Masacre en Georgia aviva temor de ataques a comunidad de asiáticos en San Francisco, frecuentes ataques xenófobos y racistas.
Pamela Cruz Península 360 Press [P360P].
Cada día, el miedo y la incertidumbre crece entre los miembros de la comunidad asiático-estadounidense en todo el país, pues son cada vez más continuos los ataques xenófobos y racistas en su contra, debido a la ignorancia de muchos, que creen que por ser del continente donde surgió el virus SARS-CoV-2, son responsables de la pandemia que hoy aqueja al mundo.
El reciente ataque en una zona de spas en Atlanta, Georgia, que dejó ocho muertos, entre ellos seis mujeres de origen asiático, ha reavivado el debate en el país sobre los crímenes de odio en contra de la población con raíces en Asia, los cuales han llegado a casi 3 mil 800 en todo el país desde que comenzó la pandemia, según un informe publicado el martes por la organización Stop AAPI Hate.
El proyecto con sede en la Universidad Estatal de San Francisco que solicita a los miembros de las comunidades asiático-estadounidense e isleñas del Pacífico en todo el país que informen por sí mismos sobre actos de odio y discriminación, encontró que, de esos ataques, mil 226 incidentes ocurrieron en California y 708 solo en el Área de la Bahía.
La organización también destaca que la mayoría de los incidentes en el Área de la Bahía –292– tuvieron lugar en San Francisco, mientras que las ciudades con el segundo y tercer lugar de ataques fueron San José –58– y Oakland –55–.
El reporte que emitió la organización en febrero de este año destacó que, del 19 de marzo a 31 de diciembre de 2020, los ataques reportados en todo el país ascendieron a dos mil 808; mientras que, al 28 de febrero de 2021, los incidentes crecieron a 3 mil 795, lo que significa un incremento de 987 casos más en tan solo los primeros 59 días de este año.
Ello, refleja que, pese a los esfuerzos realizados, incluso desde La Casa Blanca, por contener el odio contra la comunidad asiática, sencillamente no han sido suficientes, pues cada día los actos son más seguidos y violentos.
Apenas iniciaba año y la población de San Francisco y del país, se indignaba por el ataque que sufrió un anciano de 91 años, quien fue empujado violentamente al suelo en público, situación que se dio a conocer debido a la enorme difusión de un video que captó el momento.
En ese momento, los cofundadores de Stop AAPI Hate: Manjusha Kulkarni, directora ejecutiva del Consejo de Planificación y Políticas de Asia Pacífico, Cynthia Choi, codirectora Ejecutiva de Chinese for Affirmative Action, y Russell Jeung, profesor de estudios asiático estadounidense en la Universidad Estatal de San Francisco, dijeron sentirse indignados por los «inquietantes» incidentes que ha sufrido la comunidad.
«Estos asaltos violentos tienen un impacto devastador en nuestra comunidad, ya que son parte de un aumento alarmante del odio contra los estadounidenses de origen asiático durante la pandemia de COVID-19», sentenciaron.
Dichos incidentes, detallaron, son claros recordatorios de que se deben tomar medidas urgentes para proteger a la comunidad AAPI del odio, la discriminación y la violencia.
«Depende de todos nosotros –empresas, gobierno y socios comunitarios– unirnos y apoyar de inmediato a las víctimas y las familias afectadas por estos incidentes, y trabajar juntos para crear soluciones duraderas que empoderen a nuestras comunidades con recursos, apoyo y educación», subrayaron.
Uno a uno, los casos han mostrado el odio que existe en contra de una comunidad que también ha sido fuertemente afectada por el COVID-19.
Cynthia Choi dijo que una de las razones por las que las cifras de ataques son altas en todo el estado de California, es porque el estado tiene grandes concentraciones de comunidades asiático-estadounidenses.
También, precisó al medio KQAD, que la comunidad asiático-estadounidense ha informado que son insuficientes las acciones realizadas por parte de las fuerzas del orden público para evitar más incidentes, «creemos que la información de este tipo de incidentes es insuficiente en general».
Choi señaló que a menudo existe desconfianza entre las comunidades afectadas para denunciar los crímenes de odio, con la finalidad de evitar problemas.
«En general, no se informa porque hay desconfianza en el gobierno, incluida la aplicación de la ley. Y hay datos que muestran que, incluso cuando las personas denuncian delitos o incidentes que podrían estar potencialmente motivados por motivos raciales, sus experiencias no han sido positivas», subrayó.
La experta destacó en la entrevista que la mayoría de los incidentes con la comunidad, han sido discursos de odio y acoso, problemas que no alcanzar el nivel de un crimen de odio, pero que aún tienen impactos dañinos a largo plazo en las personas.
«El hecho de que no sea un delito no significa que no cause daño. Recibimos informes de familias que informaron que sus padres ancianos caminaban por el vecindario como lo hacían tradicionalmente… siendo acosados, abordados y, en algunos casos, agredidos», finalizó.