Millones de niños salieron de la pobreza el pasado mes de julio cuando la Administración Biden proporcionó cheques de hasta 300 dólares por niño al mes a las familias de bajos ingresos. El crédito fiscal por hijo expiró el 31 de diciembre, dejando a las familias de bajos ingresos luchando por comprar alimentos y pagar el alquiler en medio de un invierno sombrío y una pandemia mundial.
Por ello, Ethnic Media Services, ofreció una sesión informativa sobre los retos que enfrentan las familias con niños en vulnerabilidad económica; además, se presentaron cifras importantes sobre el avance que han tenido los programas públicos y políticas ciudadanas a las que otros sectores de la población han tenido acceso.
El Crédito Fiscal por Hijos, que expiraba el pasado 31 de diciembre de 2020, otorgaba pagos directos de 300 dólares al mes a la población infantil de 6 años, y de 250 dólares al mes a los mayores de 6. Los pagos mensuales permitían a las familias acceder a beneficios sin tener que esperar un año para recibir el crédito.
“El hambre aumentó de 10 millones en 2019 a 12 millones en 2020. La niñez de afrodescendiente y latina tienen el doble de probabilidades de pasar hambre debido al racismo sistémico”, dijo Loree D. Jones, directora general de Philabundance, un proyecto de ayuda contra el hambre en Filadelfia, una de las grandes ciudades más pobres de Estados Unidos.
Philabundance ha proporcionado 70 mil comidas culturalmente localizadas a los refugiados afganos, y proporcionó alimentos durante el Ramadán para que las familias musulmanas tuvieran comida para romper sus ayunos.
Se ha previsto que el crédito reducía la pobreza infantil anual en más de un 40%, dijo Claire Zippel, analista principal de investigación en el equipo de Tendencias de Ingresos y Pobreza del Centro de Presupuesto y Prioridades Políticas. “Sabemos que la reducción de la pobreza infantil ayuda a los niños a estar más sanos y a rendir mejor en la escuela, y les prepara para el éxito en la edad adulta”, dijo.
Por ello, concluyeron que es necesario llevar una nueva propuesta a autoridades locales que intercedan ante el Congreso de los EE. UU. para establecer nuevas rutas que alejen a las familias con niños de la vulnerabilidad económica. Se prevé que, para julio de 2022, los efectos de la pobreza en la población infantil vulnerable los aleje totalmente de sus estudios.
Una nueva legislación sobre el tema, Build Back Better, concluyeron los expertos, reduciría los índices de deserción escolar, las tasas crecientes de desnutrición en la niñez afrodescendiente y latina, y un mejor desempeño a nivel social en corto y largo plazo.