Desde el lunes 6 de junio, el precio de gasolina promedio nacional por un galón de combustible regular ha aumentado 12 centavos al colocarse este sábado en 5.004 dólares; mientras que, en California, los precios han alcanzado un promedio de 6.43 dólares por galón, siendo el más caro de los 9 estados con mayores costos en todo el país.
Así lo detalla la Asociación de Automóviles de América ‒AAA, por sus siglas en inglés‒ en su reporte diario de los precios del energético en todo el país. Donde detalla que la demanda de gasolina de 8.98 millones de bidones diarios a 9.2 millones, ello a medida que los conductores continúan cargando combustible para la temporada de conducción de verano, que suele ser una época en la que aumenta la demanda de gasolina.
Esta dinámica entre la disminución de la oferta y el aumento de la demanda está contribuyendo al aumento de los precios en las gasolineras. Además, se suma el aumento de los precios del petróleo crudo, lo que podría significar que los costos seguirán incrementándose en el futuro cercano, alcanzando nuevos récords.
Cabe destacar que los precios del crudo han subido esta semana en respuesta a las preocupaciones sobre el suministro global en medio de los aumentos esperados de la demanda, particularmente a medida que China emerge de los bloqueos que redujeron la demanda de crudo.
En el caso de California, las cosas no pintan mejor con los costos de las gasolinas. El promedio de 6.43 dólares por galón es el más alto en todo el país, alcanzando en el condado de Alpine hasta los 7.799 dólares por galón.
En todo el estado, el costo por galón hace un año era de 4.224 dólares, lo que ha significado un aumento de 2.2 dólares en los últimos 12 meses. Sin ir más lejos, con respecto al mes pasado, el aumento significó casi 59 centavos de dólar, situación insostenible para muchas familias del estado dorado.
El condado de San Mateo no se queda atrás, el costo promedio por galón es de 6.636 dólares, 20 centavos arriba del promedio estatal.
A ello se suma la tasa de inflación más alta registrada en los últimos 40 años, donde el índice de precios al consumo se disparó un 8.6 por ciento respecto a 2021, el mayor aumento desde diciembre de 1981, según datos del gobierno publicados este viernes 10 de junio.
La inflación desenfrenada en EE. UU. está imponiendo graves presiones a las familias, obligándolas a pagar mucho más por los alimentos, la gasolina y el alquiler, al tiempo que ha reducido su capacidad para permitirse servicios adicionales o compras extras.
Las comunidades afroamericana y latina se encuentran entre las más afectadas, pues una gran porción de sus ingresos se va a necesidades básicas primarias.
Si bien analistas prevén que la inflación disminuya para finales de este año, no prevén que sea mucha la diferencia, por lo que el gobierno federal ha anunciado que busca implementar medidas que ayuden a los ciudadanos para afrontar la problemática.
Los estadounidenses ya consideran la alta inflación como la principal problemática del país, de acuerdo con encuestas, donde la mayoría desaprueba la gestión económica del presidente Joseph Biden, todo ello de cara a las elecciones intermedias.
«Mi Administración continuará haciendo todo lo posible para bajar los precios para el pueblo estadounidense. El Congreso también debe actuar con urgencia. Hago un llamado al Congreso para que apruebe un proyecto de ley para reducir los costos de envío este mes y lo lleve a mi escritorio, para que podamos reducir el precio de los productos», señaló Biden en una declaración este mismo viernes.
A su vez, pidió al Congreso que apruebe legislación para reducir costos para las familias, como facturas de energía y medicamentos recetados.
Aseguró que el déficit ha reducido más bajo su mandato como presidente que en cualquier otro momento de la historia, «pero si el Congreso aprobara una reforma tributaria para que los estadounidenses más ricos y las grandes corporaciones paguen su parte justa, podríamos reducir aún más esta presión inflacionaria».
Explicó que el país está en camino de producir una cantidad récord de petróleo el próximo año y ya se trabaja con la industria para acelerar esta producción.
Sin embargo, dijo, «también es importante que las industrias de petróleo, gas y refinación de este país no utilicen el desafío creado por la guerra en Ucrania como una razón para empeorar las cosas para las familias con una toma de ganancias excesiva o aumentos de precios».
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