Por Cristian Carlos. Especial para Península 360 Press [P360P]
El último estudio sobre el cambio climático y el oeste de Estados Unidos predice que las condiciones y la sequía en California persistirá. Los científicos han calculado que más del 40% de la gravedad de sus efectos se debe a las actividades humanas, que están provocando sequías más frecuentes en esta parte de América.
El manto de nieve suele derretirse y fluir hacia los ríos y embalses, proporcionando alrededor de un tercio del suministro de agua de California. Ahora, gracias al calentamiento global, se derrite antes y más rápido de lo habitual, y proporciona menos agua. Esto provocará probablemente una mayor escasez de agua y un aumento de los precios de la misma. Según expertos, la sequía en California ha alcanzado el 44% del territorio, calificándola como una «sequía excepcional», el peor nivel de la escala.
Por ello, Ethnic Media Services ofreció una sesión informativa con un panel conformado por expertos para debatir las causas de la sequía en California, su duración, sus efectos y las alternativas que tienen como esperanza revertir los efectos en ella una del cambio climático.
Según el Dr. Rajendra Shende, presidente del Centro de Políticas TERRE, miembro del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático que recibió el Premio Nobel de la Paz por su trabajo sobre el cambio climático, hace 1200 años que se produjo una sequía en California, del lado oeste. También dijo que la escasez de agua es un problema que afecta a 4.000 millones de personas en todo el mundo y que organismos como ONU-Agua tratan de unificar su voz sobre las sequías por este motivo.
Shende señaló que la emergencia hídrica se da en África y Asia debido, sobre todo, al hecho de lo mucho que cuesta extraerla de las fuentes subterráneas; «la escasez de agua para estas zonas puede estar más relacionada con el cambio climático que con cualquier otra cosa», declaró. Omán y Arabia Saudí son ejemplos en los que es posible reciclar hasta el 78% del total de su suministro de H2O consumido mediante la adopción de algún tipo de tecnología, según estudios de investigación realizados por la Asociación de Suministro de Agua y Saneamiento de las Naciones Unidas (UNWASA). Silicon Valley podría integrar nuevas tecnologías que ayudarían a aumentar nuestra actual tasa de reciclaje del 15% aquí en California.
Karina Herrera, científica medioambiental de la WCRB, dijo que según el 38% de EE. UU. se encuentra en una sequía de severa a extrema desde marzo de 2022. El 53% está clasificado como de moderada a extrema. Herrera mencionó que hay un patrón en la sequía en California: las grandes leyes de conservación siguen también a las grandes sequías. En respuesta, hay dos enfoques que California ha adoptado hasta ahora: acciones inmediatas y a largo plazo. Las respuestas inmediatas incluyen evaluaciones de la oferta y la demanda de agua para las zonas urbanas, respuestas de nivel 2 a la escasez para aquellas que se enfrentan a una escasez temporal porque ya se enfrentan a dicha escasez o han sido identificadas en riesgo de sufrir una escasez de agua este verano cuando la demanda aumente significativamente (aproximadamente 60 millones de personas), definiendo y prohibiendo las prácticas de riego de césped no funcionales en sectores comerciales como tiendas minoristas, hoteles/moteles/restaurantes, oficinas, parques, centros comerciales, aeropuertos, escuelas, etc., entre otras).
Señaló que es fundamental que la conservación del agua se convierta en prioridad, ya que, dijo Herrera, protege los usos beneficiosos ahorrando energía sin aumentar la demanda global debido a las mayores restricciones sobre la cantidad de agua que se puede utilizar sin penalización.
Por su parte, Heather Cooley, del Pacific Institute –un grupo de reflexión global sobre el agua, independiente y no partidista–, mencionó que el cambio climático afecta a los sistemas de captación y distribución de agua. Revertir el problema es un reto importante para todo el mundo y no sólo para California; «es un problema internacional», señaló Cooley. La solución, dijo, es reducir el consumo de agua en las ciudades, es decir, que la recogida de agua de lluvia, además de otras medidas como la instalación de sistemas más eficientes, puede ahorrar el 48% de nuestro consumo total de agua. Desgraciadamente, informó, no hay datos precisos sobre la recogida de agua de lluvia en California, por lo que resulta difícil estimar cuánto debemos hacer ante la sequía en California y la escasez de agua potable.
Sean de Guzmán, director de la Unidad de Vigilancia de la Nieve y Previsión del Suministro de Agua, mencionó que el 45% de los niveles del manto de nieve en California han bajado y que hay falta de agua en algunos lagos. También afirmó que el lago Shasta está sólo al 39% de su capacidad, mientras que el lago Oroville está al 51%. Sean informó que se necesita alrededor del 70% del nivel medio de suministro de agua para estar a la par con datos históricos.
Dr. Josué Medellín-Azuara, profesor asociado de la Facultad de Ingeniería de la UC Merced, sentenció que las sequías no van a desaparecer y que, al contrario, se volverán cada vez más frecuentes y con mayor intensidad. Informó que 14 mil 365 empleos fueron golpeados por la sequía de 2021, lo que resultó en pérdidas de hasta 1.7 mil millones de dólares.
Medellín-Azuara pintó un panorama urgente, ya que las futuras sequías se verán agravadas por la repetición de las catástrofes naturales, así como por el recorte de las aguas superficiales y la regulación de las aguas subterráneas. El aumento de las necesidades de riego debido al crecimiento de la población agravará la diferencia entre la oferta y la demanda de agua. «Las formas en que podemos aumentar la resiliencia incluyen la reducción de los impactos de la sequía a través de la gestión de la demanda y los cambios en la mezcla de cultivos, el uso de la infraestructura natural para proteger contra los fenómenos meteorológicos extremos, la construcción de la flexibilidad del sistema en nuestros diseños para las áreas en riesgo de condiciones de sequía u otros riesgos de desastre», mencionó. De esta manera se prevé que estos puedan responder mejor a las condiciones climáticas variables que los sistemas fijos actualmente (por ejemplo, techos verdes). También, dijo, «se necesita un sistema para la reutilización del suelo, es decir, el desarrollo de nuevos emplazamientos en terrenos ambientalmente degradados para que vuelvan a tener un uso productivo en lugar de ser abandonados desde un punto de vista económico sólo porque se han vuelto inutilizables desde una perspectiva hidrológica».
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