Pamela Cruz. Península 360 Press [P360P].
La cuarentena por la pandemia de COVID-19 ha provocado que muchas personas tengan cuadros de ansiedad, depresión, irritabilidad e incluso violencia, esta última, a nivel doméstico, ha generado un cuantioso número de víctimas que, en algunos casos, terminan en un trágico final.
¿Qué es la violencia doméstica?
La violencia doméstica es la intimidación deliberada, el asalto físico, la agresión, el asalto sexual y/u otro comportamiento abusivo como parte de un patrón sistemático de poder y control perpetrado por una pareja íntima contra otra, señala la Coalición Nacional Contra la Violencia Doméstica –NCADV, por sus siglas en inglés–.
La violencia doméstica puede provocar lesiones físicas, trauma psicológico y, en casos graves, incluso la muerte. Las devastadoras consecuencias físicas, emocionales y psicológicas de la violencia doméstica pueden atravesar generaciones y durar toda la vida.
Sin embargo, dice la organización sin fines de lucro, la frecuencia y severidad de la violencia doméstica pueden variar dramáticamente; el único componente constante de la violencia doméstica son los esfuerzos constantes de una pareja para mantener el poder y el control sobre la otra.
Y es que la violencia doméstica se ha convertido en otra epidemia que azota a EE.U U., está tampoco discrimina por edad, situación económica, orientación sexual, género, raza, religión o nacionalidad, en donde, en promedio, casi 20 personas por minuto son abusadas físicamente por su pareja.
Lo anterior equivale a más de 10 millones de mujeres y hombres en un año. En tanto que 1 de cada 4 mujeres y 1 de cada 9 hombres experimentan violencia física severa por parte de la pareja, violencia sexual por contacto y/o acoso con impactos como lesiones, temor, trastorno de estrés postraumático, etc.
Asimismo, 1 de cada 3 mujeres y 1 de cada 4 hombres han experimentado alguna forma de violencia física por parte de una pareja, esto incluye una variedad de comportamientos, por ejemplo, bofetadas, empujones y, en algunos casos, puede que no se considere «violencia doméstica».
Cabe señalar que en un día típico, se realizan más de 20 mil llamadas telefónicas a líneas directas de violencia doméstica en todo el país, en donde la presencia de un arma en una situación de violencia doméstica aumenta el riesgo de homicidio en un 500 por ciento y las mujeres de 18 a 24 años son las más comúnmente abusadas por su pareja.
En cuanto a casos de violación, una de cada 5 mujeres y uno de cada 71 hombres en los Estados Unidos ha sido violada en su vida. Casi la mitad de las mujeres –46,7%– y hombres –44,9%– víctimas de violación fueron vulnerados por un conocido.
Por otra parte, un estudio de homicidios entre parejas encontró que 20 por ciento de las víctimas no eran las propias parejas íntimas, sino miembros de la familia, además de amigos, vecinos, personas que intervinieron, agentes de la ley o transeúntes.
El 72 por ciento de todos los asesinatos-suicidios involucran a una pareja íntima, en donde un 94 por ciento de las víctimas de estos asesinatos son mujeres.
En cuanto a la violencia contra niños y violencia doméstica, uno de cada 15 niños está expuesto a la violencia de su pareja cada año, y el 90 por ciento de estos niños son testigos de esta violencia.
Impacto económico, físico y mental de la violencia
Las víctimas de la violencia infligida por la pareja pierden un total de ocho millones de días de trabajo remunerado cada año, por lo que el costo de la violencia infligida por la pareja se puede estimar en más de 8 mil millones de dólares por año.
Entre el 21% y el 60% de las víctimas de la violencia infligida por la pareja íntima pierden su trabajo por motivos derivados del abuso.
Entre 2003 y 2008, 142 mujeres fueron asesinadas en su lugar de trabajo por su abusador, 78 por ciento de las mujeres asesinadas en el lugar de trabajo durante este período.
Entre los impactos físicos de la violencia destaca que las mujeres abusadas por sus parejas íntimas son más vulnerables a contraer el VIH u otras enfermedades de transmisión sexual debido al coito forzado o la exposición prolongada al estrés.
Mientras que entre los impactos a la salud mental, estudios sugieren que existe una relación entre la violencia de la pareja íntima, la depresión y el comportamiento suicida.
Los efectos en la salud física, mental y sexual y reproductiva también se han relacionado con la violencia de la pareja, incluido el embarazo adolescente, el embarazo no deseado, el aborto, la muerte fetal, hemorragia intrauterina, deficiencia nutricional, trastornos neurológicos, ansiedad y trastorno por estrés postraumático, entre otros.
Las víctimas de violencia doméstica también corren un mayor riesgo de desarrollar adicciones al alcohol, el tabaco o las drogas.