
El Hospital Regional Glenn Medical Center, ubicado en la ciudad de Willows, condado de Glenn, se encuentra en riesgo de cerrar y dejar a ciudadanos sin servicio médico, después de que el gobierno federal retirara los fondos que sostenían su operación considerando innecesario por la cercanía a otro hospital.
El Centro de Medicare determinó en abril que la instalación se ubica a menos de 35 millas del siguiente hospital, lo que elimina su elegibilidad para recursos federales, esto como parte de los cambios implementados por el presidente Donald Trump.
A pesar de que el condado de Glenn, incluyendo Willows, mostró en las elecciones presidenciales de 2024 un fuerte respaldo republicano, pues obtuvo Donald Trump el 66.1 por ciento de los votos frente al 31.2 por ciento a Kamala Harris, actualmente enfrentan los desafíos que han generado los recortes presupuestales en los servicios de salud.
Así como este condado, otros se encuentran afectados por los ajustes presupuestarios en diferentes áreas, como la alimentación, educación, acceso a energías renovables, atención y cuidado a la salud, entre otros, lo que ha cambiado la perspectiva de los estadounidenses.
Según The Economist, con cifras del 3 de septiembre, el índice de aprobación neta del presidente es de menos 14 por ciento; el 41 por ciento lo aprueba, el 55 por ciento lo desaprueba y el 3 por ciento no está seguro.
Al cerrarse el Hospital Regional Glenn Medical Center, la comunidad perdería el servicio necesario de urgencias y los pacientes con emergencias tendrían que trasladarse más de 32 millas para recibir atención inmediata.
Este hospital catalogado como rural, atiende a una población diversa integrada en un 57.5 por ciento por personas blancas y un 37 por ciento de origen hispano o latino, además de pequeñas comunidades de nativos americanos, asiáticos y otros grupos minoritarios.
El cierre no sólo impactará a los pacientes, sino también a la economía local, ya que más de 150 empleados del Glenn Medical Center perderían su empleo.
Pero las afectaciones no solo son locales, organizaciones han estimado que entre 17 y 20 millones de ciudadanos podrían perder la cobertura médica que tienen actualmente con Medicaid.
Con ello, se espera que alrededor de 2 millones de personas pierdan cobertura médica en California, dejando a los ciudadanos sin atención médica prevenible, lo que aumentará los servicios de atención médica en urgencias y de enfermedades consideradas como prevenibles o controlables.
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