jueves, diciembre 19, 2024

QAnon: extremismo y fanatismo con Donald Trump como mesías

Pamela Cruz. Península 360 Press [P360P].

Luego de los hechos de insurrección ocurridos el pasado 6 de enero en el Capitolio, QAnon, una de las principales teorías de la conspiración de la extrema derecha estadounidense, ha cobrado mayor importancia, pues se cree está ampliando su fuerza a otros países y podría, incluso, convertirse en una nueva religión.

QAnon –abreviación de Q-Anónimo– surgió en 2017, cuando un individuo comenzó a publicar bajo el seudónimo de Q en el foro 4chan, el cual aseguraba tener acceso a información confidencial de seguridad nacional en EE. UU.

A la fecha, la teoría ha cobrado mayor fuerza debido a las diversas conspiraciones que son expuestas a través de youtubers que se han enganchado en dichas afirmaciones y hoy pudrían ser una verdadera amenaza para la seguridad interna.

Así lo señaló la asociada al Programa en Innovación en el laboratorio de Investigación de Polarización y Extremismo de la American University en Washington, Meili Criezis, quien agregó que las creencias centrales de QAnon son básicamente dos elementos: «la creencia de que hay un mundo controlado por un grupo satánico de élites pedófilas, y la segunda es la predicción de que estos individuos serán expuestos y ejecutados cuando llegue el “Día del Reconocimiento”».

Así, este grupo de personas que sigue dicha teoría de conspiración cree que, eventualmente, este Día de Reconocimiento llegará, mientras que «teóricos de la conspiración consideran que los hechos perpetrados en el Capitolio son parte de la “tormenta” antes de la calma».

Y es que, Donald Trump es parte de la ecuación en tan osada teoría conspiratoria, pues los seguidores de QAnon consideran que el exmandatario estadounidense es «el elegido», ese mesías que expondrá a toda esa red de demócratas pedófilos y ayudará a que el país se convierta en un superestado que ayude, especialmente, a la raza caucásica.

«Una parte significativa de los partidarios de Donald Trump se han sentido atraídos por la teoría de la conspiración, y supongo que es interesante pensar en lo que esto podría significar para el propio partido republicano y su futuro» dijo Criezis.

Si bien para muchos de estos seguidores, lo resultado el 6 de enero en el Capitolio no fue lo que esperaban y no lograron su objetivo –de que Donald Trump se mantuviera en el poder–, por lo que empezaron a cuestionarse sobre «el plan», existen aquellos que están expresando una mayor lealtad y confianza en la teoría conspiradora.

Destacó que a pesar de que empresas como Twitter y Facebook han cancelado y cerrado cuentas de este tipo de grupos, ellos encuentran la manera de comunicarse por otros medios, tal es el caso de los sistemas de mensajería WhatsApp y Telegram, además de Heavenly, Fortune y Parler.

«Aunque Facebook está tratando de eliminarlos, y están haciendo un buen trabajo en Twitter, todavía encuentran una manera de avanzar a pesar de todo… están en todas partes», dijo durante la sesión «Q-Anon, Terrorismo doméstico y amenaza a la democracia», realizado por Ethnic Media Services.

La miembro asociado de la Red Global sobre Extremismo y Tecnología, destacó que los seguidores de QAnon han incluido a otros grupos extremistas en sus listas, tal es el caso de supremacistas blancos o «proud boys».

Destacó que, de acuerdo con varios investigadores, el fenómeno QAnon ha llegado a lugares como Canadá, Alemania e incluso Japón, además de otros 68 países. «Definitivamente se ha extendido a muchos países. La forma en que estas conspiraciones tienen lugar en otros países es específica de ese entorno, así que no necesariamente seguirán el contexto americano».

Por su parte, el asistente de profesor en política y estrategia en el Instituto Carnegie Mellon, Colin P. Clarke, destacó que las personas que se manifestaron en el Capitolio son «fanáticos o extremistas religiosos evangélicos-cristianos que ven a Trump como la segunda venida de Cristo».

Lo anterior, destacó, pudo ser percibido por las prendas de vestir y los objetos de los que se hacían acompañar las personas que participaron en las manifestaciones violentas el pasado 6 de enero, donde incluso se pudo ver imágenes relacionadas con el movimiento neonazi.

