miércoles, diciembre 18, 2024

Condado de San Joaquín aún enfrenta grandes retos en temas de COVID-19

condado de san joaquín
Foto: P360P

El condado de San Joaquín aún enfrenta grandes retos en temas de COVID-19, pues la creciente diversidad en su área hace que ocupe el lugar 31 ‒de 58‒, con el número de adultos que han completado la vacunación primaria contra la enfermedad.

El condado de San Joaquín es uno de los más pequeños en términos de área en el estado de California, sin embargo, es también uno de los más habitados con una población de aproximadamente 970 mil personas, además de contar con una gran diversidad cultural pues en su territorio se hablan alrededor de 30 idiomas.

Además de ser uno de los condados con mayor diversidad cultural, este tiene una de las tasas más altas de muerte por COVID-19 en comparación con otras áreas rurales del estado, con 2 mil 270 muertes.

La doctora Maggie Park, oficial de Salud Pública del Condado de San Joaquín, comentó en un panel informativo organizado por Ethnic Media Services que «la diversidad ha sido un desafío» debido a que en este condado existen distintas poblaciones a las que las campañas sanitarias deben llegar.

Y es que la quinta ola por COVID-19 ha afectado a miles de personas, dejando así, hasta el 28 de julio de este año, 187 mil 934 casos confirmados –en este condado– con la enfermedad provocada por el virus SARS-CoV-2, sin embargo, Park señaló que «el número es mucho más alto porque aquí solo estamos contando a las personas que se hicieron una prueba PCR en laboratorios», por lo que esta cifra no cuenta a quienes se la realizan en casa.

En el condado de San Joaquín solamente 65.6 por ciento de la población ha sido totalmente vacunada, ello debido a que en el área habita mayormente trabajadores agrícolas, lo que ha complicado que la comunidad reciba la inoculación por lo que las autoridades han buscado maneras de aumentar estas cifras mediante campañas y eventos.

«El condado de San Joaquín es de clase trabajadora y tienen acceso limitado a los servicios de salud», puntualizó José Rodríguez, presidente de El Concilio, organización sin fines de lucro en California que apoya a las comunidades marginadas, minoritarias y de bajos ingresos, quien además comentó que desde el inicio de la pandemia por COVID-19 sabían que la comunidad latina sería una de las más afectadas por la enfermedad.

Asimismo, Rodríguez señaló que una de las estrategias que más han funcionado en esta zona ha sido llevar las campañas de vacunación y de salud a las comunidades, pues en sus palabras «para que las personas participen tenemos que ir a donde ellos están en lugar de esperar que ellos lleguen al centro de vacunación».

El idioma, una de las grandes barreras para las comunidades

Las barreras de idioma, información y tecnología han sido una de las razones por las que las tasas de vacunación en este condado de California han sido tan bajas, pues Kevin Sunga, director de Salud de Little Manila Rising, comentó que estos recursos «no son suficientes para que puedan acceder»

Además, resaltó que la información sobre la vacuna contra COVID-19 no está en los idiomas suficientes para las comunidades, pues no existe información traducida a los dialectos que algunos de los habitantes del condado hablan.

Puntualizó también que una parte de la población de esta área no cuenta con acceso a un teléfono celular o internet, por lo que las dificultades para obtener información y hacer una cita para obtener la inoculación son mayores.

HengSothea Ung, director de programa de Apsara –al servicio de refugiados camboyanos– señaló que los sitios web para agendar una cita para recibir la vacuna u obtener información no están en los idiomas suficientes para la diversidad que existe en la zona, pues a pesar de que se encuentra disponible en inglés, español y coreano, no consideran a quienes hablan camboyano u otro idioma, por lo que existe mucha desinformación.

«La gente que no habla inglés no puede acceder a la verdad, no puede saber cuál es la información real de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades o del Departamento de Salud Pública de California –CDC y CDPH por sus siglas en inglés», dijo HengSothea.

Mitos dificultan la vacunación

La desinformación ha sido uno de los mayores problemas en relación con el COVID-19, pues las diversas redes sociales han contribuido a la divulgación de mitos que causan miedo en quienes están pensando en recibir la inoculación.

«Hemos visto que las redes sociales tienen un papel por igual en informar y desinformar a la población», puntualizó Sunga.

Infertilidad, cáncer, chips, problemas en el corazón, afectaciones a mujeres embarazadas, efectividad e incluso temas espirituales y religiosos han hecho desistir a gran parte de la población para recibir la vacuna contra COVID-19 y aunque los CDC y diversas organizaciones han puesto en marcha campañas para combatir la desinformación, hay quienes no tienen acceso a estas.

José Rodríguez comentó que una de las prioridades es, además, informar y educar a la población, de manera que estas puedan tomar una decisión sobre la vacuna de manera informada, pues las personas deciden no recibir la inoculación por miedo.

Llaman a prestar atención a personas sin hogar

Zonnie Thomson, organizador comunitario de Faith in the Valley en Stockton, comentó que desde la pandemia por COVID-19 el problema de la falta de vivienda en EE.UU aumentó, además de que la mayoría de esta población vulnerable no cuenta con acceso a servicios médicos, por lo que estas comunidades fueron de las más afectadas por la enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2.

«Yo he tenido COVID-19 5 veces, 3 veces cuando no tenía hogar» declaró Nick Worrell, quien hasta hace algún tiempo no tenía una vivienda.

Comentó que una de las muchas dificultades a las que esta población vulnerable se enfrenta es a la posibilidad de acceder a la inoculación y a sus refuerzos, pues muchas veces no tienen una prueba de que ya se aplicaron la primera dosis.

«Cuando uno no tiene hogar es difícil guardar un papel, algo que compruebe que tenemos la vacuna» señaló.

En ese sentido, Worrell llamó a las autoridades y organizaciones a buscar soluciones para esta comunidad, pues muchas de las personas que viven en las calles no tienen un fácil acceso a las campañas de vacunación pues en ocasiones se encuentran muy lejos de donde radican, por lo que señaló que una opción podría ser llevar las campañas a los campamentos.

Al respecto, Thomson señaló que el número de personas sin hogar en San Joaquín es muy alto, sin embargo no ha habido muchos esfuerzos por llevar las campañas de vacunación a estas comunidades. «He visto solo un esfuerzo en el 2021, desde ese entonces no he visto ningún otro seguimiento», dijo.

«Ellos necesitan protección de temperaturas extremas, tienen muchos temas de salud mental, no pueden acceder a distintos recursos, lidian con precios muy altos para comprar comida o agua» declaró.

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Península 360 Press
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Estudio de comunicación digital transcultural

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