Pamela Cruz. Península 360 Press
En comparación con los consumidores de carne, los veganos tienen un mayor riesgo de fracturas totales, de cadera, piernas y vértebras, mientras que los consumidores de pescado y vegetarianos solo tienen mayor riesgo de fracturas de cadera, de acuerdo con el estudio prospectivo de EPIC-Oxford.
El documento, publicado este domingo en la revista BMC Medicine, refiere que estas diferencias de riesgo probablemente se debieron, en parte, a su menor Índice de Masa Corporal –IMC– y posiblemente a una menor ingesta de calcio y proteínas.
Anteriormente, de acuerdo con estudios epidemiológicos, se sabía que los vegetarianos tenían menor densidad mineral ósea –DMO– que los no vegetarianos, pero las asociaciones de las dietas vegetarianas con los riesgos de fracturas no estaban claras.
Para el estudio, se reclutó a 54 mil 898 hombres y mujeres de todo Reino Unido entre 1993 y 2001, a través de prácticas generales o mediante un cuestionario postal; de ellos, 30 mil 391 mantuvieron el mismo tipo de dieta por 14 años.
Así, el estudio que concluyó en 2010 y que obtuvo resultados durante 17.6 años de la vida de los participantes, se dividió en cuatro grupos de dieta: 29 mil 380 consumidores de carne, 8 mil 37 consumidores de pescado, 15 mil 499 vegetarianos y mil 982 veganos.
En comparación con los consumidores de carne, y después del ajuste por factores socioeconómicos, factores de confusión del estilo de vida e IMC, los riesgos de fractura de cadera fueron mayores en los consumidores de pescado, vegetarianos y veganos.
Los veganos también tenían mayores riegos de fracturas totales, piernas y otras, en comparación a las personas que comen carnes. En general, puntualiza, las asociaciones significativas parecieron ser más fuertes sin un ajuste para el IMC y se atenuaron ligeramente, pero siguieron siendo significativas, con un ajuste adicional para el calcio de la dieta o la proteína total.
Aparte, no se observaron diferencias significativas en los riesgos de fracturas de muñeca o tobillo por grupo de dieta con o sin ajuste del IMC, ni para las fracturas de brazo después del ajuste de IMC.
En ese sentido, el estudio concluye que las personas que no comen carne, especialmente los veganos, tenían un mayor riesgo de fracturas totales o en zonas específicas, en particular, en la cadera.
De igual manera, explica que se necesitan más estudios, especialmente de poblaciones no europeas y contemporáneas, para examinar la generalidad de los hallazgos y explorar la posible heterogeneidad por factores que incluyen edad, sexo, estado menopáusico e IMC.
«El trabajo futuro podría beneficiarse del examen de posibles vías biológicas al investigar los niveles séricos de vitamina D, B12 o Factor de Crecimiento Similar a la Insulina-1 –IGF-1–, o al evaluar las posibles funciones de otros nutrientes que abundan en los alimentos de origen animal», señala.
Este es el primer estudio prospectivo de un grupo de dieta con fracturas específicas, totales y múltiples en vegetarianos y veganos, y los hallazgos sugieren que la salud ósea en los veganos requiere más investigación.