Por Pamela Cruz / Bay City News
Cuando Lupita Lara se quedó sin hogar hace una década, tuvo que resolver el problema por su cuenta. Ahora, como administradora de casos de WeHOPE, una organización sin fines de lucro de East Palo Alto que atiende a personas sin vivienda o que viven en sus vehículos, está brindando la ayuda que nunca recibió.
El alto costo del alquiler a veces empuja a las personas de bajos ingresos fuera de sus hogares, fuera del estado o a las calles. En 2019, se contaron mil 512 personas en este condado sin hogar en el condado de San Mateo.
Desde ese mismo año, WeHOPE ha operado un programa de estacionamiento seguro para vehículos recreativos en 1798 Bay Road. El estacionamiento ofrece un lugar seguro para que hasta 20 habitantes de casas rodantes estacionen sus vehículos de forma gratuita. Los residentes también reciben servicios y comidas gratis para que puedan ahorrar dinero para una vivienda en el futuro.
La mitad de los inquilinos del Área de la Bahía están agobiados por el alquiler. Gastan más del 30 por ciento de sus ingresos en vivienda, según el Atlas de Equidad del Área de la Bahía, un centro de datos regional que analiza datos e informa sobre tendencias de desigualdad.
De ellos, 494 vivían en casas rodantes, tenían que estacionarse en las calles y lidiar con las leyes de la ciudad que podrían prohibir el estacionamiento en ciertas áreas o en ciertos momentos.
El aumento de los alquileres empujó a María Elena Vásquez y a su esposo a mudarse a una casa rodante, en donde ahora viven en el programa de estacionamiento seguro de WeHOPE. Vásquez ha vivido durante los últimos dos años en el sitio de Bay Road, donde se siente segura y protegida después de vivir en las calles.
«Es feo vivir en la calle», dijo Vásquez en entrevista. «Aquí nos sentimos protegidos».
Después de que el propietario de Vásquez duplicó el alquiler de su estudio en Menlo Park ‒habrían tenido que pagar más de 3 mil dólares ‒, el esposo de Vásquez compró una casa rodante por un costo único de alrededor de 4 mil dólares.
Comprar la casa rodante era más barato que pagar el alquiler mensual. Pero vivir en la calle conllevaba sus propios desafíos.
«Aparcabámos donde encontrábamos un lugar», dijo Vásquez, y agregó que le preocupaba que la robaran o que «alguien me fueran a disparar porque trabajaba de noche y llegaba a casa temprano en la mañana».
En el programa de estacionamiento seguro para vehículos recreativos, los residentes reciben agua, electricidad, duchas, comidas diarias y seguridad las 24 horas de forma gratuita. Alquilar un lugar en algunos parques de casas rodantes privadas puede costar 80 dólares por noche o más de mil dólares al mes en la Península.
«Gracias a Dios no nos han cobrado nada desde el día que nos mudamos aquí», dijo Vásquez. «Todo eso nos ayuda a ahorrar el poco dinero que recibimos… Tenemos mucha ayuda del programa, pero no es suficiente porque queremos tener un lugar en donde vivir».
Pero la búsqueda de una vivienda permanente ha sido larga e infructuosa hasta ahora. Vásquez, desempleada debido a la pandemia, dijo que ha llenado múltiples solicitudes pero que no ha recibido respuesta de ninguna. La lista de espera para una vivienda asequible puede ser de meses, a veces años.
Una «escalera» para salir de la falta de vivienda
Desde el inicio del programa en 2019, WeHOPE ha ayudado a 34 de sus últimos 73 clientes a mudarse a una vivienda permanente, que es su objetivo final. Este mes de mayo, el parque estaba lleno, con cinco personas en lista de espera.
Como administrador principal de casos de WeHOPE, Lara ayuda a conectar a los residentes con la atención médica, las aplicaciones de vivienda o la logística de la vida, como obtener una licencia, por ejemplo.
«Los defiendo tanto como puedo», dijo Lara. «Mis clientes saben que pueden llamarme cuando quieran… Trabajo de ocho a cinco, pero siempre estoy para ellos».
Su momento de mayor orgullo fue cuando uno de sus clientes compró su propia casa con el dinero que ahorró mientras vivía en el parque.
