Pamela Cruz. Península 360 Press [P360P].
Si bien las vacunas contra el COVID-19 fueron aprobadas para distribución de emergencia por la Administración de Medicamentos y Alimentos –FDA, por sus siglas en inglés– en diciembre pasado, estás son completamente seguras y necesarias, pues garantizan, después de dos dosis, una protección de hasta 95 por ciento contra el virus SARS-CoV-2, que hasta ahora ha provocado, al menos en EE. UU., más de 23 de millones de casos positivos y más de 385 mil muertes.
Así lo sostuvieron los médicos y especialistas William Shaffner y Robert M. Wachter, quienes durante el panel «Retos de la distribución de la vacuna», organizado por Ethnic Media Services, destacaron que hoy más que nunca, es necesario el confiar en la vacuna, usarla y seguir manteniendo los cuidados necesarios para evitar la dispersión del virus.
Sin embargo, la distribución de la vacuna en diversos puntos del país se ha vuelto lenta, pues debido a «cuellos de botella tanto a nivel nacional como local» hasta el momento solo se han logrado distribuir en EE. UU. cinco millones de dosis de los laboratorios Pfizer-BioNTech y Moderna, aseguró el Dr. William Shaffner.
En ese sentido, apuntó que los residentes de cientos de ciudades no están seguros de cuándo llegará la vacuna «a veces llega un poco tarde, a veces llega con menos dosis de las que se habían previsto y a veces la vacuna de Minnesota llega a Tennessee», dijo.
«Francamente, algunos de los lugares –donde se distribuye la vacuna– pensaron que esto iba a ser sólo otra campaña de vacunación contra la gripe. No se prepararon lo suficiente», destacó el también profesor de Medicina Preventiva en el Departamento de Políticas de Salud de Nashville, Tennessee.
A ello, dijo, se suman los retos de logística, pues en el caso de la vacuna Pfizer se requieren superrefrigeradores que puedan mantener las dosis a temperaturas extremadamente frías y con ello la vacuna mantenga su estabilidad y buen estado.
Al Dr. Robert M. Watcher no le sorprende que «no nos vaya muy bien» en la vacunación, pues refirió, «las únicas partes que nos han gustado son el descubrimiento de la vacuna y la ciencia. No parece que tengamos la logística, la política, la sociedad y todos los demás componentes que tienen que unirse».
Sin embargo, coincidieron en que es sumamente necesario y recomendable el vacunarse cuando llegue el momento y el turno, pues no hay, hasta el momento, otra manera de luchar contra el virus que sigue diariamente causando más muertes.
Y es que, hay toda una serie de videos, textos y mensajes en internet que generan mala información contra las vacunas, muchos de ellos hasta con carácter paranoico y de conspiración, que lo único que provocan es la incertidumbre en las personas y con ello que avance la ignorancia y sigan muriendo personas.
«Hay un montón de tonterías en Internet que causa preocupación», subrayó Watcher, por lo que, dijo, él y sus colegas se han dado a la tarea de hacer videos, textos y mensajes que puedan responder a todas las preguntas que la gente pudiera tener sobre la vacuna contra COVID-19 y con ello se elimine el miedo a inmunizarse contra el virus.
«El hecho de que estén eligiendo no vacunarse es absolutamente horripilante, porque sabemos que las vacunas son increíblemente efectivas y ahora sabemos que son muy, muy, muy seguras», expresó.
Por su parte, el Dr. Shaffner precisó y dejo en claro que aquellas mujeres que buscan quedar embarazadas, están embarazadas o en lactancia, pueden, sin temor alguno, ponerse la vacuna, pues no transmite ni hace daño al feto ni al bebé que consume la leche.
«La vacuna es segura, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos la respalda firmemente y podemos estar seguros de que es algo bueno y apropiado. Esas mujeres necesitan estar tranquilas porque, como dije antes, hay todo tipo de cosas en las redes sociales que podrían desalentarlas de hacer eso –vacunarse– en breve», puntualizó.
En ese sentido, agregó que las vacunas ARN, no se acercan ni alteran «en nada al ADN humano de nuestras células, ni a las madres, ni a los bebés. Así que este es un proceso seguro para todos ellos», abundó.
Asimismo, precisó que la vacuna contra COVID-19 fue diseñada esencialmente para garantizar que alguien pudiera recibir una segunda dosis tres semanas después de la primera inmunización en el caso de Pfizer-BioNTech y cuatro semanas en el caso de Moderna.
Sin embargo, es necesario que las primeras dosis de la vacuna COVID-19 sean aplicadas pues estas protegen al inmunizado alrededor de 45 o 50 por ciento, mientras que, para la segunda dosis, la efectividad alcanza hasta el 95 por ciento.
