miércoles, diciembre 18, 2024

Peligra salud mental de juventud en EE. UU.: expertos

salud mental en la juventud estadounidense.

Por Cristian Carlos. Especial para Península 360 Press [P360P]

Los CDC informaron recientemente de una encuesta realizada a estudiantes de secundaria para conocer sobre la salud mental en la juventud estadounidense. Los resultados revelaron que el 55.1 por ciento de los encuestados dijo haber sufrido abuso emocional, el 44.2 por ciento dijo tener sentimientos persistentes de tristeza o desesperanza y el 9 por ciento intentó suicidarse hasta la fecha. 

Algunos grupos eran más propensos a experimentar ciertos factores de estrés que otros: las mujeres jóvenes y la juventud LGBTTTIQ+ vieron un aumento en el comportamiento suicida, la juventud asiática se enfrentó al racismo y al odio, la juventud afrodescendiente se encontró con la devastación económica junto con los nativos estadounidenses que también lidiaron con las tensiones mentales causadas por los efectos de la pandemia por COVID-19, así como en las comunidades latinas.

El informe también reveló que gran parte del acoso y los abusos denunciados por los alumnos fueron perpetrados por profesores, personal escolar y otros estudiantes. Además, muchos de los estudiantes consideraban que los profesores no hacían nada para impedirlo. 

El informe incluye una recomendación para que las escuelas cuenten con políticas contra el acoso, y formación para los profesores y el personal sobre cómo tratar el acoso y cómo reconocerlo cuando se produce. También se aconseja a los padres que ayuden a sus hijos a enfrentarse al acoso en la escuela.

También se recomendó que las escuelas proporcionen espacios seguros para la juventud LGBTTIQ+ y discapacitada. El informe afirmaba que estos grupos de personas son más propensos a ser acosados que otros porque, a su vista, son diferentes a sus compañeros de alguna manera. También se recomendó que las escuelas ofrezcan servicios de salud mental a los estudiantes que los necesiten, así como programas contra el alcoholismo y la drogadicción y programas de prevención del suicidio.

Por ello, Ethnic Media Services ofreció una sesión informativa para abordar la problemática de la salud mental en la juventud estadounidense.

Angela Vásquez, directora de Política de Salud Mental de The Children’s Partnership, dijo que los estudiantes que temen que sus padres sean detenidos o deportados muestran signos de mayor ansiedad y ataques de pánico. Los profesores de las escuelas de todo el país han informado de que los alumnos sufren dolores de estómago y abandonan las aulas llorando porque temen que también se lleven a sus padres. 

«Las escuelas de todo Estados Unidos están recopilando información de contacto de emergencia de las familias para evitar que les ocurra más daño si se produce una situación de este tipo», dijo Vásquez. Y señaló que algunas escuelas están creando espacios seguros donde los estudiantes inmigrantes puedan ir para que puedan hablar con los consejeros de la escuela sobre sus temores.

Vásquez informó que The Children’s Partnership descubrió la niñez con antecedente inmigrante o de padres inmigrantes sufre angustia emocional en respuesta al clima político. El estudio también descubrió que los niños inmigrantes cuyos padres han sido detenidos o deportados tenían más probabilidades de sufrir «síntomas graves de ansiedad y depresión», en comparación con otros niños inmigrantes.

The Children’s Partnership, dijo Vásquez, está colaborando con otras organizaciones para realizar un estudio nacional sobre el impacto de leyes de inmigración en los niños y las familias. El estudio examinará los efectos de la detención, la deportación y la separación familiar en la salud mental y el bienestar de los niños, incluida su capacidad de aprendizaje, su estado de salud y sus patrones de comportamiento en el hogar y en la escuela. 

El estudio debería arrojar luz sobre cómo las familias están afrontando el miedo a la deportación y qué servicios pueden ser necesarios para apoyarlas en el futuro.

El Dr. Ilan Shapiro, pediatra y director de asuntos médicos en AltaMed Health Services de Los Ángeles dijo que, en EE. UU., se requiere «de comunidades que crezcan en conjunto con su sociedad, de empoderamiento con una buena salud mental». Desafortunadamente, señala Shapiro, «a los pediatras no se les enseña cómo lidiar con una niñez que atraviesa por una pandemia», como la del COVID-19 y complicaciones de otro tipo. 

Dijo, además que «debemos crear cambios estructurales que atiendan el problema de la salud mental de los jóvenes estadounidenses».

El Dr. Ilan Shapiro enfatizó que los niños deben crecer «en un entorno sano y enriquecedor que les proporcione las herramientas necesarias» para triunfar como adultos productivos y felices. Por ello, mencionó, «debemos ayudar a nuestros niños y adolescentes a aprender a lidiar con el estrés. Debemos enseñarles a lidiar con la ansiedad, la depresión y otros problemas de salud mental». Precisó que es importante mostrar cómo superar las adversidades a las que inevitablemente se enfrentarán en sus vidas.

Por su parte, el Dr. Myo Thwin Myint, profesor adjunto de psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tulane, sostuvo que «es importante para la juventud estadounidense tener acceso a servicios locales de salud mental adecuados». 

Thwin Myint dijo que se depositan esperanzas en proporcionar una financiación adecuada a los programas de salud mental, aumentando la concienciación sobre los signos y síntomas de las enfermedades mentales y cambiando las leyes que discriminan a las personas con problemas de salud mental y su acceso a las comunidades minoritarias.

El entorno político también es otro factor que afecta la salud mental de la juventud estadounidense, sobre todo en la comunidad LGBTTTIQ+, ya que en EE. UU. «sigue siendo un desafío mostrar su identidad y atraviesan más adversidad y estrés» si es que la legislación estadounidense no los reconoce. 

«Esto puede llevar a cuadros de depresión y suicidio; el aislamiento y el estrés al que está sometido estas comunidades son, todavía, factores de riesgo».

Sidney McKinney, directora ejecutiva de National Black Womens’ Justice Institute, dijo que, como organización, se busca «terminar con la discriminación sistemática de las mujeres afrodescendientes». Señaló que el sistema legal y criminal violenta la salud mental de las niñas afrodescendientes de EE. UU., lo que produjo un aumento en los suicidios de 182 por ciento de 2001 a 2017.

McKinney informó que las detenciones arbitrarias de jóvenes, disparó las cifras en problemas de salud mental y trauma en cerca de 50 % lo que las deja vulnerables emocionalmente. Además, señaló que el impacto de la pandemia y la represión de las nuevas identidades de género son factores de riesgo que «aumentan la necesidad de buscar salud mental en mujeres afrodescendientes», todo esto, dijo, es un reto para la administración actual en materia de política sobre salud mental.

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