«Muchos clientes dicen que soy un poco estricta, pero al final me agradecen, dijo Lara.
También hay dos casas modulares en el sitio de Bay Road que ofrecen hogar temporal mientras las familias buscan una vivienda permanente. Las casas modulares son unidades prefabricadas de acero completas con dormitorios, espacio de cocina, espacios comunes y comodidades.
Para los Samaniego, una familia de cuatro, mudarse de su casa rodante a la casa modular de tres dormitorios en abril les ha dado el espacio que tanto necesitan.
«Estamos muy agradecidos… Tenemos más espacio para cocinar y nuestras propias habitaciones. Estamos más en paz», dijo Teresa Samaniego.
Sus hijos, los estudiantes de secundaria Edwin y José Samaniego, dijeron que mudarse a una casa significa que tendrán su propio espacio para jugar videojuegos y disfrutar de las comidas caseras de su madre.
Las casas modulares son un proyecto de United Hope Builders, una organización sin fines de lucro que construye casas modulares de acero para ayudar a crear viviendas asequibles.
El pastor Paul Bains, fundador, presidente CEO de WeHOPE y de United Hope Builders, dijo que planean producir de tres a cuatro casas modulares cada año.
En cuanto al programa de estacionamiento, Bains dijo que WeHOPE inició el programa de estacionamiento de vehículos recreativos en asociación con la ciudad de East Palo Alto para crear un lugar seguro en donde vivan las familias. El programa cuenta con alrededor de 374 mil dólares anuales.
La mayoría de las familias que viven en vehículos recreativos en la ciudad son familias trabajadoras, dijo Bains, y no personas que intentan causar problemas.
Durante la pandemia, la demanda de sus servicios ha aumentado. Tuvieron que agregar estaciones de lavado de manos para adaptarse a la pandemia, ya que los baños públicos y las bibliotecas, lugares a los que normalmente irían las personas que necesitan acceso al agua, estaban cerrados, agregó.
Bains y Lara enfatizaron que el programa no es un lugar permanente para que la gente se quede, sino una «escalera» para sacarlos del ciclo de la falta de vivienda.
Los residentes del programa de estacionamiento seguro deben participar en clases de cocina, educación financiera o manejo de la ira, y reunirse con los administradores de casos con regularidad para permanecer en el parque.
Abriendo camino en medio de una desigualdad profundamente arraigada
East Palo Alto fue la primera ciudad en el condado de San Mateo en crear un programa de estacionamiento seguro para los residentes de vehículos recreativos, y fue pionera en el camino para que otras ciudades hagan lo mismo.
Redwood City comenzó su propio programa en octubre de 2020. Su programa puede apoyar a alrededor de 40 vehículos recreativos y está a cargo de LifeMoves, una organización sin fines de lucro de Silicon Valley dedicada a encontrar soluciones para las personas sin hogar.
El vicepresidente de programas y servicios de LiveMoves, Brian Greenberg, dijo que la creación de programas de estacionamiento como los de East Palo Alto y Redwood City son una respuesta a la creciente cantidad de personas sin hogar en los últimos dos años.
«Muchas ciudades se han interesado en crear programas de estacionamiento seguro», dijo Greenberg. «Tanto East Palo Alto como Redwood City asumieron un papel de liderazgo al establecer esto y no buscar empujar a la gente a la siguiente comunidad, sino trabajar con ellos en sus propias comunidades».
El investigador David Grusky, profesor de sociología en la Universidad de Stanford y director del Centro de Stanford sobre Pobreza y Desigualdad, aplaudió programas como éstos, pero dijo que se necesita un cambio sistémico para abordar la desigualdad en el país.
«Tenemos que luchar en dos frentes», dijo Grusky. «Uno, es tratar de lograr un gran cambio sistémico, lo que significaría más redistribución, brindar servicios básicos a las personas que no pueden pagarlos y reorientar nuestras instituciones relacionadas con el mercado laboral».
Si bien Grusky señaló que hay un movimiento para hacer esos cambios sistémicos, el programa de estacionamiento seguro para vehículos recreativos ayuda a «tapar los agujeros», pues apoyan directamente a las personas necesitadas.