín de infancia, dijo Obradović, cuya investigación examina cómo los entornos de cuidado contribuyen a la salud, el aprendizaje y el bienestar de los niños a lo largo del tiempo.
Agregó que el inicio de la escuela primaria es un momento especialmente desafiante cuando se espera que los niños manejen su atención, emociones y comportamientos sin la ayuda directa de los padres.
«Este es un cambio realmente importante, cuando los padres tienen que aprender a retroceder», dijo.
Para su investigación, Obradović y sus coautores, Michael Sulik, científico investigador de SPARK, y Anne Shaffer, profesora asociada de psicología en la Universidad de Georgia, reunieron a un grupo diverso de 102 niños de 4 a 6 años y sus principales cuidadores en un laboratorio de Stanford.
Para su análisis, Obradović y sus colaboradores crearon una medida de lo que ellos llaman «compromiso excesivo de los padres». Anotaron los momentos en los que un niño trabajaba de forma independiente o dirigía una actividad, y calcularon la proporción entre los momentos en que los padres intervinieron de maneras que debían ser útiles (no duras ni manipuladoras) y aquellos en que siguieron el ejemplo del niño.
Así, los investigadores encontraron una correlación entre los altos niveles de participación de los padres cuando un niño se concentra en una tarea y las dificultades de los infantes con la autorregulación y otros comportamientos.
La investigadora precisó que el objetivo del estudio no es criticar a los padres.
«Cuando hablamos de compromiso excesivo de los padres, no estamos diciendo que sea un compromiso malo u obviamente intrusivo», dijo. «No hay nada de malo en sugerir ideas o dar consejos a los niños».
Sin embargo, detalló que es importante que los padres sean conscientes de que los momentos de enseñanza tienen su lugar.
Se ha demostrado que ayudar a un niño en edad preescolar a completar un rompecabezas, por ejemplo, apoya el desarrollo cognitivo y genera independencia. Y la orientación es importante cuando los niños no prestan atención, violan las reglas o solo participan a medias en una actividad, explicó.
Agregó que, a veces, los niños solo necesitan que los dejen solos o se les permita estar a cargo.
Este mensaje puede ser especialmente relevante durante la pandemia por COVID-19, señaló Obradović, cuando los padres pueden preguntarse cuánta participación directa necesitan sus hijos, especialmente cuando todos equilibran las nuevas obligaciones.
«Tenga esa conversación honesta con usted mismo, especialmente si su hijo está bien», dijo. «Por muy estresante que sea este momento, trate de encontrar oportunidades para que ellos tomen la iniciativa», finalizó.