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jueves, marzo 28, 2024
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Influenza y COVID-19: confusión sobre las vacunas cerca de la temporada anual de gripe

Peninsula 360 Press

Llegó esa temporada en que muchos empezamos a sufrir estragos por los cambios de clima y por enfermedades estacionales, tal es el caso de la influenza y, con el COVID-19 aun rondando en todo el mundo, es comprensible que surjan dudas sobre como diferenciar ambas enfermedades, cómo combatirlas y qué tan importantes son las vacunas para aminorar riesgos.

«Ahora que se vienen estos tiempos de frío y cambia el clima, es cuando más te sugieren que te pongas la vacuna de la influenza y yo pienso que eso está muy bien. Sabemos que en este mundo la gente opina totalmente diferente y no todo mundo coincide con las vacunas como con el caso del COVID», comenta Carmen.

Las dudas pueden incrementarse con la propagación de noticias falsas o mitos sobre las vacunas. En este sentido, la vacunación contra la influenza durante diciembre del 2022 enfrenta no solamente retos logísticos sino también la resistencia de una parte de la población a recibir el tratamiento.

Una de las secuelas no contempladas de la pandemia del Covid-19 es la constitución de redes antivacunas. Debemos recordar que el movimiento antivacunas está considerado como una de las principales amenazas a la salud mundial.

La pandemia del coronavirus permitió a través del uso de las redes sociodigitales la constitución de enormes comunidades transnacionales que pueden difundir desinformación de manera casi instantánea.

¿Cuáles es la desinformación que más se difunde sobre la vacuna de la influenza? El equipo de Península 360 identificó algunos de los rumores que se difunden en las redes sociales y salimos a la calle a contrastar dichos rumores con la población de a pie.

Encontramos que las personas repiten los mitos encontrados anteriormente en los reportes de desinformación sobre COVID con los de la influenza.

Karen Duarte, residente de North Fair Oaks y voluntaria en un centro comunitario nos comenta que «circula mucha información allá afuera que no es verdad» en la que se dice que la vacuna «te hace sentir bien mal»; Duarte relata en entrevista que existe la creencia que de hay una supuesta asociación entre la vacunación y otras afectaciones al cuerpo como que «te da parálisis o algo así», explica.

Uno de los mitos identificados en el análisis de datos en Twitter fue la idea de que no hay ninguna diferencia entre Covid-19 y la gripe por influenza.

«Es como con la vacuna del COVID. Hay personas a las que no les gusta participar en esas cosas o prefieren pensar que ”estamos sanos, no nos vamos a enfermar”. Sobre todo, he escuchado que, con el paso del tiempo, una persona puede tener una reacción adversa a la vacuna. Se pueden enfermar o desarrollar otro tipo de enfermedad… las mismas cosas que mencionaban durante la pandemia del COVID», relata Carmen.

Otro mito que identificamos tanto en redes sociales como mencionado por las personas en las calles fue la falsa idea de que la vacunación contra el resfriado común debilita al organismo predisponiéndolo para presentar alguna enfermedad como covid o algo más severo. El supuesto razonamiento detrás de dichas aseveraciones es que la vacunación es una forma de debilitar a la población para aumentar la mortandad y controlar su tamaño. Sin embargo, la evidencia objetiva muestra que la vacunación contra la influenza disminuye la enfermedad y las muertes asociadas.

Influenza y COVID-19: confusión sobre las vacunas cerca de la temporada anual de gripe

«He escuchado cosas buenas y malas. Lo malo es porque le ponen a uno el virus y con eso se pueden morir más fácil», dice Juan Piril, «sobretodo he escuchado que quienes más se mueren son las personas de mayor edad, ochenta o noventa años».

La OMS, por su parte, sostiene que la vacunación contra la influenza contribuye a mejorar la calidad de vida de la población y disminuye de forma significativa el número de muertes por esta enfermedad.

Otro mito identificado entre la población que se difunde como información supuestamente médica indica que “las vacunas son intercambiables”, esto indica que si uno se pone la vacuna de COVID, por ejemplo, estará protegido contra la influenza y viceversa, al vacunarse contra la influenza estará uno protegido contra el COVID. Para ello se menciona la semejanza entre los síntomas y la aparente equivalencia entre las pruebas de detección del COVID-19 o de la influenza.

Tanto la influenza ‒o gripe‒ como el COVID-19 son enfermedades respiratorias contagiosas, pero son provocadas por virus diferentes. La causa del COVID-19 es una infección por un coronavirus, el SARS-CoV-2, que se detectó por primera vez en 2019, mientras que la influenza es provocada por la infección de un virus llamado de igual manera, influenza.

De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades ‒CDC, por sus siglas en inglés‒, por lo que se sabe, el COVID-19 se propaga más fácilmente que la influenza. Cabe destacar que «no es posible diferenciar la influenza del COVID-19 solo observando los síntomas», porque algunos de los signos y síntomas son iguales para las dos enfermedades.

Los esfuerzos por aumentar al máximo la proporción de personas en Estados Unidos con su esquema de vacunación contra el COVID-19 al día siguen siendo fundamentales para reducir el riesgo de sufrir la forma grave de la enfermedad y la muerte.

«En algunas personas, el COVID-19 puede causar una enfermedad más grave que la influenza. En relación con las personas con influenza, los síntomas de las personas infectadas con COVID-19 pueden tardar más en aparecer y pueden ser contagiosos por períodos más prolongados», detalla la agencia nacional de salud.

