«Aprendí desde que tenía 4 años. Mi abuela me enseñó y también enseñó a mis hermanas, y ahora todas, mis hijas y mis sobrinas, todas nos dedicamos a hacer rebozos». Reyna Nuci Hernández, originaria de Ahuiran, municipio de Paracho, Michoacán, no pierde oportunidad de mostrar su trabajo, elaborado durante meses con un gran cuidado por los hilos y por las plumas que usa para algunos diseños.
Lo primero que hizo para su abuela fue hacer la trama y la urdimbre de los hilos, luego, una vez «junté plumas de dos pájaros y mi abuela me ayudó a hacer un rebozo de mi tamaño». Desde muy pequeñas, las mujeres p’hurépechas comienzan a usar el rebozo, o lo que en p’hure se conoce como atachi o joptsacua.
Ahora, a los 45 años, la tradición de su comunidad no se ha perdido, todo lo contrario, se mantiene viva y en constante adecuación a las nuevas tendencias de la moda en la región. Por ejemplo, Reyna elabora rebozos tradicionales para el uso diario, el que está compuesto por rayas negras y azules y que dependiendo la forma de llevarlo es su significado.
También está el rebozo de fiesta de plumas, el cual tarda hasta 4 meses de elaboración y que tiene un costo al público de entre 5 mil y 8 mil pesos ‒alrededor de 250 y 400 dólares‒. El siguiente rebozo de fiesta es el conocido como de mil flores, el cual tarda alrededor de 3 meses de elaboración y tienen un costo de entre 4 mil y 5 mil 500 pesos ‒entre 200 y 275 dólares‒; finalmente está uno más discreto llamado empuntado y que tiene una elaboración de entre 2 a 3 meses y un costo de 2 mil a 3 mil pesos ‒100 a 150 dólares‒.
El rebozo es, además de una parte de su identidad, la principal forma de subsistencia y es por ello que Reyna está lista siempre para ir a cualquier lugar en donde pueda mostrar y vender su trabajo. Sea el mercado de artes que se coloca en Pátzcuaro durante la fiesta de muertos, cada año, o sea en distintas tiendas en donde puede dejar su trabajo a consigna, como en El Ayate, tienda que reúne lo mejor de las artes de la región y que puede visitarse también en Pátzcuaro.
A veces Reyna viaja a la ciudad de México para mostrar a particulares su trabajo o busca constantemente dónde puede colocarlo. Siempre lleva maletas grandes y pesadas con decenas de rebozos de todo tipo y de muchos colores. «A veces vienen desde California para ver mis rebozos y me compran algunos». Todo mi trabajo es a mano y los tientes son extraídos de plantas y todo el proceso es lo más apegado a como se hacía desde muchas generaciones atrás.
Heriberto Paredes Coronel (Tlaxcala, 1983), fotógrafo y periodista independiente mexicano, dedicado a documentar procesos organizativos en comunidades indígenas y campesinas, búsqueda de personas desaparecidas y temas medioambientales en México. Actualmente explora formatos como el documental y el podcast sin abandonar la fotografía y el texto, en donde explora nuevas rutas narrativas. Ha colaborado con medios de comunicación nacionales e internacionales, ha dirigido cortos documentales y actualmente está en la fase de desarrollo de un largo documental así como en la escritura de un libro que reúne más de una década de trabajo en la costa michoacana. Vive en Pátzcuaro, Michoacán. Twitter @BSaurio Instagram @el_beto_paredes.
Te puede interesar: Frutos del diálogo