Luego de que a lo largo y ancho del país se llevara a cabo un nuevo trazado de los distritos en los diferentes estados, mismos que fueron repensados bajo lo reportado en el Censo 2020, la comunidad latina en el estado de Florida busca anular los mapas que serán aprobados esta semana, pues señalan que no permiten la representación necesaria y oportuna para poder afrontar sus problemáticas.
Y es que, si bien es cierto que más de una cuarta parte de la población de Florida es latina, no se están creando distritos con mayoría de esta comunidad, señaló Kira Romero-Craft, directora de la región Sudeste de Justicia Latina, quien destacó que el nuevo distrito 28 del Congreso ha sido mapeado de tal forma que sea en su mayoría «blanco».
«Las enmiendas constitucionales aprobadas en 2010 en el Estado de Florida están fallando para adherirse a la Ley de Derechos de Voto por la disminución de poder de los latinos y por la no a la creación de distritos de mayoría latina», subrayó durante un panel de expertos realizado por Ethnic Media Services.
La Legislatura del estado de Florida está finalizando sus mapas de redistribución de distritos, con 40 escaños en la Legislatura estatal y 28 en el Congreso. Sin embargo, el mapa de distrito del Senado estatal propuesto, daría a los republicanos una ventaja de 23 a 17 sobre los demócratas y asignaría al partido 16 de los 28 escaños disponibles en la Cámara, incluido el nuevo Distrito 28.
«Seguimos presionando a la Legislatura para que cumpla con la Ley de Derechos Electorales y nos aseguremos de que la creación de distritos de mayoría-minoría se haga siempre que sea posible», dijo Romero-Craft.
En ese sentido, explicó que a las comunidades minoritarias en el estado, «no se les ha dado la oportunidad de testificar en nombre de nuestras comunidades que han tenido un crecimiento sin precedentes, para asegurar que la legislatura escucha a las comunidades desatendidas y que tienen la oportunidad de elegir a los representantes de su elección».
Para Cecilia González, activista por los derechos de voto del condado de Osceola, Florida, lo anterior es un reflejo de lo que sucede en donde vive, pues dijo: «El proceso de redistribución de distritos ocurrió a puertas cerradas. Se desanimó a la gente o se le negó abiertamente el acceso».
La población latina constituye el 55 por ciento de la población del condado de Osceola, sin embargo, no se cuenta con la representación necesaria para que sus necesidades sean escuchadas.
«Nos dimos cuenta de que los latinos no tienen realmente voz en nuestro gobierno. Incluso cuando tenemos algunos latinos en la oficina, estamos excluidos del proceso de toma de decisiones», subrayó.
Agregó que la comunidad latina debe dejar de ser tópico en la conversación, para ser parte de ella. « Queremos participar en el proceso de redistribución de distritos para asegurarnos que esas líneas rojas se dibujen como corresponden».
A su vez, explicó que la mayoría de los inmigrantes quieren sentir pertenencia a una comunidad y la forma como se puede lograr «es cuando estás rodeado de gente como tú, y cuando eliges a las personas que luchan por tus necesidades».
«Necesitamos crear una victoria que permita a los latinos y a los candidatos otras opciones que nos dejen sentir que pertenecemos; y la realidad es que hasta que no tengamos un proceso libre para la elección de distritos, no vamos a tener una representación justa y nuestra lucha no va a terminar», subrayó.
Para Johanna López, quien forma parte de la junta escolar del condado de Orange, Florida, el que su comunidad esté debidamente representada a nivel estatal y federal es fundamental para recibir los recursos adecuados, sobre todo cuando tres cuartas partes de los niños en edad escolar de dicho condado se identifican como latinos; mientras que el 74 por ciento califica para el programa federal de almuerzo gratuito.
«Si no tenemos una representación justa, sufriremos las consecuencias. Estamos buscando la igualdad de acceso, las mismas oportunidades. Estamos aquí para contribuir y recibir los servicios que merecemos», dijo.
Ante ello, destacó que el no involucrar a las comunidades de color en el proceso de redistribución de distritos «es un abuso de poder sin precedentes», pues en los siguientes 10 años no habrá una justa representación para comunidades como la latina.
«Nuestra voz es a menudo diluida por las necesidades de las comunidades circundantes ‒caucásicas‒, con las que no compartimos los mismos desafíos y necesidades», precisó.
Y es que,explicó, antes de cualquier redistritación, «para que nuestras voces y nuestras necesidades puedan ser escuchadas por nuestros representantes, necesitamos audiencias públicas sustanciales y de fácil acceso».
El padre José Rodríguez, vicario de la Iglesia Episcopal Jesús de Nazaret, cuya parroquia atiende a muchos indocumentados y latinos, detalló que las líneas electorales dividen artificialmente a la comunidad, disminuyen la voz de la comunidad latina, e impiden que los vecinos puedan unir sus voces para ser escuchados.
Agregó que los esfuerzos de redistribución de distritos por parte del estado de Florida constituyen un esfuerzo consciente para borrar el poder de voto de los latinos.
«Esto se siente como un ataque a nuestra comunidad. Hace que parezca que no existimos. Nos están haciendo desaparecer del mapa», dijo.
«Si se disminuye nuestra gente y se divide entre los diferentes distritos, sus votos se disminuyen y no tienen la misma posición que son sus vecinos. Estoy realmente preocupado de que en el futuro, la redistribución de los distritos va a empeorar y así encontrarán otras formas de disminuirnos».
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