La diversidad gastronómica crece en EE.UU. gracias a la multiplicidad de comunidades inmigrantes existentes dentro del país, pero no solo eso, pues la comida tradicional de estas se ha visto modificada y «americanizada» debido a las necesidades de las mismas.
«Muchos alimentos vienen de distintos tipos de comunidades inmigrantes y no solo son parte sino que se adaptan y cambian», puntualizó Quincy Surashmith, editor en jefe de Feet in 2 Worlds y productor de la segunda temporada del podcast A Better Life?.
Durante un panel organizado por Ethnic Media Services para discutir sobre la influencia de las comunidades étnicas en la alimentación en el país, además de la importancia de preservar y reconocer la comida auténtica, el experto detalló que existen muchos alimentos que no existen en «sus países de origen» sino que fueron creados por inmigrantes que viven en el país.
Tal es el caso de comidas como el chop suey, las galletas de la fortuna, rollos california, entre otros platillos, que cambian debido a la inmersión e influencia cultural de quienes los preparan día con día y que además intentan igualar las recetas utilizando sustitutos de los ingredientes originales de los platillos.
«Las galletas de la fortuna creo que son comida clásicamente estadounidense porque en China no las encuentras, quiero decir que son un invento japonés e incluso no es algo que se cocine todos los días» comentó Surashmith, sin embargo, dijo que eso no lo hace más o menos auténtico.
Y es que, EE. UU. se ha convertido en uno de los países con más diversidad debido a la cantidad de inmigrantes que viven ahí, lo que no solamente implica diferencias en el lenguaje, música y estilo de vida, sino también en la manera de alimentarse y cocinar los platillos de cada una de las comunidades que existen.
Además, Surashmith comentó la importancia de tomar en cuenta que existen familias de inmigrantes que están criando a sus familias y apoyando a sus comunidades, razón por la cual en ocasiones no pueden preservar las recetas originales de la comida pues «hacen lo que vende».
En su oportunidad, Kayla Stewart, escritora galardonada de comida y viajes señaló que «mucha gente asume que la comida afroamericana son macarrones con queso, col rizada y pollo frito, ‒alimentos que‒ absolutamente son parte de nuestra forma de comer, pero de ninguna manera son los únicos que comemos. Y, muchas veces, esos platillos en particular se usan como formas de insultarnos por un estereotipo que ha existido durante siglos».
Además, señaló que muchos de los platillos que hoy en día se consumen en EE. UU. tienen su origen en la cocina afroamericana.
Comidas como los macarrones con queso, la okra, el pay de camote dulce o los frijoles de ojo negro tienen sus raíces en África y son consumidas frecuentemente en diversas partes del país, como es el caso de Nueva Orleans, ciudad donde la «jambalaya» y el «gumbo» son especialmente populares.
«Creo que Nueva Orleans es la mejor ciudad gastronómica en EE. UU.», puntualizó Stewart, pues es la cuna de la cocina criolla, misma que no existiría sin los afroamericanos, pues muchos de los platillos que se cocinan actualmente provienen de los esclavos africanos y afroamericanos.
Finalmente, puntualizó que «las figuras culinarias negras se han quedado fuera de la narrativa estadounidense. Es descaradamente injusto, pero también afecta a la economía porque en muchos sentidos han sido oprimidos en la industria alimentaria».
Silvana Salcido, señaló que en la comida también hay asuntos políticos, pues desde pequeña se dio cuenta que la panadería de su tío se convirtió en un pequeño centro para la comunidad inmigrante que vivía en la zona.
Agregó que la comida mexicana que se consume en EE. UU. no es auténtica, sino es una comida «por necesidad», pues durante su infancia observó como en la panadería donde creció, los inmigrantes intercambiaban cajas de tomate y durazno por pan.
«Hay una supremacía blanca que se ha apoderado de esa comida, hay una apropiación porque esa comida se desarrolló a partir de la cultura mexicana de los chichimecas», declaró Salcido. Igualmente, comentó que las mejores innovaciones de la barbacoa vienen de la creatividad de cocineros que eran esclavizados, sin embargo EE. UU. se ha apropiado de esto.
Salcido comentó también que desde que abrió su restaurante ha pasado por complicaciones para cambiar la percepción que los estadounidenses tienen sobre la comida mexicana, pues ellos esperan «totopos y salsa» o «tacos crujientes».
Sin duda, es fundamental que las recetas de las comunidades inmigrantes, así como quienes las preparan, sean reconocidas no solo por el aporte económico sino también por el aporte cultural que estos representan para EE. UU.
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