Por Cristian Carlos, especial para Península 360 Press [P360P]
Un total de 50 civiles pudieron salir el miércoles por la noche de la planta de Azovstal, el último bastión de la resistencia en Mariúpol. La cifra fue facilitada por la viceprimera ministra ucraniana, Irina Vereshchuk. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo que un tercer convoy está tratando de rescatar a los civiles restantes después de haber sido atacado por las tropas rusas.
Es responsabilidad de todas las naciones garantizar la seguridad de sus ciudadanos. Las armas nucleares son peligrosas y el riesgo de su uso debe ser vigilado constantemente. Sólo así se puede garantizar que los ciudadanos de todos los países del mundo puedan vivir libres del miedo a la aniquilación nuclear.
Por ello, Ethnic Media Services ofreció una sesión informativa para abordar la tensión de Europa y Asia, y EE. UU. sobre un posible ataque escalado de armas nucleares.
Andriy Iermak confirmó que 500 civiles ya habían sido evacuados de Mariúpol hace días a pesar de los continuos ataques de artillería de las tropas rusas.
Daryl Kimball, director ejecutivo de la Asociación para el Control de Armas y editor y colaborador de la revista mensual de la organización, Arms Control Today, refirió que en la era de la posguerra fría, las amenazas nucleares de Putin «no tienen precedentes». Sin embargo, «están sacadas del guion de la estrategia de “disuasión nuclear” de Rusia» para evitar la intervención militar directa de Estados Unidos y la OTAN en Ucrania.
Kimball opina que Biden no estuvo de acuerdo con Putin sobre el uso de armas nucleares, pero «existe el riesgo de una escalada debido a las estrategias militares de Rusia y Estados Unidos que reservan la opción de usar armas nucleares contra amenazas» no nucleares que podrían convertirse rápidamente en nucleares si se sigue la doctrina rusa: responder o amenazar con una respuesta cuando se usen armas de destrucción masiva o la guerra convencional amenace la existencia como Estado, mientras que Estados Unidos usa su arsenal como disuasión dejando abierta su posibilidad de uso.
Por ello, Kimball concluye que «en esta situación de mayor riesgo nuclear, los líderes rusos y de la OTAN deberían mantener las líneas de comunicación para evitar un conflicto directo, abstenerse de realizar acciones que amenacen con una escalada nuclear, aumentando el riesgo de una guerra nuclear region». Para Kimball es importante reanudar la diplomacia en aras del desarme para reducir los riesgos que plantea una carrera armamentística desenfrenada.
Michael Klare, profesor emérito de estudios sobre la paz y la seguridad mundial del Five College y director del Programa de Estudios sobre la Paz y la Seguridad Mundial del Hampshire College, refirió que Taiwán tiene un caso similar a Ucrania. Compartió que China cree que Taiwán es una provincia que se ha dejado de lado y sostuvo que se tiene el pensamiento de que «cualquier persona taiwanesa que quiera independizarse de China es un atentado revolucionario directo hacia el gobierno de China que debe ser derrotado de cualquier forma».
Klare recalcó que es importante tener la visión de intereses de EE. UU.: «Pienso que la actitud estadounidense hacia el conflicto actual de Taiwan que sostiene el derecho a su independencia». Lo que ha causado revuelo en China, pues se mira como una amenaza directa de EE. UU. por lo que se llegaría a un alzamiento de armas nucleares tácticas.
«En Asia tenemos una situación igual de crítica que la de Ucrania», concluyó, por lo que «EE. UU. no detendrá el apoyo a Ucrania».
Gabriela Iveliz Rosa Hernández, investigadora asociada de la Asociación para el Control de Armas, dijo que los eventos del 24 febrero dieron paso para conocer los objetivos primordiales que Rusia –a cargo de Vladimir Putin– quiere establecer en Ucrania, como una desmilitarización en partes de la frontera; sin embargo, señaló, este tipo de conflictos «puede causar bajas» para ambas partes.
Rosa Hernández informó que la explicación «más simple» para entender el conflicto actual es ver que «Rusia no está contenta con estar perdiendo la influencia que tiene dicho país» en territorio ucraniano. Concluyó que la “desnazificación” es, en realidad, un intento por hacer de Ucrania «un país menos Ruso» tras los acuerdos con la OTAN que podrían tener, de acuerdo con Rosa Hernández, «intereses estadounidenses» que aún no siguen siendo claros.
La perspectiva de Rosa Hernández permite vislumbrar que ambas naciones están dispuestas a poner un alto al fuego al conflicto, luego de que Volódimir Zelenski apareciera durante el mes de marzo para encontrar la vía que pusiera fin a la invasión rusa apelando a la neutralidad de Ucrania; sin embargo, advirtió que existen otros escenarios en donde puede agravarse el conflicto por la intervención de naciones colindantes.
En cuanto al uso de las armas nucleares, Rosa Hernández dijo que el uso de las armas nucleares tácticas por parte de Rusia, significa «no poder lograr los objetivos de su campaña militar». «Rusia no está contenta con perder contra Ucrania», estrategia que, dice, «no va a funcionar»
Por último, señaló que si bien «las partes están resistiendo», aún queda un largo camino para llegar a un alto al fuego. Sobre todo porque Rusia no tiene clara su estrategia. «Actualmente, yo no veo que, a corto plazo, vaya a parar el conflicto», puntualizó.
Andrew Nynka, redactor jefe de The Ukrainian Weekly y Svoboda en la Asociación Nacional Ucraniana, menciona que la comunidad ucraniana dice que los comentarios que cuestionan la implicación de Estados Unidos con Ucrania no ayuda al debate y que debería estar más involucrada. Dice que la gente en Ucrania tiene una visión más amplia sobre el uso de las armas nucleares. Dijo que las naciones deben poner atención para dejar que Ucrania lucha por sí misma de manera autónoma y soberana.
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