Brayan Apaza Junpiri acordó con su madre que iría a un café internet y posteriormente se verían para regresar a casa pero nunca llegó al punto de encuentro. Cuando caminaba hacia el lugar acordado, una bala se le incrustó en la cabeza y truncó abruptamente la vida del adolescente de 15 años. Su hermana, Rocío, lo buscó en el lugar de los hechos pero no lo encontró porque ya lo habían trasladado al hospital de Juliaca, la principal ciudad comercial de Puno, al sur del Perú. Lo que Rocío sí encontró fueron balas en el piso y perdigones.

Después de tres días de estar en coma, agonizando, Brayan falleció.

“Mi hermano estaba caminando al encuentro de mi mamá, él tenía 15 años, me lo han matado. Me han disparado en la cabeza sin piedad. Los policías me lo han disparado. Sólo quiero que se haga justicia por mi hermanito. Eso sería todo”, reclama Rocío.