El director General de la Organización Mundial de la Salud ‒OMS‒, doctor Tedros Adhanom, anunció este viernes 5 de mayo de 2023 el fin de la pandemia por COVID-19, luego de que este jueves el Comité de Emergencia se reuniera por decimoquinta vez y recomendara declarar el fin de la emergencia de salud pública de interés internacional.
«Por lo tanto, es con gran esperanza que declaro terminada la COVID-19 como una emergencia de salud global», dijo el doctor Tedros en una conferencia esta mañana.
Sin embargo, aclaró que el fin de la pandemia no significa que la COVID-19 haya terminado como una amenaza para la salud mundial.
«La semana pasada, el COVID-19 cobró una vida cada tres minutos, y esas son solo las muertes que conocemos», precisó. «Mientras hablamos, miles de personas en todo el mundo están luchando por sus vidas en unidades de cuidados intensivos. Y millones más continúan viviendo con los efectos debilitantes de la condición post COVID-19».
En ese sentido el doctor Tedros puntualizó que «este virus llegó para quedarse» y sigue matando y mutando, por lo que sigue existiendo el riesgo de que surjan nuevas variantes que provoquen nuevos aumentos de casos y muertes.
«Lo peor que cualquier país podría hacer ahora es usar esta noticia como una razón para bajar la guardia, desmantelar los sistemas que ha construido o enviar el mensaje a su gente de que el COVID-19 no es nada de lo que preocuparse», subrayó.
Al respecto, precisó que lo que significa esta noticia, es que a partir de ahora los países pueden hacer la transición del modo de emergencia a la gestión del COVID-19 junto con otras enfermedades infecciosas.
«Hago hincapié en que esta no es una decisión repentina. Es una decisión que se ha considerado cuidadosamente durante algún tiempo, planificada y tomada sobre la base de un análisis cuidadoso de los datos», puntualizó.
Sin embargo, dijo que, de ser necesario, no dudará en convocar a otro Comité de Emergencia si el COVID-19 una vez más pone en peligro al mundo.
«Si bien este Comité de Emergencia cesará ahora su trabajo, ha enviado un mensaje claro de que los países no deben cesar el suyo».
El doctor Tedros explicó que siguiendo el consejo del Comité, decidió utilizar una disposición del Reglamento Sanitario Internacional que nunca se ha utilizado antes, para establecer un Comité de Revisión para desarrollar recomendaciones permanentes a largo plazo para los países sobre cómo gestionar el COVID-19 de forma continua.
A su vez, dijo que la OMS publicó esta semana la cuarta edición del Plan Estratégico Mundial de Preparación y Respuesta para COVID-19 , que describe acciones críticas para los países en cinco áreas principales: vigilancia colaborativa, protección comunitaria, atención segura y escalable, acceso a contramedidas, y coordinación de emergencias.
«Durante más de 3 años, los expertos del Comité de Emergencias han dedicado su tiempo, su experiencia y sus conocimientos, no solo para asesorarme sobre si el COVID-19 continúa representando una emergencia sanitaria mundial, sino también para asesorar sobre recomendaciones para los países», indicó. «En países de todo el mundo, la OMS ha trabajado en estrecha colaboración con los gobiernos para traducir esa orientación en políticas y acciones para salvar vidas».
«En un nivel, este es un momento de celebración», recalcó Tedros al señalar que se ha alcanzado este momento gracias a la increíble habilidad y dedicación desinteresada de los trabajadores de la salud y los cuidados; la innovación de los investigadores y desarrolladores de vacunas; las decisiones difíciles que los gobiernos han tenido que tomar frente a la evidencia cambiante; y los sacrificios que todos hemos hecho como individuos, familias y comunidades para mantenernos seguros a nosotros mismos y a los demás.
Sin embargo, dijo, «en otro nivel, este es un momento de reflexión», pues el COVID-19 ha dejado, y continúa dejando, profundas cicatrices en el mundo. «Esas cicatrices deben servir como un recordatorio permanente del potencial de que surjan nuevos virus, con consecuencias devastadoras».
«Como comunidad global, el sufrimiento que hemos soportado, las dolorosas lecciones que hemos aprendido, las inversiones que hemos realizado y las capacidades que hemos desarrollado no deben desperdiciarse», resaltó.
Tedros Adhanom indicó que «una de las mayores tragedias del COVID-19 es que no tenía por qué ser así», pero ahora tenemos las herramientas y las tecnologías para prepararnos mejor para las pandemias, para detectarlas antes, para responderlas más rápido y para mitigar su impacto.
«Pero a nivel mundial, la falta de coordinación, la falta de equidad y la falta de solidaridad significaron que esas herramientas no se usaron tan efectivamente como podrían haber sido. Se perdieron vidas que no deberían haber sido. Debemos prometernos a nosotros mismos y a nuestros hijos y nietos que nunca volveremos a cometer esos errores», subrayó.
En su recuento, Tedros recordó que hoy hace mil 221 días, la OMS se enteró de un grupo de casos de neumonía de causa desconocida en Wuhan, China, y para el 30 de enero de 2020, siguiendo el consejo de un Comité de Emergencia convocado en virtud del Reglamento Sanitario Internacional, declaró una emergencia de salud pública de interés internacional por el brote mundial del COVID-19, el nivel más alto de alarma según el derecho internacional.
En ese momento, fuera de China había menos de 100 casos reportados y ninguna muerte reportada. «En los 3 años transcurridos desde entonces, COVID-19 ha puesto a nuestro mundo patas arriba».
Se han informado casi 7 millones de muertes a la OMS, «pero sabemos que el número de víctimas es varias veces mayor, al menos 20 millones».
Destacó que durante la pandemia los sistemas de salud se han visto gravemente afectados, y millones de personas se han quedado sin servicios de salud esenciales, incluidas las vacunas para niños que salvan vidas.
«Pero el COVID19 ha sido mucho más que una crisis de salud. Ha causado una grave agitación económica, borrando billones del PIB, interrumpiendo los viajes y el comercio, cerrando negocios y hundiendo a millones en la pobreza», dijo. «Ha causado una gran agitación social, con fronteras cerradas, movimiento restringido, escuelas cerradas y millones de personas experimentando soledad, aislamiento, ansiedad y depresión».
Al respecto, agregó que el COVID-19 ha expuesto y exacerbado las fallas políticas, dentro y entre las naciones. Ha erosionado la confianza entre las personas, los gobiernos y las instituciones, alimentado por un torrente de información errónea y desinformación, además de poner al descubierto las abrasadoras desigualdades del mundo, siendo las comunidades más pobres y vulnerables las más afectadas y las últimas en recibir acceso a vacunas y otras herramientas.
Finalmente, durante más de un año, la pandemia ha tenido una tendencia a la baja, con un aumento de la inmunidad de la población a partir de la vacunación y la infección, una disminución de la mortalidad y una disminución de la presión sobre los sistemas de salud. Esta tendencia ha permitido que la mayoría de los países vuelvan a la vida como la conocíamos antes, destacó.
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