Marco Antonio Samillán decidió salir a la manifestación uniformado como médico, su segunda carrera después de biología, para ayudar a los heridos. Sabía que corría el riesgo de resultar lesionado o intoxicado con gases lacrimógenos pero jamás pensó que perdería la vida por un disparo en la espalda que le ocasionó una hemorragia interna. Su hermana, Isabel, asegura que fue el trabajo de un francotirador pues el disparo fue demasiado certero.

“Él fue el cuarto, más o menos, caído y en el transcurso que él estuvo ayudando hubo más de 50 heridos aproximadamente y ellos estuvieron ayudando a mucha gente pero lo que creo yo que no les gustó a la policía fue eso. ¿Por qué lo mataron así? ¿Por qué si él estaba uniformado? Eso es lo que hasta ahora no entendemos y es nuestra lucha que ahora empieza. Buscar la justicia para mi hermano”, denuncia Isabel.