Por Pamela Cruz. Península 360 Press [P360P]
Luego de que a inicios de este mes, la legislatura del estado de Alabama aprobara nuevos mapas de redistritación, de acuerdo con los datos emitidos por el Censo de 2020, la situación en el estado no ha mejorado y lejos de ello, se han presentado demandas en contra de la implementación de esos mapas, que afectan de manera discriminatoria a personas de color.
Así lo señalaron expertos durante una sesión con medios realizada por Alabama Values y Ethnic Media Services, en donde se aseguró que esos mapas han diluido intencionalmente el poder de voto de las comunidades minoritarias, particularmente las afroamericanas.
Ante ello, los demandantes han solicitado a la corte federal que ordene a Alabama que detenga dicha redistritación, y de ser posible, que los mapas sean nuevamente trazados.
Jack Genberg, abogado senior del Grupo de Práctica de Derechos Electorales del Southern Poverty Law Center, señaló que a las comunidades afroamericanas en el estado de Alabama se les ha negado la igualdad en la protección de las leyes, lo que les impide elegir a sus candidatos de preferencia.
«El resultado en general es reducir la fuerza del voto de los ciudadanos de color. De modo que este segmento de votantes no puede elegir a sus candidatos de elección con la misma frecuencia con la que podrían hacerlo si los distritos se trazaran de forma justa y legal», detalló el experto.
Aseguró que los mapas de redistribución de distritos de Alabama han sido racialmente manipulados, y estos han vuelto a poner de manifiesto la importancia de una nueva ley federal como la del derecho al voto de John Lewis para restablecer las protecciones de la Sección 5 de la Ley del Derecho al Voto.
«Este es el primer ciclo de redistribución de distritos desde 1960 sin las protecciones de la Sección 5 de la Ley del Derecho al Voto. La Sección 5 requiere que los estados como Alabama con registros de discriminación racial, en la votación, presenten cualquier cambio relacionado con la votación que incluya planes de redistribución de distritos al gobierno federal para su aprobación», dijo.
«La Ley de Derecho al Voto es fundamental para cualquier esfuerzo por construir una democracia representativa, en la que las personas de color tengan acceso a la representación equitativa y a los recursos», agregó.
Asimismo, destacó que cuando la raza es el factor predominante en el trazado de las líneas divisorias de los distritos, y el uso de la raza no está estrictamente diseñado para cumplir con la Ley de Derechos Electorales o justificado por cualquier otro interés gubernamental convincente, el distrito es un gerrymander inconstitucional.
«Durante el último ciclo de redistribución de distritos ‒después del censo de 2010‒, la corte federal determinó que 12 de los distritos legislativos estatales de Alabama fueron manipulados racialmente en violación de la constitución de los Estados Unidos», dijo Genberg.
Uno de los mandatos constitucionales es que los distritos deben ser aproximadamente iguales en su población.
Sin embargo, el gerrymandering «agrupa» a tantos votantes de una comunidad objetivo en un solo distrito. Si bien eso significa que pueden elegir un representante de su elección en el Congreso, también reduce su capacidad para influir en los resultados en otros distritos en donde su número es reducido.
En sentido contrario, en el «Cracking» los bloques más pequeños de votantes se asignan a distritos en donde estarán en minoría y no podrán superar a los bloques de votantes más grandes con una agenda u objetivos políticos diferentes.
Por su parte, Felicia Scalzetti, miembro de la Coalición del Sur para la Justicia Social de la Red de Protección Electoral de Alabama, en dicho estado, «un examen detenido muestra que la demografía de la representación no ha cambiado», mientras que el mapa propuesto para los distritos del Congreso «mantiene el núcleo de los mapas racistas de 2011, desafortunadamente».
Y es que, aunque Alabama tiene una población afroamericana en edad de votar del 25.9 por ciento, sólo uno de los siete distritos del Congreso ofrece a los afroamericanos la oportunidad de elegir su candidato.
Explicó, además, que en el mapa del Congreso, los republicanos tienen un 85 por ciento de representación mientras que los demócratas un 14 por ciento. «A lo que voy es que nuestros distritos demócratas y nuestros distritos de mayoría negra son los mismos, y este es el caso en cada uno de los mapas. Por lo tanto, tenemos un problema de «gerrymandering» potencialmente partidista aquí también».
El Gerrymandering es un término de ciencia política referido a una manipulación de las circunscripciones electorales de un territorio, uniéndolas, dividiéndolas o asociándolas, con el objeto de producir un efecto determinado sobre los resultados electorales.
Ello también pasa en las comunidades tribales, aseguró Scalzetti, quien informó que las comunidades tribales fueron divididas y asignadas a distritos dispares según los mapas propuestos.
A su vez, las poblaciones latinas y asiático-americanas también han aumentado durante la última década, pero los nuevos mapas no tienen en cuenta sus derechos constitucionales como comunidades de interés para elegir a los candidatos de su elección, lo que afectará profundamente en su calidad de vida diaria.
En su momento, la consejera de Redistribución de Distritos del Fondo de Defensa Legal NAACP, Kathryn Sedasivan, destacó que, Alabama tiene una larga y bien documentada historia de supresión de votantes, particularmente de los afroamericanos, y que al igual que muchos estados del sur profundo, quedó bajo la cobertura de la Ley federal de Derechos de Voto ‒VRA, por sus siglas en inglés‒, promulgada en 1965.
Según la VRA, los estados y jurisdicciones seleccionados tenían que presentar cambios en sus procedimientos de votación al Departamento de Justicia de EE. UU. o a un tribunal federal para su aprobación. Ese proceso, conocido como autorización previa, fue resentido por las partes afectadas, en parte porque consideraron la supervisión federal como una afrenta a la soberanía de su estado.
La VRA fue un esfuerzo del Congreso de los Estados Unidos para prohibir las regulaciones y procedimientos electorales en Alabama y otros estados, principalmente en el Sur, que sirvió para negar los derechos electorales a los afroamericanos.
En 2013, en una controvertida decisión denunciada por los defensores del derecho al voto, la Corte Suprema despojó a la VRA de su disposición de supervisión, pero en algunos casos atacar a los votantes por raza, color e incluso por idioma, sigue siendo inconstitucional según la Sección 2 de la VRA.
Para Khadidah Stone de Alabama Forward, una organización sin fines de lucro que promueve la participación cívica en todo el estado, el corazón de la redistribución de distritos es la participación personal.
Así, animó a los residentes a compartir sus preocupaciones sobre la redistribución de distritos con sus representantes electos en todos los niveles de gobierno, particularmente porque la redistribución de distritos determina en gran medida quién toma las decisiones sobre cómo se asignan los fondos federales y estatales.
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