Por Celeste Noriega.
“Qué los niños tengan un futuro mejor”, es el deseo de Sofía Ortiz.
La cultura, típicamente se define por experiencias relacionadas a la migración, las comidas que comemos, los idiomas que hablamos y las costumbres que practicamos. Sin embargo, en esta gran cobija de la cultura, hay un hilo del que no se habla mucho: el bienestar.
El nombre Sofía proviene del griego y significa sabiduría, una idea que personifica en su trabajo. Ha trabajado en Casa Círculo Cultural (un centro cultural en Redwood City) desde que se fundó, y le gusta trabajar allí con la comunidad porque es una manera de motivar a los niños a que estudien en la universidad y para que los adultos puedan salir de las duras rutinas de trabajo.
Casa Círculo es un lugar para practicar y fomentar el bienestar, algo que Sofía valora muchísimo. Al hablar con ella, me contó que cuando migró a los 12 años de su pueblo a una ciudad grande, hubo muchos cambios en su vida porque tuvo que aprender el nuevo ritmo de vida y, además, dejar a su familia para emprender una búsqueda de oportunidades mejores para ella.
¿Cambiarías algo de tu pasado? Le pregunté. “Nada”, me respondió, añadiendo que es una persona feliz. Sin lugar a dudas, fue una experiencia difícil, pero le regaló la sabiduría de su nombre y mucha fuerza. Con todo ello se siente más segura de sí misma en el mundo.
Pero eso no pasó sin trabajo duro personal.
“Para que seas feliz tienes que curar todas esas heridas de niño. No olvidar, pero trabajar mucho en ti, como persona”, me dijo Sofía.
Sin embargo, eso puede ser difícil porque se considera tabú consultar a un psicólogo dentro de la cultura mexicana. Según Sofía, “muchas personas piensan que ir a un psicólogo puede ser que digan que estés loco. Eso es mentira. Es un mito. Quiere decir que necesitas terapia y que tienes que ir con un profesional”, para recibir apoyo necesario.
A veces, les damos prioridad a logros u objetivos como la educación y el trabajo, que son altamente importantes, sin embargo, se olvida el lado más subjetivo: el bienestar. Hay ventajas al cuidarnos en estas formas más desconocidas, pero también fundamentales.
Al respecto, Sofía y yo estamos de acuerdo que es algo que queremos cambiar, no porque no nos guste nuestra cultura, sino porque la amamos y queremos una vida mejor para nuestra comunidad y generaciones futuras.
“El regalo más hermoso que podemos ofrecer es nuestra presencia”, dijo Sofía. “Decirle a alguien ‘te quiero’ o ‘te amo’ y asegurarles ‘estoy aquí para ti’ tiene un inmenso poder. Después de todo, si no podemos nutrir el amor por nosotros mismos, ¿cómo podemos extenderlo a los demás?”.
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