Siempre estoy escribiendo para mí misma.
Joan Didion
Dos son los hechos que marcaron los inicios de la carrera cómo escritora de Joan Didion (Estados Unidos,1934-2021): 1) Ser rechazada por la Universidad de Stanford y 2) Que su madre la convenciera de mandar un artículo para la mítica revista Vogue. Lo primero resulta relevante puesto que Didion fue una de las escritoras mayormente reconocidas por sus aportes a la cultura norteamericana. Sin embargo, la escritora fue rechazada en 1952 con una carta en la que se le avisaba que, a pesar de cumplir con los requisitos mínimos, era imposible admitirla en una de las universidades más prestigiosas de California1.
El hecho marcó la primera juventud de la escritora—tanto que incluso pensó en el suicidio—, pero también, la llevó a asimilar el fracaso como parte de la vida y del aprendizaje que, cada uno y a su manera, debe experimentar para elegir su propio camino, ya que, como Didion dice: “ya es bastante difícil averiguar cuál es tu papel en la vida como para que encima te den un guion ajeno”.
Poseedora de un carácter sensible y una personalidad sobria, Didion llevaría por delante la idea del éxito en relación con su libertad de pensamiento y deseos. Esto la llevaría a intentar con un artículo para la revista Vogue que trataba sobre el amor propio2. Fue aceptada. Pronto Didion saltaba a la luz pública como una periodista que se blindaba con un estilo único y refinado.
Visionaria también de la pérdida de valores de la sociedad estadounidense, Joan Didion fue reconocida por sus textos inteligentes y concisos que desvelaron las problemáticas a las que se enfrentaba su país en los años sesenta: violencia, drogas y armas eran para Didion el germen de un “cáncer” que se alejaba de la simple idea de la liberación hippie y del rock and roll. Época en la que ella, su esposo, el escritor John Gregory Dunne y su hija se encontraron inmersos, rodeados de artistas como la cantante Janis Joplin, Jim Morrison o el cineasta Roman Polanski.
Íntimamente cercana a hechos atroces como el asesinato de la esposa del cineasta Polanski por la llamada “Familia Manson”, y de los excesos de aquellos tiempos, Didion hizo una serie de ensayos, crónicas y reportajes, acercándose a los hechos como una enfermedad mental y espiritual, más allá del bien y del mal, de lo blanco y lo negro. Si no, resultado de un una política desordenada y una sociedad decadente, oculta bajo el sueño dorado.
Para Didion, su lugar de origen en Sacramento, California, representó el escenario ideal para llevar sus reflexiones como una realidad que debía contarse. A través de la ficción, la crónica y el ensayo, la autora expresó la dualidad amor/ odio, por una ciudad que albergaría el núcleo principal de todas sus obras. California fue el territorio en donde el amor y el caos se conjugaron a través de la historia personal de Didion, como dos olas que chocan en el mar para fundirse rápidamente.
Sus crónicas, ensayos y artículos de aquella época se pueden encontrar en la antología Los que sueñan el sueño dorado (2003), compilación que recupera textos autobiográficos de algunos de sus libros como Arrastrarse hacía Belén (1968), El álbum blanco (1979), Salvador (1983) o Miami (1987).
El ojo crítico de Didion puesto sobre la llaga, exponiendo el cáncer sin tratar de subsanar con malabarismos literarios es lo que llevó a la escritora a la fama: enfatizar el dolor, no esconderlo. Como lo muestra su sobrino y cineasta Griffin Dunne en el documental The Center Will Not Hold (Netflix), en donde Didion explica varios hechos de su vida y su obra desde sus inicios hasta la muerte de su esposo y su hija en 2003, que también narra en su libro El año del pensamiento mágico (2005).
En el mismo documental Didion dice: “mientras escriba quiero que sepan quién soy y dónde estoy y qué pasa por mi cabeza”, declaraciones que logró plasmar en su literatura a través de la intimidad de sus relatos y de la claridad para poner sobre la mesa temas sórdidos, dolorosos y muchas veces oscuros que permearon tanto en la ficción de sus novelas como en la verdad de sus múltiples ensayos.
Al ser una escritora radicalmente separada de las ideas de los demás, Didion es un referente para la literatura actual contemporánea, ya que en sus ideas permea la posibilidad de desvelar la historia de las injusticias, saber sobre la importancia del amor propio y, al mismo tiempo, de empatizar con una autora cuya obra no es más que reflejo de una vida llena de circunstancias que atravesaron su propia creación artística.
Desdoblándose como periodista, ensayista, novelista, guionista, madre y esposa, Didion fue una mujer que buscó a través de sus textos una forma de “decirse a sí misma”, de colocarse frente a los hechos y de encontrar cierto crecimiento personal en sus propias reflexiones. No es de sorprender que la serpiente que siempre la acompaña en portadas e ilustraciones sea la metáfora de sus preguntas sobre la vida, de su búsqueda constante e infinita de respuestas; el inicio y el fin que la inducen a descifrar en su mente sus sueños y pesadillas. Porque como la autora argumenta: “matar una serpiente es como tener una.”
Joan Didion más que ser una escritora sobre el dolor y la elegía de la vida, fue una autora que pensó en su caos universal para luego trasladar sus visiones al orden de las ideas, de las palabras. Fue una periodista que logró retratar la realidad de una época sin perder su juicio crítico y calidad humana. Fue una columnista que puso sobre la mesa temas importantes como el amor propio, el carácter y la feminidad como sinónimos de fortaleza e inteligencia. Y, ante todo, Joan Didion fue una escritora que apostó por quitarle la retórica a la narrativa para enfrentar los sinsentidos que envuelven la existencia.
1Referencias del ensayo titulado “Cuando te descarta la universidad que preferías” del libro de ensayos titulado Lo que quiero decir (2021), de la autora.
2Puedes leer el ensayo sobre el amor propio dando clic aquí.
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