Ante ello, es necesario hacer pruebas de detección específicas para saber de qué enfermedad se trata y confirmar un diagnóstico, y así recibir tratamiento adecuado para el virus que se tiene de manera rápida y eficaz.

Es importante saber que las pruebas de detección también permiten saber si una persona tiene influenza y COVID-19 al mismo tiempo, aunque la situación es poco frecuente. Las personas que tienen influenza y COVID-19 al mismo tiempo pueden enfermarse más gravemente que las personas que tienen solo influenza o solo COVID-19.

Si bien todos los días las autoridades sanitarias aprenden cosas nuevas sobre la COVID-19, estos son algunos síntomas comunes que comparte con la influenza:

• Fiebre o sentirse afiebrado/tener escalofríos

• Dificultad para respirar (sentir que le falta el aire)

• Tos

• Dolor muscular y molestias corporales

• Vómitos

• Cambio o pérdida del gusto o el olfato, aunque es más frecuente con el COVID-19.

• Fatiga (cansancio)

• Dolor de garganta

• Mucosidad nasal o nariz tapada

• Dolor de cabeza

• Diarrea (más frecuente en niños con influenza)

Tanto el COVID-19 como la influenza se pueden propagar de persona a persona por contacto cercano. Ambas enfermedades se propagan principalmente a través de partículas grandes y pequeñas que contienen el virus que son expulsadas cuando las personas con esos padecimientos tosen, estornudan o hablan.

Finalmente, otro mito identificado refirió que la vacuna contra la influenza supuestamente contiene óxido de grafeno. Una sustancia que, según alegan ciertos grupos antivacunas, permitirá que el gobierno te controle. Una segunda versión alega que el grafeno permitirá mantener enfermos a los «vacunados» y por lo tanto las farmacéuticas obtendrán beneficios por la venta de medicamentos.

Influenza y COVID-19: confusión sobre las vacunas cerca de la temporada anual de gripe

Al contrario de esto, la OMS, compañías farmacéuticas e investigadores han negado la presencia de grafeno en cualquiera de las vacunas contra la influenza.

A pesar de que el 92.6 por ciento de la población elegible del condado de San Mateo se ha vacunado contra COVID-19, la desinformación y los miedos entre la comunidad latina continúan alrededor de esta vacuna, así como la de la influenza.

Para María Segovia, participante en el taller de periodismo comunitario de Península 360 Press [P360P] y residente de Redwood City, los mitos de vacuna COVID continúan circulando con la misma fuerza en redes sociales, sobre todo en Facebook e Instagram.

Entre los principales mitos que aún existen en la comunidad latina son: las vacunas contienen chips para controlar, provocan infertilidad, modifican el material genético, provocan que la gente enferme más, incluyen ingredientes peligrosos o están hechas de fetos humanos muertos, contienen magnetita, provocan abortos.

Vacunas: el camino al control de las enfermedades

Es cierto, aún hay muchas personas que están reacias a confiar y creer en la efectividad de las vacunas. Los miedos y mitos alrededor de ellas, sobre todo las recientes como la de la influenza y, más aún, aquella contra la COVID-19, siguen vigentes, sobre todo entre comunidades como la latina.

Las vacunas contra el COVID-19 y la influenza están aprobadas o autorizadas para uso de emergencia en Estados Unidos por la Administración de Alimentos y Medicamentos ‒FDA, por sus siglas en inglés‒ y por los propios CDC.

Hay diferentes vacunas contra la influenza aprobadas por la FDA que se producen todos los años para proteger contra los cuatro virus de la influenza que los científicos prevén que serán los de mayor circulación.

Las vacunas contra la influenza hacen que los anticuerpos se desarrollen en el cuerpo aproximadamente dos semanas después de la vacunación. Estos anticuerpos ofrecen protección contra la influenza.

Las vacunas contra la influenza estacional están diseñadas para proteger contra los virus de la influenza que, según los estudios, tendrán más circulación en la temporada que se inicia. Todas las vacunas contra la influenza disponibles en los Estados Unidos son vacunas «tetravalentes», lo que significa que protegen contra cuatro virus de la influenza diferentes: un virus de la influenza A(H1N1), un virus de la influenza A(H3N2) y dos virus de la influenza B.

COVID-19

Hay diferentes vacunas contra el COVID-19 autorizadas o aprobadas para usar en el país para la prevención de la enfermedad. Y los CDC recomiendan estas desde la edad de 6 meses en adelante.

Las dosis de refuerzo actualizadas o bivalentes comenzaron a estar disponibles el 2 de septiembre del 2022.

Los CDC recomiendan que todas las personas se mantengan al día con las vacunas contra el COVID-19 correspondientes a su grupo de edad:

Vacunarse contra el COVID-19, así como los refuerzos, después de recuperarse de la infección por COVID-19 le brinda protección adicional contra la enfermedad.

Hay cuatro vacunas contra el COVID-19 aprobadas o autorizadas en los Estados Unidos: Pfizer-BioNTech, Moderna, Novavax y Janssen de Johnson & Johnson, no obstante, los CDC recomiendan que esta última solo sea considerada en ciertas situaciones, debido a cuestiones de seguridad.

Con información de los CDC y FDA.

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