La comida frita, en particular las papas fritas podrían provocar depresión y ansiedad generando un mayor riesgo para la salud, de acuerdo con un nuevo estudio.
El análisis creado por un grupo de investigadores de la universidad de Zhejiang en China, precisa que los resultados mostraron que el consumo frecuente de alimentos fritos estaba relacionado con un 12 por ciento más de riesgo de ansiedad y un 7 por ciento más de riesgo de depresión, siendo los hombres jóvenes los más afectados.
El texto, publicado en la revista científica PNAS, señala que los patrones dietéticos occidentales se han relacionado desfavorablemente con la salud mental.
La evaluación registró datos de 140 mil 728 personas, durante 11 años.
De acuerdo con los resultados, la exposición crónica a la acrilamida, un contaminante representativo del procesamiento de alimentos en los productos fritos, induce alteraciones en el metabolismo de los lípidos cerebrales y produce neuro inflamación.
Puntualiza que la exposición crónica a la acrilamida desregula el metabolismo de lípidos complejos como los esfingolípidos y fosfolípidos, que desempeñan un papel importante en el desarrollo de los síntomas de ansiedad y depresión.
Estos resultados, tanto desde el punto de vista epidemiológico como mecánico, proporcionan pruebas sólidas para desentrañar el mecanismo de la ansiedad y la depresión provocadas por la acrilamida, y destacan la importancia de reducir el consumo de alimentos fritos para la salud mental, subraya el estudio.
De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades ‒CDC, por sus siglas en inglés‒, en general, cerca de 1 de cada 6 adultos en EE. UU. tendrá depresión en algún momento de su vida.
La depresión afecta al año a unos 16 millones de adultos en los EE. UU.
La agencia puntualiza que muchas personas que tienen depresión también tienen otras afecciones mentales. Los trastornos de ansiedad con frecuencia van de la mano de la depresión. Las personas con trastornos de ansiedad enfrentan sentimientos intensos e incontrolables de ansiedad, temor, preocupación o pánico, mismos que pueden interferir con las actividades diarias y pueden durar por bastante tiempo.
La Asociación de Ansiedad y Depresión de América ‒ADAA, por sus siglas en inglés‒ señala que en 2020, aproximadamente 14.8 millones de adultos estadounidenses mayores de 18 años tuvieron al menos un episodio depresivo mayor con deterioro grave en el último año.
Las tasas de depresión fueron más altas entre los adultos jóvenes entre las edades de 18 y 29 años, mientras que alrededor de 39 por ciento de los adultos con episodios depresivos mayores no recibieron tratamiento.
Además, estima que 4.1 millones de adolescentes de 12 a 17 años en los Estados Unidos tuvieron al menos un episodio depresivo mayor.
Las tasas de depresión han ido en aumento entre los adolescentes en Estados Unidos. Se encontró que más de 1 de cada 20 niños de 6 a 17 años en la unión americana, entre 2011-2012, tenía ansiedad o depresión actual según el informe de los padres. En tanto que alrededor de 60 por ciento de los adolescentes con un episodio depresivo mayor no recibieron tratamiento.
Por su parte, la agencia de mercadotecnia Mordor Intelligence, sugiere que la tasa de crecimiento anual compuesto del consumo y del mercado de papas fritas aumente 5.03 por ciento entre 2020 y 2025.
Explica además que si bien las papas fritas son disfrutadas principalmente por consumidores de diferentes grupos demográficos en todo el mundo, estas son consumidas especialmente por los millennials. Así, se ve a los fabricantes centrándose en los sabores étnicos, para expandir sus negocios en países extranjeros y satisfacer la demanda de consumidores con diferentes paletas gustativas.
Algunos de los mercados más grandes de papas fritas en todo el mundo incluyen Estados Unidos, Canadá, México, Rusia y China, siendo que Estados Unidos es la nación con mayor consumo de papas fritas en todo el mundo.
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