El especialista precisó que, a pesar de tener la primera dosis de la vacuna, es necesario continuar con los cuidados que hasta ahora han marcado una diferencia en la transmisión del virus: lavarse las manos constantemente, usar mascarilla, mantener distancia de al menos dos metros con otras personas que no sean del hogar y no acudir a lugares concurridos.
El Dr. Sheffner explicó que, de acuerdo con un estudio, una proporción sustancial de las personas vacunadas ya no son capaces de transmitir, «pero son datos preliminares y sabemos que hay cierta capacidad potencial de transmisión. Así que, hasta que lleguen los datos completos, si están sin vacunar la primera o la segunda dosis, por favor, continúen usando mascarilla y practiquen el distanciamiento social».
Y es que, la mala información sobre la enfermedad de COVID-19, el tratamiento y las vacunas se ha dado desde las esferas más altas, tal es el caso del presidente Donald Trump, pues su administración no ha llevado bien el tema, lo que ha ayudado a que se propague el virus.
«Creo que cuando hay una falta de orientación nacional, hay demasiado margen de maniobra», precisó Robert Wachter.
Agregó que existe un esfuerzo bien intencionado para tratar de ser muy cuidadosos sobre qué grupos reciben primero las vacunas y cuándo, además de prestar atención en materia de equidad y asegurar que se prioricen los grupos que parecen tener un mayor número de víctimas de la pandemia, particularmente las comunidades de color.
A su vez, explicó que, si bien se requiere que se vacunen a los grupos más vulnerables, el hecho de que Walgreens o CVS ayude a la implementación de las dosis de la vacuna, no hay certeza de que las personas a las que se les aplica su inmunización pertenezcan realmente a dichos grupos.
Ante ello, dijo, «la respuesta siempre es que «lo resolveremos» y creo que la lección de los últimos 10 meses en términos de COVID-19 es que «lo resolveremos» no es una buena respuesta», abundó, «creo que no preparamos muy bien los recursos que se pusieron a disposición para apoyar este esfuerzo».
En ese sentido, apuntó que la vacunación no se ha tratado como la emergencia que es, pues gente que debió haber recibido la inmunización y que no fue así, son aquellas que podrían enfermarse, de las cuales, algunas estarán en tratamiento y otras más morirán.
«Por el valor de la gente que muere cada día, debimos atacar esto como una emergencia absoluta, así fue con el desarrollo de la vacuna, pero hemos enfrentado la distribución de la vacuna como un proceso relativamente rutinario que tropezará hasta que encontremos la respuesta correcta y, eso, claramente no funciona muy bien», refirió el presidente del Departamento de Medicina de la Universidad de California en San Francisco.
La situación podría ser muy diferente en cuanto Joe Biden llegue al poder el próximo miércoles 20 de enero, y con ello venga el cambio de administración, precisó, pues a partir de ahí la comunicación con las personas será mucho más clara y contundente.
«El liderazgo va a ser muy importante, y la nueva administración ya ha designado a muchos de los líderes clave para estos roles, hay un par más que vienen y son estupendos. Ellos son inteligentes, son buenos comunicadores, son capaces de comunicar la ciencia», refirió el Dr. Wachter.
Robert Wachter destacó que el promedio nacional de vacunas distribuidas en el país es de alrededor de 30 o 32 por ciento, «eso no es nada de lo que estar orgulloso, así que el hecho de que nos estemos quedando atrás –California– del promedio nacional es terrible»,
Aclaró que el Departamento de Salud del estado está tratando de averiguar cuál es el problema de la poca distribución y lenta aplicación de la vacuna, problema complejo que se le atribuye a que el sur de California está experimentando un aumento masivo de casos positivos por SARS-CoV-2.
«En este momento y en muchos casos las mismas entidades con las que cuentas para llevar a cabo grandes y complicados programas de vacunación también están cuidando de cientos y cientos de pacientes realmente enfermos. Tenemos que hacer las dos cosas al mismo tiempo. No puedes decir bien, estamos demasiado ocupados. No tenemos gente para hacer la vacunación».
Al respecto, dijo que el estado debe ser más creativo y poner los recursos necesarios para que cada vez más personas sean inmunizadas, ya sea la contratación de médicos, enfermeras, dentistas y farmacéuticos para hacerlo.
«Este es el problema más importante actualmente en el mundo y cuanto más rápido vacunemos a la gente, más vidas se salvarán», puntualizó.
Una idea que los expertos consideraron podría funcionar, para distribuir las vacunas, es que se ocupe el sistema de lotería o asignación al azar para que sea más equitativo el servicio de vacunación, una vez que se haya inmunizado a aquellos que son prioritarios y que más sufren las consecuencias de la pandemia.
En el caso de California, dijeron, si se sigue vacunando al ritmo que se hace ahora, llevará poco más de un año en que todos estén inmunizados, situación que es «inaceptable».