jueves, diciembre 19, 2024

Resonancias en el ámbito cultural del golpe de Estado de Honduras perpetrado en 2009

Golpe de Estado Honduras

Por Samuel Cortés Hamdan.

Este 28 de noviembre Honduras elegirá a un nuevo presidente, en los comicios generales que organiza el Consejo Nacional Electoral: 128 legisladores del congreso y 20 diputados para el Parlamento Centroamericano, además de alcaldes, vicealcaldes y regidores.

En este proceso será elegido el sustituto del actual mandatario, Juan Orlando Hernández, considerado un heredero político del golpe de Estado de 20091 que terminó de manera precipitada con el mandato de Manuel Zelaya. 

Roberto Micheletti, titular del Congreso Nacional cuando se consumó el golpe, asumió la presidencia de facto del país centroamericano.

Zelaya, líder del Partido Libertad y Refundación (Libre), trató de convocar a un plebiscito para escribir una nueva carta magna en Honduras, lo que derivó en una crisis política y en su sustitución del poder ejecutivo mediante la intervención facciosa de las fuerzas armadas, que lo detuvieron en la residencia presidencial el 28 de junio de 2009 y lo expatriaron con rumbo a Costa Rica, a pesar de que el artículo 102 constitucional lo prohíbe.

Además del rechazo de los demás poderes al proyecto constituyente, el Partido Libre atribuye el golpe a Zelaya a la integración de Honduras al proyecto de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (Alba-TCP), que representó una amenaza para los intereses de Estados Unidos en la región latinoamericana. 

“Nunca en la historia de Honduras un gobierno había partido del interés de las mayorías para definir su política interior y exterior. Honduras había representado, hasta ese momento, lo que en el periodo de posguerra representaron los países de la cortina de hierro; los aliados más lacayos y rastreros de todo el continente”, afirma el Partido Libre en un pronunciamiento.2

A 12 años de ese episodio, que recuerda al Plan Cóndor en Sudamérica y a otros fenómenos de intervención política contra las soberanías de los países de América Latina, en complejo proceso de definición desde el periodo colonial iniciado en el siglo XVI, ¿qué consecuencias y resonancias tuvo el golpe de Estado en el ámbito cultural de Honduras y Centroamérica?

Una respuesta de la inteligencia centroamericana

Escritores como la nicaragüense salvadoreña Claribel Alegría y el guatemalteco Rodrigo Rey Rosa, entre varias centenas de firmantes, suscribieron una misiva3 donde condenaron la maniobra política que terminó con el mandato de Zelaya.

“Nosotros, los escritores y editores de esta  región, reunidos en la VI Feria Internacional del Libro de Guatemala y el Encuentro de Escritores Centroamericanos, condenamos enérgicamente el repudiable golpe de Estado perpetrado contra la República de Honduras, y hacemos un llamado a la restauración del orden constitucional a la mayor brevedad posible y la restitución del presidente constitucional, Manuel Zelaya Rosales, electo democráticamente por el pueblo de Honduras”, sostuvieron los firmantes en agosto de 2009, apenas dos meses después del golpe.

“Estimamos inaceptable este tipo de acciones que nos retraen a la historia de regímenes repudiables y vergonzosos para el orden democrático recobrado y construido por nuestros pueblos latinoamericanos”.

Frente Nacional contra el Golpe de Estado en Honduras

La resistencia crítica se agrupó en las primeras horas tras el golpe a Zelaya en el Frente de Resistencia Popular, después Frente Nacional contra el Golpe de Estado, que confiaría al poeta Samuel Trigueros la coordinación de la comunidad artística.

“Es falso que el presidente Manuel Zelaya Rosales y su gabinete hayan renunciado a sus cargos, argumento utilizado de forma infame por parte del Congreso Nacional para oficializar la destitución del presidente Zelaya e instalar en su lugar a Roberto Micheletti Baín”, fijó la agrupación, surgida de la espontaneidad y el rechazo al clima de autoritarismo, en su primer pronunciamiento.4

Esta fuerza de resistencia civil además organizó un concierto internacional el domingo 23 de agosto de 2009, Concierto Voces contra el Golpe5, a pesar de la resistencia de las autoridades golpistas. Participaron músicos de Venezuela, Guatemala y Argentina, al menos, junto a artistas hondureños.

Poesía para burlarse del poder

Y, como es tradición en América Latina y en los ámbitos en los que se cruzan un emperador y la sensibilidad de un artista, la poesía se hizo cargo de la crítica a la situación política de Honduras. 

Entre otros, Francesca Randazzo, Fabricio Estrada, Jorge Martínez Mejía, Délmer López Moreno, Waldina Mejía, Jessica Isla, Rigoberto Paredes, Mayra Oyuela, Diana Vallejo, Óscar Deigonet López, Luis Méndez y el propio Trigueros enarbolaron la escritura poética para criticar el golpe y la tradición de injerencia política de Estados Unidos en Centroamérica. 

El Periódico de poesía de la UNAM dispuso una pequeña antología6 de versos de estos autores contra la situación de inestabilidad desatada en Honduras tras la destitución de Zelaya. 

“Nosotros todavía / planificamos llevar nuestra bandera, el bote con vinagre, / pañoleta, gorra con estrella y ardientes consignas en el pecho / el día de la marcha / Nosotros aún / leemos, escribimos, hacemos la pancarta, / conspiramos, / queremos ver la era del poder en nuestras manos / Nosotros —se los digo, hermanos, / hermanas, compañeros— / somos los afortunados”, ironiza Trigueros.

“En tanto soy un obrero más de la cultura de Honduras, mi presencia en el Frente, en representación de todas y todos los artistas, tiene la importancia de canalizar los puntos de vista del sector cultural, históricamente invisibilizado por los políticos de turno. Establece, además, la necesidad de contar con este sector poblacional en la toma de decisiones del país. Fortalecemos la lucha porque tenemos algo que decir y hacer en esta coyuntura y en todos los procesos de la vida nacional”, opinó, además, el poeta en entrevista con el periodista Mario Cassasús, texto publicado por el Círculo de Poesía7 mexicano.

La tradición de la resistencia

A cada generación de escritores, cineastas, pintores, escultores, periodistas y poetas les corresponde asumir la resistencia crítica a los abusos de su tiempo.

Experimentada en quebrantos, en contraguerrillas, en saqueos, en autoritarismos, en dictaduras, en ejecuciones, torturas, desapariciones, Centroamérica ha generado una tradición compleja de artistas contestatarios capaces de la crítica imaginativa, creadora, irónica, dolorosa, frente a las violencias que los atraviesan y aturden.

De cara a las elecciones generales de Honduras en noviembre de 2021 y haciendo eco de la respuesta de intelectuales y artistas al golpe de Estado de 2009, en ese sentido recordamos a los guatemaltecos Alaíde Foppa, Otto René Castillo, Miguel Ángel Asturias y Luis Cardoza y Aragón; a los nicaragüenses Gioconda Belli, Ernesto Cardenal8, Leonel Rugama y Omar Cabezas; a los salvadoreños Roque Dalton y Horacio Castellanos Moya9; al hondureño Augusto Monterroso. 

Desde la espiritualidad, el humor, el palimpsesto, la malicia guerrillera, la amargura, el surrealismo, la angustia policiaca, la autobiografía, el erotismo, el sarcasmo político, el autoescarnio, la magnanimidad, la épica, el periodismo, el cuerpo, la denuncia, todos estos autores escribieron la quejumbre lúcida de su tiempo y compusieron obras que nos invitan a la conversación profunda sobre nuestra América.

Referencias:

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