El 11 de marzo se cumplió el segundo aniversario de la declaración de pandemia del COVID-19, por parte de la Organización Mundial de la Salud.
Cinco días después, ayer 16 de marzo, inició la orden regional de quedarse en casa, hecho que llama a reflexionar y aprender de lo vivido para enfrentar mejor las próximas crisis, señaló la jefa de Salud del Condado de San Mateo, Louise Rogers a través de un comunicado.
«Este tiempo de transición se siente esperanzador, aunque aún queda algo de cautela. Esta es nuestra nueva realidad. Pero debemos estar orgullosos de haber podido hacer algo grandioso: vencer una pandemia. Y lo hicimos juntos», subrayó.
Y es que, apuntó, es alentador experimentar cierta estabilidad en las tendencias clave este marzo, al tiempo que se reflexiona sobre alcanzar los hitos de dos años de los eventos iniciales que se desarrollaron cuando comenzó la pandemia mundial de COVID-19 en 2020.
Agregó que, actualmente, el nivel de transmisión del virus es similar al experimentado a principios de diciembre, por lo que el condado de San Mateo está clasificado como nivel comunitario de COVID-19 «bajo» según la rúbrica de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
«Nuestro promedio de tasa de casos de 7 días, informado por el estado el día de ayer, es muy similar al de hace una semana, de 9.8 casos por cada 100 mil habitantes, en comparación con 10.2 registrados en la semana anterior», puntualizó.
Dichas cifras, dijo, muestran que hay un promedio de 76 casos nuevos de COVID-19 por día en comparación con 80, según datos de la semana pasada.
Informó que desde que se registró un pico de 239 casos por cada 100 mil habitantes en promedio semanal el pasado 8 de enero, la tasa de casos ha disminuido en un 96 por ciento.
Así, las tasas de positividad de las pruebas en todo el condado ‒1.8 por ciento‒ y en las secciones censales del cuartil de equidad en salud ‒2.2 por ciento‒ también son un poco más bajas que las registradas la semana pasada en los datos retrasados de 7 días que van hasta el 5 de marzo.
El censo del lunes sobre pacientes hospitalizados con COVID-19 fue de 17, bajo y manejable, señaló la funcionaria.
A su vez, explicó que aún hay 6 residentes en el hotel que ofrece aislamiento seguro, y debido a la disminución de la necesidad de dicho recurso, ya se trabaja en cerrarlo para el próximo mes.
«Agradecemos mucho la colaboración que hemos tenido con el equipo de planificación de altas de cada hospital, así como la estrecha coordinación constante con los colegas de la Agencia de Servicios Humanos y los proveedores de refugio para ofrecer esta protección a los residentes que no pueden aislarse de manera segura en sus hogares», dijo.
En el tema de la vacunación, subrayó, el enfoque sigue estando en los grupos menos alcanzados a través de acciones específicas patrocinadas por el condado para mayores de 12 y de 5 a 11 años en: South San Francisco, Daly City, San Mateo, Half Moon Bay, Redwood City y East Palo Alto.
La tasa general de vacunación del condado ‒incluidos todos los residentes elegibles y no elegibles‒ fue del 89 por ciento para aquellos que recibieron al menos una dosis y del 83 por ciento para aquellos que están completamente vacunados al 13 de marzo.
«Los grupos de población en los que aún no hemos alcanzado el 80 por ciento de haber recibido una primera vacuna incluyen la población afroamericana (68 por ciento), latina (79 por ciento) y la de las islas del Pacífico (66 por ciento), así como la población de 5 a 12 años (66 por ciento).
Actualmente, el número de residentes que han recibido un refuerzo de COVID-19 supera los 419 mil y el 81 por ciento de los mayores de 65 años.
Sin embargo, Rogers expresó que aún existe brecha en la aceptación de refuerzos de 8 puntos porcentuales en comparación con la tasa de todo el condado.
«Al igual que con la serie primaria, vemos un progreso lento que requiere un acceso constante en cada una de nuestras comunidades. Continuamos trabajando con muchos socios en toda la comunidad para reforzar la importancia de la vacunación, incluidos los refuerzos, como la mayor protección contra los riesgos de enfermedad grave o muerte por COVID-19».
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