Cristian Carlos. Península 360 Press [P360P].
El nuevo coronavirus SARS-CoV-2 que provoca la enfermedad COVID-19 –registrada primeramente, de acuerdo con investigaciones científicas, en la región central de Wuhan, en China– obligó a la Organización Mundial de la Salud –OMS– establecer el inicio de la pandemia por COVID-19 el 11 de marzo de 2020.
Desde entonces, los gobiernos de diferentes partes del mundo establecieron nuevas medidas de seguridad sanitaria que, a la fecha, han cambiado los hábitos de las personas; además de las medidas de bioseguridad, se instó a las personas a permanecer en casa y a laborar remotamente; es decir, a asumir un esquema de teletrabajo y clases en línea.
Sin embargo, fue hasta el inicio del confinamiento por la pandemia por COVID-19 que las carencias en el acceso al internet y a las tecnologías de la información y comunicación se acrecentaron debido a que, ahora, la mayoría de las familias tuvieron que trasladar, en tan poco tiempo, sus estilos de vida hacia la comodidad de sus hogares.
La cuarentena evidenció los primeros problemas en materia de paridad digital; por ejemplo, cuántas personas en un hogar pueden estar conectadas a Internet al mismo tiempo, cuántos dispositivos capaces de conectarse a Internet existen en un hogar y cuántos de ellos son capaces de realizar las tareas eficientemente que antes se realizaban en sitios estructurados para el trabajo, como una oficina, o la escuela en aulas de clase.
Por ello, Ethnic Media Services, realizó una sesión informativa con el fin de abordar las problemáticas actuales y buscar las posibles soluciones a la creciente brecha digital.
Angela Siefer, directora ejecutiva de la Alianza Nacional de Inclusión Digital, dijo que se busca que las nuevas políticas públicas an materia digital, aprovechen el contexto para impulsar una agenda donde el Internet de banda ancha se considere parte básica de la infraestructura de comunicaciones en EE. UU. Instó a la población local a acercarse a sus gobernantes pues, dijo, ellos ya deben tener información y presupuestos del fondo de rescate de EE. UU. debido a la pandemia de COVID-19 que fue aprobado durante la primera mitad de 2021. «Se trata de que las personas tengan acceso a Internet en sus casas», puntualizó Siefer.
Sunne Wright McPeak, presidenta y directora general del California Emerging Technology Fund –CETF– quien dijo que dicho fondo está trabajando para el acceso a Internet de banda ancha sea considerado un derecho humano fundamental, pues está ligado al derecho al acceso a la información, como lo señala la Organización de las Naciones Unidas –ONU–.
«Sin embargo, además de considerarse como un derecho humano fundamental, también debe considerarse como un derecho civil», apuntó Wright quien dijo que, si bien se tiene la infraestructura en el estado de California es la adecuada, no toda la población tiene acceso a ella o sabe cómo usarla. «La división digital es, también, producto de una división económica y de oportunidades». Sunne Wright McPeak indicó que esta brecha pondera un «racismo sistemático». Y terminó asegurando que «ningún proveedor de servicios de Internet –ISP– es un mensajero de confianza», respecto al avance hacia una conexión social a Internet.
Por último, se destacó que el 91 por ciento de la población californiana ya se encuentra navegando en Internet de mancha ancha, a comparación de cifras de 2008, cuando sólo el 51 por ciento de la población tenía acceso; sin embargo, sólo el 6 por ciento actual puede conectarse a través de un teléfono inteligente y no cuenta con otro dispositivo para conectarse a Internet. Esto excede la meta que se tenía para el año 2022, donde se puso la meta de un 90 por ciento.
En contraste, la CETF señaló que 1 de 4 personas de origen latino no tienen la capacidad de acceder a Internet o su acceso se encuentra muy limitado respecto a otros grupos étnicos. Además, se señaló que el 23 por ciento de los hogares que genera menos de 20 mil dólares al año, ha permanecido sin conexión a Internet por un periodo de tiempo extendido, consideran que el acceso residencial a Internet de banda ancha es muy costoso, por encima de otras razones, como motivos de privacidad.