«Hay una gran dosis de antisemitismo que sirve como el tejido conectivo, por así decirlo, entre muchos de estos grupos, en algunos de ellos, también se ven aspectos de misoginia. Especialmente en el tipo de “proud boys” y algunos del tipo de supremacistas blancos», dijo.

Y es que los actos que se llevaron a cabo en el Capitolio deben ser reevaluados, y contemplarlos como «extremismo violento doméstico».

Explicó que «hay un verdadero tipo de lucha en este momento dentro del gobierno federal dentro de los “think tanks” y la Academia para establecer la terminología adecuada y va a ser sólo uno de los muchos retos que tenemos mientras pensamos en cómo combatir esta amenaza».

El otro gran desafío, dijo, es que no existe una designación de terrorismo doméstico, pero es posible que la actual administración federal, encabezada por Joe Biden, tome cartas en el asunto.

«El derecho a la privacidad de la Primera Enmienda, que entra en juego y que debe ser cuidadosamente sopesado contra cualquier beneficio de un estatuto de terrorismo doméstico, es una solución que la gente ha planteado y que creo que es bastante atractiva pues es hacer del terrorismo doméstico un crimen federal», subrayó.

Clarke señaló que, inclusive, los crímenes de odio se consideran una categoría diferente de delito «y hay muchos casos en los que se ha perpetrado violencia contra minorías raciales y étnicas que podrían calificarse en esta categoría –terrorismo doméstico–».

Al respecto, precisó que el FBI se encarga de los temas domésticos, la CIA tiene la responsabilidad de lo internacional, pero ahora es necesario ver los vínculos entre ciudadanos y grupos que operan en el exterior.

«Podemos trabajar con socios y aliados en el extranjero para compartir información y cooperar en asuntos de inteligencia, extradición, de vigilancia, reconocimiento y otros», señaló al tiempo que consideró que existe intervención, particularmente, rusa, que buscan financiar a grupos como los de QAnon que buscan desestabilizar al país.

El especialista destacó que una de cada cinco personas arrestadas por la insurrección en el Capitolio era exmilitar, lo que significa que tenían la capacidad y el entrenamiento necesario para llevar las manifestaciones a un punto crítico.

«Creo que estos grupos están reclutando activamente a veteranos porque tienen entrenamiento en el uso de armas y en la mayoría de los casos tienen entrenamiento en seguridad de operaciones y no sólo aporta un cierto prestigio o una credibilidad a un grupo, sino que también es un multiplicador de fuerza para el grupo desde una perspectiva táctica», abundó.

En su momento, el teólogo especializado en iglesias latinas y expresidente del Grupo Multiétnico de la Iglesia Presbiteriana en los Estados Unidos, Ricardo Corzo Moreno, destacó que el hecho de que participaran latinos en los hechos ocurridos en el Capitolio es que 70 por ciento de dicha comunidad es católica y otro 20 o 25 por ciento es evangélica.  

«La religión tiene la opinión de que es muy fuerte para crear lazos en la comunidad y algo que tienes que entender es que no permitirá que este mundo eventualmente se divida», refirió.

La mayoría de los latinos que acudieron a las protestas del 6 de enero en Washington eran evangélicos, y ellos, dijo «tienen, lo que llamamos, una comprensión literal de la Biblia», la que, incluso, se lee de una manera profética y apocalíptica.

Y es que, para muchos de estos evangélicos, Donald Trump es el ungido de Dios de acuerdo con muchas de las profecías, «y esto es realmente importante para entender su concepto psicológico cuando se habla con los evangélicos de que alguien es un ordenado por Dios».

Corzo Moreno manifestó estar preocupado ante la posibilidad que actos como los vistos en el Capitolio y las teorías de QAnon lleven a la creación de una nueva religión, y que incluso pueda cruzar fronteras fuera de EE. UU.

Lo anterior, luego de que en diversas fotografías tomadas el 6 de enero en la capital del país, los participantes portaban toda clase de objetos e imágenes relacionadas con la religión, tal es el caso de la cruz, se arrodillaban, oraban, llenaban biblias y rosarios con ellos, lo que une cada día, un poco más a la política, la conspiración y la religión. 

Península 360 Press
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