Después de la pandemia por COVID-19, miles de personas salieron en busca de un lugar para despejarse, acudiendo –cada vez más– a los parques públicos en San Francisco, lo que provocó riesgos a la vida silvestre que habita en ellos.
Tan sólo en el 2020 y 2021, hubo un aumento de cinco veces en el número de visitantes de los 73 parques que componen el Distrito de Parques Regionales del Este de la Bahía –EBRPD, por sus siglas en inglés–.
Y es que desde el inicio de la pandemia por COVID-19, los parques se volvieron una atracción que ha generado un número récord de visitantes.
«Tenemos a muchísimas personas que están yendo a los parques, están entrando a los parques como su única manera en la cual puede salir y con todo eso estamos trayendo todos nuestros aprendizajes culturales, nuestros recursos, nuestros prejuicios», señaló Dee Rosario, miembro del Consejo de Administración en representación del Distrito 2 del EBRPD.
Así lo señaló durante una rueda de prensa ofrecida por Ethnic Media Services donde expertos se reunieron para discutir acerca de los riesgos que representa el gran número de visitantes en los parques y las medidas que se deben tomar para proteger la vida silvestre en ellos.
Rosario puntualizó que el EBRPD debe tomar en cuenta las diferentes culturas que entran en los parques para lograr crear medidas que protejan la naturaleza.
«Estas son nuestras tierras, le pertenecen a cada uno de nosotros, con esa responsabilidad tenemos que hacernos cargo, compartimos estas tierras y también debemos hacernos cargo de cuidar esas tierras», subrayó.
Por su parte, Becky Tuden, gerente de Servicios Ecológicos en el Departamento de Administración del EBRPD señaló que en ocasiones las personas liberan a sus mascotas, insectos e incluso tortugas, lo cual pone en riesgo el entorno silvestre de los parques.
Advirtió también que en ocasiones las personas alimentan de manera irresponsable a la vida silvestre de los parques, lo que puede llegar a volverlos salvajes, poniendo en peligro incluso a los visitantes. También señaló que el poco control de plantas invasivas aumenta el riesgo de incendios.
«Hay muchos impactos y queremos minimizarlos, disfrutar de los parques, cuidarlos y protegerlos», puntualizó.
Señaló también la importancia de informar a las comunidades sobre la necesidad de protección de los parques.
En su momento, Doug Bell, director del Programa de Vida Silvestre del EBRPD señaló la importancia de no alimentar a la fauna silvestre al visitar los parques ni liberar animales ahí, pues estas acciones provocan la aparición de especies invasoras y enfermedades que también afectan el entorno.
Y es que, especies como el chorlito níveo occidental se ha visto afectado, pues los visitantes llegan a ignorar las señales que advierten que se mantengan alejados de las zonas en las que estos se concentran a descansar o reproducirse.
Joe Sullivan, director del Programa de Pesca del EBRPD, señaló que la liberación de peces y tortugas que vivían como mascotas, tiene un gran impacto en la vida acuática.
«La gente libera una tortuga que ya no quiere cuidar o los peces de su casa y eso tiene un impacto en la vida acuática… Encontramos a gente que libera a sus mascotas o hacen liberaciones ceremoniales, hay varias comunidades religiosas que liberan peces como parte de su religión», puntualizó Sullivan al tiempo que enfatizó que estas acciones pueden provocar enfermedades a las especies nativas, causándoles la muerte.
«Denle a la vida silvestre su espacio», finalizó Bell.
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